SECCIÓN: Nicaragua IRC

   

IRC: Una epidemia mundial

con fuertes rasgos laborales

 

La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) se ha transformado en una epidemia a nivel mundial, los factores que la originan son múltiples y varían según las diferentes regiones del planeta.

 Dr. Jesús Marín

 

Para Nicaragua y buena parte de Centroamérica las altas temperaturas, el tipo de trabajo y las condiciones muchas veces inhumanas en que se desarrolla, resultan ser las principales causas de esta mortal enfermedad.

 

Esos son los resultados preliminares de una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) de León sobre los factores que originan la IRC y la posible relación causa-efecto entre la actividad laboral y esa mortal enfermedad. La presentación se realizó en Managua en el marco del Congreso “Epidemia de la Enfermedad Renal Crónica”.

 

Según el Dr. Jesús Marín, director del Centro Nacional de Prevención y Control de Sustancias Tóxicas (CIVATOX) del Ministerio de Salud, “En los últimos diez años hemos tenido un gran aumento en las estadísticas de la IRC a nivel mundial, tanto de mortalidad como de morbilidad. Ese aumento y los altos costos relacionados van a quebrar totalmente a los países en desarrollo, generando profundas crisis por el alto números de fallecidos y por las consecuencias que se van a desatar en el seno de las familias”.

 

Uno de los problemas más relevantes evidenciados por Marín es la dificultad que tienen países como Nicaragua en detectar la IRC en las primeras etapas de su desarrollo, interviniendo de esa manera sólo cuando la persona está en su fase terminal.

 

El director del CIVATOX evidenció también como el fenómeno de la IRC en Nicaragua ha alcanzado niveles muy preocupantes. “La Sociedad Latinoamericana de Nefrología -explicó Marín- dice que la incidencia teórica promedio de mortalidad por IRC debería ser de 130 pacientes por millón  y los reportes aducen que la mayoría de los países latinoamericanos están dentro de estos índices, pero esto no es cierto, sino que es el resultado del subregistro existente. Centroamérica aparece con menos de 50 pacientes por millón y si miramos las estadísticas de Nicaragua, la mortalidad promedio es de 100 por millón, pero tenemos los departamentos occidentales de León y Chinandega que alcanzan los 500 pacientes, y si controlamos las estadísticas por municipio, hay zonas donde estos datos se triplican.

 

¿Qué es lo que provoca la IRC?

Dra. Cecilia Torres

 

Frente a esta situación, en Nicaragua se ha comenzado una investigación para detectar los factores que originan la IRC y en este sentido, en agosto de 2007 la UNAN León, junto con universidades de Suecia, Estados Unidos y Costa Rica, instituciones públicas y otras organizaciones nacionales, comenzaron un estudio profundo que está previsto culmine en 2010.

 

Como explicó a Sirel la Dra. Cecilia Torres,  investigadora de Salud Ocupacional de la UNAN León, “El origen de la investigación fue a partir de una convocatoria que hizo la Asamblea Nacional para crear más evidencias sobre la relación laboral de la IRC, específicamente con el sector cañero, porque se consideraba que no había suficientes evidencias que justificaran la relación causa-efecto entre trabajar en la caña y tener IRC. Comenzamos a discutir cómo elaborar un diagnostico, qué tipo de escalas utilizar y fijamos cinco etapas de desarrollo de la enfermedad, definiendo también el manejo por cada etapa”, explicó Torres.

En la comunidad de La Isla en Chichigalpa, donde se trabaja principalmente la caña, es donde la prevalencia de la IRC fue más alta, alcanzando el 41 por ciento, y con un 7 por ciento de personas en estado terminal

 

Según los primeros datos preliminares, entre los principales factores de riesgo de la IRC en Nicaragua se evidencian los nefrotóxicos ambientales, como por ejemplo los metales pesados -arsénico, cadmio y plomo-, los agrotóxicos usados sin control y sin criterios, como Aldrin, Clorotalonil, Maneb, Sulfato de Cobre, Endrin y el mismo DBCP (Nemagón).

 

“Tomamos los datos de mortalidad del MINSA del 2005 y calculamos la tasa nacional que resultó ser de 1 paciente por cada 10 mil habitantes. Nos dimos cuenta que esta tasa se quintuplicaba en la zona de occidente y se disparaba a 13 por cada 10 mil habitantes en algunos municipios, como Larreynaga y Chichigalpa. Esto quiere decir que algo grave está ocurriendo allí. Si no sabemos a quiénes hay que atender y qué es lo que hay que prevenir, no podemos hacer nada en prevención y vamos a seguir atendiendo solamente a los pacientes que se encuentran en las últimas dos etapas de la enfermedad. Esto es lo que se pidió a la UNAN León, o sea estudiar a fondo cuántos son los enfermos, qué factores de riesgos existen y qué se puede hacer para prevenir estos factores”, aseveró Torres

 

Los cañeros y la IRC

 

La investigación, que tendrá una duración de tres años y constará de tres etapas, contempla un amplio muestreo en comunidades una vez al año, para analizar la velocidad de desarrollo de la IRC en los pacientes. Se escogieron habitantes entre 20 y 60 años con diferentes ocupaciones y en 2007 la muestra fue de 1.100 personas.

 

“Los resultados no fueron homogéneos a nivel de comunidades y revelaron que la mayor incidencia de la IRC fue en los sectores de la minería un 37 por ciento, agricultura y café 32 y 14 por ciento respectivamente. Sin embargo, la comunidad de La Isla en Chichigalpa, donde se trabaja principalmente la caña, es donde la prevalencia de la IRC fue más alta, alcanzando el 41 por ciento, y con un 7 por ciento de personas en estado terminal”, aseveró la investigadora de la UNAN León.

 

“Para el 2008 tenemos previsto seguir con un nuevo muestreo de 1.500 personas en otras comunidades del país y según estos primeros datos parece que no son los cañeros los más afectados. Sin embargo hay que hacer un análisis más profundo, porque desde hace varios años los ingenios decidieron hacer exámenes previos y ahora, para trabajar, una persona debe estar sana. Si interpretamos los datos a raíz de ese conocimiento, tenemos que tomar en cuenta lo que en Medicina del Trabajo se llama el efecto del trabajador sano, es decir que están trabajando solamente los que están sanos, mientras que los enfermos ya se fueron a otro lado”, explicó Torres. Evidentemente, esta situación hace que resulte más difícil demostrar una relación entre los factores de trabajo y la mala salud, porque los investigadores pueden investigar solamente a los trabajadores sanos.

 

“Lo de la caña -explicó Torres a Sirel- es un proceso de producción complejo, que tiene campo y fábrica. ¿Qué ocurre cuando a un trabajador se le pagan 20 córdobas (un dólar) por tonelada cortada? Esta persona se va a matar trabajando para poder ganar un sueldo mensual. Realmente es allí el círculo perverso: bajo salario, en condiciones muy precarias donde se trabaja con temperaturas de hasta 50 grados, una deshidratación sostenida, ingesta de agua muchas veces contaminada. Si a esto se le agregan las condiciones personales de cada trabajador y los factores ambientales, lo que tenemos es una agresión física constante”, concluyó Torres.

 Mario Jiménez

 

Para Mario Jiménez, médico epidemiólogo del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos (CIRA) de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), “los estudios que realizamos en la zona occidental del país revelaron la presencia de agrotóxicos órgano-clorados, como Lindano, Toxafeno, DDT y DDE, en el agua de pozos para consumo humano y valoramos también su presencia en la leche materna, grasas y sangre humana y en el cordón umbilical en recién nacidos.

 

Comparando la zona occidental con la central del país, detectamos en la primera una alta incidencia de canceres y de mortalidad por IRC y esto evidencia una posible relación causa-efecto entre la IRC, las malformaciones congénitas, los cánceres y los agrotóxicos. La idea -continuó Jiménez- es tratar de resaltar cuáles son las posibles relaciones causales de estas patologías con los cambios ambientales y un ecosistema totalmente alterado por las contaminaciones que aún persisten. Aunque la IRC es claramente una enfermedad multifactorial, no podemos excluir que tenga relación con el trabajo en los ingenios azucareros”, concluyó el investigador del CIRA.

 

Medidas urgentes

 

Entre las medidas más urgentes para hacerle frente a esta epidemia, los especialistas indicaron la unificación de los criterios de clasificación, la búsqueda activa de los factores de riesgo, iniciar una identificación masiva de los afectados que se encuentran en las etapas iniciales de la IRC, para incluirlos en los programas de patología crónica y capacitar a todo el personal sanitario sobre esta patología.

 

En Managua, Giorgio Trucchi

Rel-UITA

26 de agosto de 2008

 

 

 

Fotos 1,3,5 y6 : Giorgio Trucchi

Fotos 2 y 4: olganza.com 

 

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