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Cuando Sandro Soba tenía 8 años,

pudo ver a su padre torturado en Orletti

Si Brasil no da la extradición de Cordero el hijo de Soba lo denunciará a la CIDH

 

 

Tiene más años que su padre al ser desaparecido. Su hijo más pequeño es de la edad que él tenía cuando su familia fue secuestrada en Buenos Aires. Sandro Soba no olvida cada detalle de lo sufrido. Si Brasil no extradita hoy a Cordero, denunciará el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

 

 

 

Sandro Soba tiene 40 años. Vive con sus tres hijos: dos varones, Nicolás (19) y Ezequiel (7), y Cynthia (13), hija de su actual compañera. Tenía ocho años cuando en Buenos Aires secuestraron a su padre Adalberto Waldemar Soba Fernández. Aquel niño, que pudo ver a su padre torturado en el taller Automotores Orletti antes de que fuera desaparecido, convive con ese terrible recuerdo y pide verdad y justicia. Habló de aquellos días y del proceso de extradición del coronel Manuel Cordero que se define hoy en Brasilia. Sandro Soba, que como otros hijos de desaparecidos trabaja en la Intendencia Municipal de Montevideo, no deja de confiar en que la justicia brasileña otorgue la extradición del militar uruguayo, pero anuncia que recurrirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) si se impide hacer justicia.

 

Secuestro

 

­Tenías la edad de tu hijo menor cuando secuestraron a tu padre...

­Sí. Ezequiel tiene un año menos de lo que yo tenía cuando vi por última vez a mi viejo.

 

­¿Qué edad tenía tu padre?

­Tenía 32. Era menor que yo ahora...

 

­¿Qué recordás de aquel secuestro en 1976?

­Aquellos fueron los momentos que marcaron el resto de mi vida. Es un caso de desaparición como otros, pero es el que me costó ir asumiendo, como le ha sucedido a mi madre y mis hermanos.

 

­Tu padre, Adalberto Soba, fue secuestrado el 26 de septiembre de 1976 en un operativo paralelo al secuestro de Alberto Mechoso, dentro de la represión que sufrió en esos días un grupo del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP)... Ustedes también fueron víctimas de aquellos secuestros...

­A nosotros nos hicieron un operativo en Haedo, Buenos Aires, donde vivíamos. A mi padre lo habían secuestrado antes cuando iba a verse con Mechoso. A mi padre nos lo trajeron, totalmente torturado, a casa, donde había otros dos compañeros que estaba trabajando en una imprenta que funcionaba dentro de casa, Juan Pablo Errandonea y Raúl Tejera Llovet, a quienes también desaparecieron.

 

 

Orletti

 

­¿A ustedes también los llevaron a Orletti?

­Sí. A mi madre Elena, a mí y a mis hermanos Leonardo, entonces de 5 años, y Tania, que tenía 2 y hace dos años falleció...

 

­¿Qué recordás de Orletti?

­Me acuerdo de varias cosas... la escalera, la cantidad de autos que había abajo, que era al costado de la vía... Tengo grabado que una vez me escapé, subí a la planta de arriba y, aunque se me apagó la luz, pude ver a personas totalmente desnudas sentadas contra las paredes.

 

­¿Cuál es la última imagen de tu padre?

­A nosotros nos traían a Montevideo, pero mi madre dijo que no viajaba si no volvía a ver a mi padre. Ese es el momento que más recuerdo... por cómo lo vi, por cómo estaba...

 

­¿Cómo estaba?

­Totalmente torturado. Apenas podía hablar. No podía abrir los ojos, porque le salía como pus de los ojos. Había bajado de peso, no pesaba ni cincuenta kilos...No sé, fue terrible... Pero lo que me quedó de eso, fue la responsabilidad que me legó, lo que me dijo a mí...

 

­¿Qué te dijo?

­Que cuidara a mi vieja, que ayudara a mis hermanos, que estudiara... No mostró en ningún momento ninguna reacción a lo que le habían hecho y sólo pensaba en nosotros al decirnos que lo mejor era que nos llevaran a Montevideo...

 

Gavazzo

 

­A ustedes los trasladaron a Montevideo los oficiales José Nino Gavazzo y Ricardo Arab, quienes llevaron con ellos una valija repleta de dinero que le robaron al PVP. Gavazzo tuvo un diálogo con tu madre. ¿Qué les dijo?

­Gavazzo nos habló directamente en Montevideo. Para mí fue en la casona de Punta Gorda. Dijo que mi viejo no había corrido la misma suerte que nosotros. A mi vieja le dijo que con ella no tenía problemas, porque psicológicamente con lo nerviosa que era y lo que había pasado, no se iba a acordar de la cara de él.

 

­Pero también habló de ustedes...

­Lo que le dijo fue que toda la vida se tendría que cuidar la espalda de "ellos", por mí y mis hermanos, porque nosotros no íbamos a olvidar lo sucedido... Tenía razón.

 

­¿Qué sentís ahora, cuando treinta años después, el procesamiento con prisión de Gavazzo, Arab y otros seis represores, se concreta precisamente por la desaparición de tu padre?

­Siento que fue una etapa que duró mucho, antes de que la Justicia empezara a resolver este tema. Por lo que ocurrió en nuestros países, en nuestros gobiernos y recién ahora estamos en un proceso de empezar a aclarar y saber la verdad de lo que pasó. Y, por supuesto, que se empiece a hacer justicia.

 

Cordero

 

-Uno de los militares que integraba aquel grupo de represores es el coronel Manuel Cordero, quien luego de fugarse de Uruguay fue detenido en Brasil, donde hoy está preso a la espera de su extradición pedida por Argentina, que lo indaga por el Plan Cóndor, y por Uruguay, que lo requiere, precisamente, por la desaparición de tu padre.

­Lo sé...

 

­La primera audiencia del Supremo Tribunal Federal brasileño no fue favorable a la extradición de Cordero. El ministro relator Marco Aurelio de Mello se pronunció en contra de que sea juzgado con polémicos argumentos... entre otras cosas llegó a decir que tu padre era argentino.

Lo que pienso es que falta aclarar muchas cosas. Vi la sesión filmada que mostraron el otro día en el Paraninfo. Pienso que ese ministro tendría que llamar a los familiares de las víctimas para entender la situación... El dice cosas sin tener las pruebas que hoy tienen la Justicia uruguaya o la argentina. No es ético que hable y diga cosas sin saber. No se puede dar una sentencia sin haber leído el pedido de extradición. No puede decir varias veces que mi padre era argentino. Esto contamina a la sociedad y a la justicia brasileña...

 

Denuncia

 

­¿Crees que la campaña por la extradición de Cordero pueda dar resultados?

­Tengo esperanzas de que la campaña por la extradición de Cordero que se ha largado a nivel mundial desde la web "www.rel-uita.org" tenga resultados. Confío en que se reflexione y que no se ampare a un criminal como Cordero.

 

­¿Qué pasaría si el STF no le otorga la extradición a Cordero?

­Creo que tendríamos que iniciar, internacionalmente, ante los ámbitos que fueran, la denuncia correspondiente para que se revoque esa decisión.

 

­¿Denunciarías a la justicia brasileña ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?

­A dónde sea que se pueda denunciar... Acá hay compromisos internacionales establecidos. La desaparición forzada de personas es un delito de lesa humanidad, que es permanente, porque hasta hoy se sigue cometiendo. Otro país no puede entorpecer la labor de la Justicia de nuestros países. Ellos tienen que prestar la mayor cooperación y analizar sólo si el pedido de extradición está de acuerdo a los convenios internacionales. Eso es fundamental para que los pueblos puedan encontrar la verdad y la justicia.

 

 

Tomado de La República

Uruguay, 30 de octubre de 2008

 

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