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¿ALIMENTOS o COSMÉTICOS?

Corre el rumor que la transnacional se enfocará en el segmento higiene y cosméticos

 

 

Las empresas transnacionales están en permanente cambio y modifican -en algunos casos hasta drásticamente- su estrategia de producción y negocios. Hace unos años PEPSICO dio la noticia irrumpiendo en el mercado del snack; ahora Coca Cola diversifica su portafolio en varios países. Las principales compañías frigoríficas brasileras se han zambullido en el sector lácteo, mientras diversas transnacionales avanzan en procesos de concentración de su producción, focalizándose en aquellos segmentos más lucrativos.

Da la impresión de que Unilever está en esa senda.

 

Los primeros rumores surgieron en agosto de este año, cuando el banco de inversión Liberum Capital sugirió la conveniencia de que la transnacional vendiera toda su división alimentos con excepción del sector helados y bebidas.

 

Más aún: el banco incluso informó que en esa operación Unilever podría embolsar una suma cercana a los 20.000 millones de dólares. Liberum Capital anunció además que las ventas en el sector Alimentos crecían a un ritmo lento en comparación con las registradas en los segmentos Cosméticos e Higiene.

 

Ahora la noticia corre de nuevo en toda la región, y son varias las organizaciones afiliadas que se comunicaron con la Secretaría Regional  tras conocerse que también la agencia de calificación Fitch Ratings le aconsejó a Unilever eliminar de sus activos buena parte del sector Alimentos.

 

Fitch Ratings y Liberum Capital coinciden en que las marcas de alimentos salados, aderezos y salsas aportan un valor poco significativo a la compañía anglo-holandesa.

 

¿Un rumor…., o algo está pasando?

 

En 2006 Unilever se desprendió de Birds Eye e Iglo (producción de comida congelada) vendiéndola al grupo Permira por 1.700 millones de euros.

 

En 2010 Unilever vendió a Cargill la línea de producción de tomates en Brasil por 322 millones de dólares. Por su parte, Cargill, que venía de vender su sector Avícola a la compañía Marfrig, se adueñó de las reconocidas marcas Pomarola, Tarantella, Elefante y Pomodoro de Unilever.

 

Según el portal ClubDarwin.Net (CDN), a principio del presente mes Unilever anunció un acuerdo con B&G Foods para la venta de sus marcas Culver Specialty en Estados Unidos y en Canadá por 325 millones de dólares. De acuerdo a CDN, la operación incluye las mezclas de condimentos Mrs. Dash, las mezclas para espolvorear Molly McButter, los sustitutos del azúcar Sugar Twin, los spray para hornear Bakers Joy y los aerosoles antiestáticos Static Guard.

 

Mientras esto sucede en el segmento Alimentos, en setiembre de 2010 Unilever compró la empresa estadounidense Alberto Culver, dueña, entre otras, de las marcas Alberto V05, St. Ives y Nexxus, pagando por ella 3.700 millones de dólares.

 

Ese mismo año, al comprar TRESemmé, Unilever se convirtió en la compañía líder mundial en acondicionadores del cabello, la segunda más grande en champú y la tercera más grande en estilismo.

 

En octubre de 2010 Unilever adquirió Kalima, un fabricante de cosméticos ruso, en 500 millones de euros, y ese mismo año compró la división europea de detergentes de Sara Lee por 1.210 millones de euros.

 

¿Y qué pasa en Procter & Gamble?

 

Con seguridad, cualquier producto de higiene o tocador que haya en una casa sea made in Procter & Gamble (P&G) o Unilever. P&G, fundada en 1837 en Cincinnati, Estados Unidos, es una compañía gigante que registra una producción variopinta que incluye, entre otros rubros, comida para animales, medicamentos, alimentos, bebidas, detergentes, perfumes y electrodomésticos.

 

Entre sus principales marcas figuran: Ariel, Lejía, Tampax, Head, Olay, Pantene, Herbal, Gillette, Oral, Floudontyl, Wella, Sebastián, Boss, Dolce, Dunhill, Hugo, Lacoste, Montblanc (fragancia), Rochas, Gucci y Braun y Duracell en su línea de electrodomésticos y afines.

 

P&G parece estar actuando igual que su archirival Unilever. A principios de este año P&G vendió Pringles, su segmento de papas fritas y snacks, a Diamond Foods Inc. en 1.500 millones de dólares.

 

En una nota publicada en The Wall Street Journal, se resalta que la salida de P&G de la industria alimenticia es consecuencia de un proceso que arrancó bajo el liderazgo del ex presidente de la compañía, A.G. Lafley, quien rediseñó el portafolio para concentrarse en bienes de crecimiento más rápido y márgenes más altos, como los productos de belleza y cuidado personal.

 

¿Hacía dónde va Unilever? ¿Se focalizará en sus otros sectores abandonando el segmento alimenticio? Todavía no podemos afirmarlo, pero sí es cierto que algo está pasando. Hasta hace unos años era muy difícil saber que Dove, Rexona, Hellmanns, Lipton, Skip, Confort o Axe eran marcas de Unilever. Ahora ya no.

 

En su arremetida marketinera televisiva, por ejemplo en Uruguay, Unilever ocupa hasta un 80 por ciento de las tandas comerciales en horarios preferenciales, y al final de cada spot aparece el logo de la transnacional. En su gran mayoría se trata de propaganda de sus productos de limpieza y tocador.

 

El esfuerzo de posicionar e identificarse como propietaria de las marcas es un fenómeno nuevo, y otorgarle tanta exposición a otros segmentos fuera de la alimentación no hace sino aumentar las sospechas de que se aproximan cambios.

 

Lo último: de una cosa estoy seguro, ya verán cómo en breve el logotipo de Unilever será modificado, porque el actual en las pautas televisivas parece una cataplasma. 

 

 

Gerardo Iglesias

Rel-UITA

24 de noviembre de 2011

 

 

 

  

 

 

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