Hace apenas 20 días el 
			secretario general de la Federación Sindical de Trabajadores de la 
			Alimentación, Agroindustria y Similares de Guatemala (FESTRAS), 
			David Morales, alertaba sobre la persecución sindical en 
			Huehuetenango y anunciaba que ella recrudecería a la brevedad. 
			Desgraciadamente, su vaticinio se ha cumplido 
			
			-¿Qué ocurrió en Huehuetenango? 
			-El lunes 25 de setiembre, el gerente de Ventas Jaime Osorio López, 
			se presentó en la agencia de distribución de Coca Cola de 
			Huehuetenango donde en agosto pasado afiliamos a 35 compañeros al 
			Sindicato. Osorio reunió al personal y les ofreció 1.000 quetzales 
			(aproximadamente 140 dólares) de aumento salarial inmediato a todos 
			los que se desafiliaran del Sindicato, y también les prometió que 
			les otorgaría todos los beneficios acordados en el Convenio 
			Colectivo que hasta ahora no habían regido en esa agencia. En 
			realidad, ese incremento es el que los trabajadores deberían estar 
			cobrando hace ya tres años, pero este señor se los presenta como una 
			dádiva a cambio de que renuncien a sus derechos. El sabe que según 
			nuestra legislación se trata de una deuda que contrajo con los 
			trabajadores y que deberá pagarla de cualquier manera, pero por esta 
			vía intenta librarse de una posible demanda laboral que los 
			compañeros pueden iniciar en cualquier momento. Por otra parte, 
			también les ofreció cuatro cajas de agua mensuales de forma 
			gratuita, y anunció que en ese mismo momento había despedido al 
			anterior Jefe de la agencia a quien responsabilizó por todas las 
			injusticias cometidas. 
			
			-¿Y qué ocurrió? 
			-Nos avisaron de lo que estaba pasando, y como esa agencia se 
			encuentra a 200 kilómetros de la capital, recién pudimos llegar en 
			la tarde del lunes. En ese tiempo él aprovechó y logró presionar y 
			convencer al 50 por ciento de los afiliados para que delante de un 
			abogado firmaran una declaración renunciando al Sindicato. Ese tipo 
			de documentos no es legal en Guatemala, pero tendremos que dar 
			también esa batalla, y seguimos luchando para defender a los que no 
			se desafiliaron. 
			
				
					
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						¡Vive Coca Cola, si te dejan! 
						 
						Entre setiembre de 2001 y setiembre de 2006 la Rel-UITA 
						realizó 490 acciones y campañas de solidaridad en la 
						región, pero también en otras partes el mundo. De ellas, 
						210 se enfocaban en conflictos o denuncias que 
						implicaban a compañías transnancionales. Entre esta 
						últimas, 70 –esto es, el 33 por ciento- correspondieron 
						a la empresa Coca Cola que tiene así el triste récord de 
						ser la transnacional que en América Latina motiva más 
						cantidad de campañas de solidaridad. 
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			-¿Qué acciones están instrumentando? 
			-Se ha instalado una delegación del Sindicato en el lugar apoyando a 
			los compañeros que no se desafiliaron, orientándolos. Ellos saben 
			que lo que Osorio les ofreció es lo que debe pagarles por el 
			Convenio, y están hablando con quienes se desafiliaron ya que debido 
			a su escasa capacitación sindical no percibieron que los estaban 
			engañando. Continuaremos todas las acciones legales para que se les 
			pague lo adeudado y ya presentamos una denuncia ante la Inspección 
			General del Trabajo, que ayer mismo se hizo presente en el lugar 
			comprobando que la empresa estaba incurriendo en una flagrante 
			ilegalidad lo que quedó registrado en un acta formal. 
			
			También se debe recordar que el gerente Osorio, en enero de este año 
			firmó un acuerdo junto con el gerente de Personal de INCASA, 
			representantes del sindicato y la FESTRAS por el cual se comprometió 
			a respetar la libertad sindical y las negociaciones colectivas, por 
			lo que deberá cumplir lo que firmó. El Comité Ejecutivo ha tomado 
			contacto con la gerencia de INCASA la que responde que esa empresa 
			distribuidora es autónoma y se desentendieron del conflicto en 
			Huehuetenango. 
			
			-Se confirma que la calma de principio de setiembre era apenas una 
			pausa. 
			-Así mismo, teníamos razón al pensar que se trataba de algo 
			circunstancial. La empresa no respeta ninguno de sus acuerdos, y 
			Coca Cola deberá responder acerca de si estas personas que 
			distribuyen su producto está actuando de manera unilateral o es una 
			política de Coca Cola Internacional.  
    
          
					
	
	
		
			
				
				
					
						
							
								
								
									
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										Carlos Amorín 
										
										© 
														Rel-UITA 
										
										27 de setiembre de 2006  | 
										
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