Argentina

Con Carolina Llanos

La UATRE, el sindicalismo alfabetizador

  

El Programa de Alfabetización Rural (PAR) de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) cumplió siete años y los beneficiarios ya suman unos 20 mil. Sirel dialogó con Carolina Llanos, responsable de la Secretaría de Igualdad de Oportunidades y Género y Coordinadora del PAR, sobre la lucha de la UATRE para contribuir a la disminución del analfabetismo en las zonas rurales donde, paradójicamente, la pobreza crece a medida que se incorpora más tecnología a la producción.

 

 

-En 2008 se cumplieron siete años

del Programa de Alfabetización Rural (PAR)…

-Siete años consecutivos.

 

-¿Cuántos centros de alfabetización forman parte del PAR?

-En 2008 tuvimos 203 centros funcionando.

 

-El mayor número en la historia del Programa…

-Sí, y lamentablemente va creciendo. Lo digo así porque nosotros querríamos que hubiese menos centros, eso significaría que hay menos personas que no saben leer y escribir.

 

-¿Cuántas personas alfabetizadas?

-Aproximadamente unas 19 mil, sumando varones y mujeres. 

 

-Como lo señalabas, emociones encontradas: una labor encomiable de UATRE, pero al mismo tiempo la demanda habla de un déficit preocupante en el área de la educación básica.

-Sí, es cierto. Alfabetizar es una tarea que nos toca porque desde el gremio se evalúa como una necesidad. Queremos capacitar y de hecho lo estamos haciendo. Enseñar a leer y escribir es básico. Esa labor la hacemos desde hace tres años junto al Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), y también al Ministerio de Educación de la Nación que pone su parte. De cara al futuro, entre otras cosas, si no ponemos fin al trabajo infantil, el PAR no acabará nunca su labor. 

 

-Me animo a decir que de esas 19 mil personas alfabetizadas, la mayoría son mujeres…

-Sí, el 70 por ciento son mujeres. Según las estadísticas realizadas por nuestros delegados esto se explica por varios factores: en primer lugar, son las mujeres las que primero se animan en asumir su situación de analfabetas… hasta en esto somos más corajudas (risas). Por otro lado, operan cuestiones culturales propias de una sociedad que tiende a discriminar a la mujer.

 

-Si hay que decidir entre el niño y la niña para ir a la escuela…

-Por regla general se opta por el chico. Eso me pasó a mí. Si bien yo tenía doce años, discutíamos en casa la posibilidad de estudiar y mi mamá planteaba que yo tuviera esa oportunidad. Mi papá no quería, porque tenía que irme del pueblo y era mujer. Mi hermano ya se había ido, pero él era varón. En ese proceso ganó mi mamá, mejor dicho gané yo, porque ella sostuvo que yo debía estudiar porque la situación del mundo estaba cambiando.

 

-El analfabetismo va de la mano del trabajo en negro (sin registro), de la pobreza, de la falta de políticas públicas…

-Intervienen muchos factores que, en cierta medida, hoy evidencian un cambio. También juega la conveniencia, porque si la gente no sabe leer y escribir, es más fácil doblegarlas, hay un terreno fértil para la explotación, para que den su voto al político de turno, etc. Pero ahora, como lo señalaba, hay cambios; el RENATRE, que reúne a trabajadores y empleadores rurales, es una de las instituciones que más apoya al PAR, y hay empresas que ajustan el horario de labor para que los trabajadores se alfabeticen.

 

-El encare multisectorial de UATRE ante la problemática del trabajo infantil es muy acertado. Este flagelo no se termina si se reproducen formas de trabajo sin registro, y en este plano, la Unión en 16 años “blanqueó” 750 mil trabajadores y trabajadoras. Acabar con el trabajo en negro, con las bajas remuneraciones, es parte de las batallas que hay que dar para terminar con el trabajo infantil.

-Exacto. Y también luchamos por revitalizar la presencia del propio Estado en las zonas rurales. Porque si al trabajo en negro le sumamos políticas educativas que nada tienen que ver con las regiones ni con nosotros mismos, la falta de electricidad, de condiciones básicas para una vida digna, todo se torna muy difícil.

 

-Un medio rural con déficit enormes para la gente y cosechadoras con conexión satelital…

-Exacto.

 

-Pasando raya, ¿cómo evalúas lo hecho desde el PAR?

-Como tú decías, son sentimientos encontrados. Por un lado la satisfacción de saber que estamos enseñando a leer y escribir, pero por otro lado es mirar nuestra realidad, entender lo que la gente padeció y sigue padeciendo. Cuando digo padecer no digo pobres infelices, porque saben y tienen la inteligencia para muchas más cosas, pero no saber leer y escribir los margina y no sólo en lo laboral.

 

Estoy convencida de que las personas que comienzan el camino de la alfabetización, también transitan por un sendero donde dejan de lado muchas frustraciones, donde se sienten mejor y van a más en la búsqueda de otros retos, interviniendo más y con mayores estímulos en la propia UATRE y su lucha.

 

 

 

 

 

Programa de Alfabetización Rural

Indicadores

 

ALFABETIZADOS  (2002 – 2008)

AÑO

ALFABETIZADOS

2002

120

2003

1.785

2004

2.107

2005

2.395

2006

3.103

2007

4.182

2008

5.641*

TOTAL

19.333

* Inscriptos en el año 2008

 

CENTROS PAR  (2002 – 2008)

AÑO

CENTROS PAR

2002

5

2003

91

2004

95

2005

99

2006

142

2007

217

2008

298*

TOTAL

947

* Centros abiertos en referencia a inscripción 2008

 

En Buenos Aires, Gerardo Iglesias

Rel-UITA

20 de enero de 2008

 

 

 

Fotos: Gerardo Iglesias

 

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