Es el responsable de la Coordinación Nacional con los Pueblos Indígenas de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). Dirigente Emberá del Departamento del Chocó. Achito dialogó con Sirel en la capital colombiana, una ciudad que la Minga vistió de colores, reclamos y propuestas para todo un país.

-¿Cuál es la principal problemática de los pueblos indígenas en Colombia?

-Las iniciativas del gobierno en el ámbito legislativo que están desconociendo los derechos económicos, sociales y culturales de los pueblos indígenas. Por otro lado, la criminalización de nuestra lucha, puesto que nos están tratando de terroristas, de guerrilleros y con esa excusa hay cantidad de asesinatos, de desaparecidos y un desplazamiento masivo de muchos pueblos indígenas. Además, enfrentamos la presencia cada vez mayor de megaproyectos relacionados con la exploración petrolera y la extracción maderera y minera que representan una amenaza para la subsistencia de nuestros pueblos.

-¿Y el Plan Colombia?

-Su política de fumigaciones está supuestamente dirigida a terminar con el narcotráfico, pero en la práctica están fumigando territorios indígenas que nada tienen que ver con los cultivos ilícitos. Esta situación está agravando el desplazamiento de los indígenas, los problemas de salud y de seguridad alimentaria, porque con esas fumigaciones están contaminando tierras y ríos.  

-Los grupos armados y el ejército también actúan negativamente limitando el desplazamiento de los indígenas.

-¡Sí! La política de “seguridad democrática” implementada por este gobierno, lo que hace es restringir el acceso a los alimentos, el acceso a la atención médica y a la educación. La política de militarización de los territorios indígenas hace que las comunidades no puedan cazar, ni pescar, no puedan cultivar, y muchas veces lo poco que cultivan lo toma el mismo Ejército. Lo mismo ocurre con la guerrilla, que se come los cultivos de los indígenas. Además, para restringir la movilidad también hay minas antipersonales que lo destrozan todo: árboles, animales, caballos, cerdos, perros o los tigres del monte.

-Estás hablando de una situación límite…

-De no haber un cambio, estamos condenados a la extinción. Esta situación hace que tengamos que salir a la lucha para tratar de terminar con estas violaciones a los derechos humanos por parte del mismo gobierno y su pretensión de estigmatizarnos como grupos terroristas.  Estamos enfrentando muertes, desaparecidos, masacres, detenidos, hambre y una constante confrontación con los mismos actores que ocupan nuestras tierras, porque la militarización en este caso tiene carácter de ocupación, y por eso es que estamos cada día peor. En los últimos años se han producido más de 1.200 asesinatos en los pueblos indígenas. El desplazamiento masivo de miles de indígenas deja el campo libre para la explotación de nuestros recursos naturales a mano de las transnacionales.

-¿Cuál es tu opinión del presidente Álvaro Uribe?

-Lo que nosotros creemos es que no tenemos mandatario. El Presidente colombiano es un gerente de las empresas transnacionales. Él debe proteger la diversidad cultural, garantizar que nosotros sigamos en el proceso de lucha por mejorar nuestras condiciones de vida. No se puede seguir explotando los recursos naturales con un alto costo en vidas para nuestros pueblos y convirtiendo en miserable a la población de la región.

Pero al Presidente no le interesa nada. En la huelga de los corteros de caña él dijo: “Recomiendo a las cooperativas y a los ingenios que por favor no sigan explotando, no sigan esclavizando a los corteros”. Bueno, eso no es una actuación propia de un Presidente, porque él no debe hacer recomendaciones, sino que debe exigir que esos tipos de contratos no se hagan en el país, porque la esclavitud fue abolida hace muchos años.

Por eso digo que él no es un Presidente, es un gerente al servicio de los empresarios y las empresas transnacionales.