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      Brasil

 

Los cuerpos rotos por el ritmo excesivo
son parte del lucro de la industria

 

 

Trabajadores y trabajadoras organizados de todo Brasil se reunieron recientemente en la ciudad paulista de Atibaia, convocados por la CONTAC y la UITA para diseñar y relanzar la Campaña Internacional contra el Ritmo Excesivo de Trabajo en las Avícolas. El debate fue abierto por Gerardo Iglesias, secretario regional para América latina de la UITA y Siderlei de Oliveira, presidente de la Confederación nacional de Trabajadores en la Alimentación (CONTAC) y del Instituto Nacional de Salud en el Trabajo (INST) de la CUT.

 

 

Siderlei de Oliveira dijo que la exposición anterior de Ana Grabowski de la UFCW de Estados Unidos*, permitió comprobar que “no somos los únicos sometidos a estas presiones laborales, e incluso ahora comprendo por qué la peor de todas las empresas avícolas de Brasil es Cargill: porque este régimen de explotación extrema forma parte de su sistema económico, porque su estructura de inversión y de rentabilidad esperada exige metas que, para ser alcanzadas, deberán dejar en el camino el cuerpo de los trabajadores y trabajadoras. No les importa que estén enfermos; ellos deben seguir trabajando igual. El ritmo excesivo es para Cargill un sistema de trabajo empleado a nivel mundial”, constató.

 

Recordó también el caso de Cidrolandia, donde se llegó al extremo de pretender maquillar la muerte del trabajador Marco Antonio Pedro, ocurrida en marzo de 2007, obteniendo la complicidad de autoridades locales para que declararan que el accidente de trabajo había sido en realidad un suicidio. Afortunadamente no consiguieron su objetivo y se pudo probar que, después de la muerte del trabajador, funcionarios de confianza de la empresa habían modificado la máquina agregándole elementos de seguridad que nunca habían existido.

 

Siderlei subrayó que “De los más de 500 mil trabajadores y trabajadoras empleados en todo el sector avícola brasilero, 143 mil lo están en estas cuatro empresas. La industria frigorífica brasileña es una de las mejores calificadas y organizadas del mundo”.

“La Campaña Internacional es necesaria porque las numerosas acciones realizadas por los sindicatos y la CONTAC no han alcanzado para modificar las cosas. Entonces hay que poner más presión”

 

Los trabajadores de los aviarios pequeños y de los frigoríficos son explotados por igual, ya que a los primeros, después de descontados los insumos y el costo de amortización de las instalaciones, es poco y nada lo que les queda. Además, estos emprendimientos suelen ser familiares, ya que los pollos y las gallinas exigen cuidados las 24 horas, y todos los integrantes del grupo familiar asumen tareas para salir adelante. Esta atención permanente es fuente de trabajo infantil. Al fin, reuniendo todo lo que reciben no llegan a cubrir dos salarios mínimos, pero trabaja toda la familia, informó.

 

Refiriéndose al trabajo industrial, Siderlei anotó que “hay frigoríficos que producen hasta casi 1 millón de pollos al día, como es el caso de Rio Verde. Imaginen ustedes cuántas personas están trabajando para ellos en los aviarios, además de las 143 mil que lo hacen directamente. Muchos de ellos son, a su vez, empleados por pequeñas empresas y están sometidos a jornadas extenuantes. Sabemos que no pocos recurren a diversas drogas para soportar el trabajo nocturno, el trabajo pesado, y encontramos también numerosos casos de trabajo infantil”.

 

Para Siderlei, otro de los temas centrales es el frío. Según la legislación brasileña los trabajadores y trabajadoras no pueden ser expuestos de manera sistemática a temperaturas inferiores a los 10 grados Celsius. Pero hay clientes de las avícolas que, aunque no lo hacen formalmente porque sería ilegal, reclaman que se trabaje en temperaturas bastante inferiores a esa, llegando en algunos casos a los 4 y 5 grados.

 

La industria avícola distribuye mucho dinero, desde los pequeños pueblos del interior donde van a buscar el maíz para la ración, pasando por los transportistas hasta las localidades donde están emplazados los frigoríficos. Ahí no se ve miseria, todos trabajan. “Hasta los vagos se cuidan de no pasar frente a la planta porque los meten a trabajar”, ironizó.

La industria representó 3,5 miles de millones de dólares en 2007, equivalente al 2 por ciento del PIB. Brasil es el primer exportador mundial de pollos y el segundo en producción

 

“Al principio el frigorífico parece traer cierto progreso -dijo Siderlei-, crea empleos, sí, pero el asunto es por cuánto tiempo se puede trabajar en esas condiciones. Todas las plantas avícolas tienen vacantes de manera permanente”.

 

La misma industria que crea empleos, que aparenta traer progreso, que recibe promociones y exenciones del gobierno, es la misma que está mutilando a los trabajadores y trabajadoras brasileñas, en general jóvenes. Las ciudades donde se han implantado las avícolas están llenas de farmacias, y lo están porque hay mucha gente enferma. En Serafina Correia, que tiene 14 mil habitantes, hay farmacias como para 60 mil personas. Y según una investigación reciente, la mayor cantidad de medicamentos vendidos son antidepresivos, antibióticos y antiácidos estomacales.

 

“¿Cómo hacen las empresas para eludir el problema de las LER de sus trabajadores? -preguntó el presidente de la CONTAC-. Los despide por causa justificada, lo hace con los accidentados y con las embarazadas. Entonces, el trabajador o la trabajadora, ¿qué hacen? Van a la justicia y reclaman que el despido es injustificado. La justicia lo acepta, y el despedido o la despedida cobra así sus derechos, pero casi sin darse cuenta aceptaron el despido. La empresa paga todo, pero logró deshacerse del problema. Esto hacen Cargill o Perdigão, empresas que están entre las mayores del sector alimentación en el mundo, pero también otras más pequeñas”.

 

Advirtió acerca de que “Nuestros patrones no son los que están en las plantas, los gerentes o los presidentes de las compañías, nuestros patrones son inversores en las Bolsas de Valores que exigen cada año mayores beneficios bajo la amenaza de retirarse. Quizás deberíamos empezar a realizar nuestras movilizaciones ante las Bolsas de Valores y no ante unos funcionarios insensibles que sólo saben cumplir órdenes”, finalizó.

 

En su presentación, Gerardo Iglesias, secretario regional para América Latina de la UITA, delineó algunas ideas fuerza acerca de cómo profundizar la Campaña Internacional Sobre el Ritmo de Trabajo Excesivo en las avícolas de Brasil

 

Comenzó exponiendo algunos datos básicos del sector, señalando que la industria representó 3,5 miles de millones de dólares en 2007, equivalente al 2 por ciento del PIB. Brasil es el primer exportador mundial de pollos y el segundo en producción, después de Estados Unidos.

 

El gobierno brasileño publicita los resultados macroeconómicos del sector -remarcó-, pero nunca menciona la cantidad de trabajadores y trabajadoras afectados por diversas dolencias, especialmente por LER.

 

El ritmo excesivo de trabajo y las pésimas condiciones laborales del sector son un grave problema no sólo en Brasil sino en todo el mundo.

 

Una investigación realizada en las cuatro principales empresas avícolas de ese país -Sadia, Perdigão, Cargill y Doux- estableció que el 25 por ciento de los trabajadores y trabajadoras está enfermo. Esto equivale a 40 mil personas, de las cuales el 55 por ciento son mujeres, informó.

 

Ciclos cortos de trabajo, ritmo excesivo, esfuerzos repetitivos, jornadas prolongadas, presión para lograr las metas, todo esto hace pensar en que se debe luchar por la reducción de la jornada de trabajo, pero cuidado -advirtió Iglesias-, de nada servirá eso si no se eliminan los bancos de horas. Y esto debe también estar dentro de los objetivos de esta campaña.

 

“Otros sectores enfrentan estos mismos problemas, como por ejemplo los cortadores de caña. Lula dijo recientemente que el etanol es el combustible del siglo XXI, pero no dijo que las condiciones de trabajo en los cañaverales son propias del siglo XVI”, expresó el secretario regional de la UITA.

 

En una reciente actividad realizada junto a la Federación de Empleados Asalariados Rurales del Estado de São Paulo (FERAESP) en la ciudad de Araraquara, la investigadora social Raquel Sant’anna, de la UNICAMP, informó que un relevamiento realizado entre los cortadores de caña de la región de São Paulo reveló que estos trabajadores, que para ser empleados deben cortar como mínimo 12 toneladas diarias de caña, tienen menos expectativa de vida de la que tenían los esclavos hace cuatro siglos, señaló Iglesias. 

“Al principio el frigorífico parece traer cierto progreso, crea empleos, sí, pero ¿por cuánto tiempo se puede trabajar en esas condiciones?”

 

Refiriéndose a la Campaña Internacional, dijo que ella es necesaria “porque las numerosas acciones realizadas por los sindicatos y la CONTAC no han alcanzado para modificar las cosas. Entonces hay que poner más presión, como lo hicimos en la planta de Araras de Nestlé, donde finalmente se pudo conseguir un cambio en el ritmo de trabajo”.

 

“A las corporaciones transnacionales no les gustan las denuncias en la prensa -continuó-, y tampoco el trabajo de sensibilización de la opinión pública sobre los abusos que cometen, la divulgación de hechos que demuestran cuán poco les importa realmente la tan mencionada ‘responsabilidad social’”.

 

Citó a modo de ejemplo que en la planta de Cidrolandia de Cargill hay una pancarta que dice “Cero accidente”. “¿En cuántos frigoríficos está ese cartel? ¿Y cómo es posible que haya cero accidente cuando el 55 por ciento de las mujeres padecen LER?”, preguntó.

 

El objetivo de una campaña nacional e internacional será entonces profundizar y extender el debate a nivel nacional, promover una mesa tripartita de negociación con participación de los empresarios, los trabajadores y el gobierno, propuso Iglesias.

 

Expresó que en su opinión, si el Encuentro decidía respaldarla, el relanzamiento de esta campaña sería realizado en el próximo Congreso Mundial de Trabajadores de la Carne de UITA en Londres. Señaló que así como otras organizaciones sindicales brasileras se han sumado a este esfuerzo, se debería procurar el apoyo de organizaciones de derechos humanos “¿No es acaso una violación a los derechos humanos imponer ritmos de trabajo que enferman a las personas hasta dejarlas físicamente inválidas y psíquicamente afectadas? ¿El dolor permanente provocado por las condiciones de trabajo no es una violación a los derechos humanos? -interrogó-. Debemos preguntarnos, y decidirlo aquí, en esta ocasión, si la delegación de la CONTAC que estará participando en el Congreso Mundial en Londres se pondrá en contacto con Amnistía Internacional, que ya ha expresado su preocupación con la situación de los trabajadores de la caña de azúcar. Debemos definir si ensanchamos las alianzas con otras organizaciones sociales de mujeres y consumidores para continuar esta lucha”, finalizó. 

“El ritmo excesivo es para Cargill un sistema de trabajo empleado a nivel mundial”

 

Los participantes del Encuentro aprobaron el relanzamiento de la Campaña Internacional contra el Ritmo Excesivo de Trabajo en las Avícolas, así como algunas líneas de acción concretas que ya quedaron delineadas. Asimismo, se apoyó la propuesta de anunciar y presentar la Campaña en el Congreso Mundial del Sector Carne de la UITA, que viene de realizarse en Londres. Finalmente, el Encuentro discutió, elaboró y dio redacción final a la “Carta de Atibaia”, un importante documento en el que se estableció:

 

1) Que este sistema de trabajo que están imponiendo las empresas es completamente insostenible por su carácter inhumano, cuyas consecuencias para la salud de los trabajadores y trabajadoras son tan graves y extendidas que ya tienen características de epidemia.

 

2) Comprobando que las numerosas denuncias y acciones que nuestras organizaciones vienen realizando desde hace varios años han sido insuficientes, resolvemos apoyar la Campaña Internacional de sensibilización y denuncia de la CONTAC y la UITA, cuyo objetivo es la modificación radical de esta situación hasta lograr un sistema de producción que tenga en cuenta la condición humana.

 

3) Exigimos que el gobierno nacional asuma su responsabilidad en este tema y se comprometa a intervenir en la búsqueda urgente de una solución satisfactoria para los trabajadores y trabajadoras”.

  

Carlos Amorín

Rel-UITA

30 de junio de 2008

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

* Cuya síntesis, junto a las de otras exposiciones, serán próximamente publicadas en esta página.

 

Ilustración 1: Tunda Prada | Rel-UITA
Ilustración 2: Álvaro Santos | Rel-UITA

 

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