En la
Cumbre de Presidentes de Centroamérica, los países
del ALBA y
el Caribe para enfrentar crisis alimentaria,
hubo mucho
ruido y pocas nueces
Se esperaba poder encontrar ya una salida concreta a la grave
situación alimentaria que está atravesando la región
centroamericana y el Caribe, a través de una
estrategia conjunta de los diferentes países de la región y
el aporte de los que son miembros activos de la Alternativa
Bolivariana para las Américas (ALBA).
Por esta razón, el pasado 26 de abril, los Ministros de
Agricultura de estos países se
reunieron en Managua para abordar estos temas y sentar las
bases para una Cumbre de Presidentes de Centroamérica,
ALBA y el Caribe, respondiendo a la convocatoria
hecha con urgencia por el presidente nicaragüense, Daniel
Ortega, en la que se debían definir los lineamientos y
las acciones a emprender a corto, mediano y largo plazo para
dar una respuesta a la crisis.
Pese a la gran expectativa que se había generado
por la urgencia del tema a discutir, la Cumbre Presidencial
sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria “Alimentos para la
Vida”, que se desarrolló en Nicaragua el pasado 7 de
mayo con la presencia de Jefes de Estado y altos
funcionarios de 15 países, no logró ir más allá de medidas
generales y análisis y planteamientos políticos-ideológicos,
los cuales aunque necesarios para buscar un entendimiento
común entre los países sobre las causas de esta grave
situación, no dejaron espacio para la toma de medidas
concretas que serán objeto de una nueva reunión técnica a
realizarse a final del mes en México.
Ariel Bucardo |
Previo a la Cumbre Presidencial, el Ministro de
Agricultura nicaragüense, Ariel Bucardo, había
planteado los objetivos e instrumentos individuados en la
reunión de Ministros de Agricultura para hacerle frente a la
crisis alimentaria en la región.
Según Bucardo, “entre los principales
objetivos de esta estrategia regional están el esfuerzo de
producir nuestros propios alimentos, aumentando la
producción de cinco rubros muy sensible para la alimentación
y para los cuales tenemos potencialidades, es decir arroz,
maíz blanco, fríjol, sorgo y leche, el apoyo financiero y
con insumos para los pequeños y medianos productores y la
innovación tecnológica”.
Bucardo
recordó que entre los diferentes países centroamericanos,
del ALBA y el Caribe existen especificidades y
también complementariedades que hay que aprovechar para
elaborar una estrategia común y se individuaron tres
elementos que permitirían la reestructuración del sector
agrícola a nivel regional a corto, mediano y largo plazo.
“Un primer elemento lo constituye el potencial
productivo que está concentrado en los países que tengan
suficientes tierras para cultivar, agua, recursos humanos y
capacidad para aumentar la productividad por hectáreas.
Nicaragua, Honduras y Guatemala gozan de
estas características. Los otros dos elementos -continuó
Bucardo- tienen que ver con los recursos financieros y
la experiencia en tecnología agrícola. En el primer caso
tendríamos el aporte de Venezuela y México,
mientras que la parte tecnológica estaría a cargo de
México y Cuba. Si logramos encontrar la voluntad
para juntar todas estos recursos y capacidades de los
diferentes países, podríamos desarrollar un programa que nos
garantice poder tener los alimentos que necesitamos a corto
plazo, pero sobre todo, para cambiar una estructura
productiva que fue totalmente desmantelada por las políticas
neoliberales que la consideraban inútil”, aseveró el titular
del MAGFOR.
La propuesta de los Ministros de Agricultura
apuntaba a enfocar las políticas regionales de corto plazo
hacia la búsqueda de recursos económicos para financiar de
inmediato, con crédito, semillas e insumos, el ciclo
agrícola de los pequeños y medianos productores que comienza
en este mes con la entrada del invierno. A este propósito se
habló de constituir un fondo de 600 millones de dólares,
contando con un primer aporte de Venezuela por la
cantidad de 100 millones de dólares.
A mediano y largo plazo se estudió la posibilidad de trabajar
políticas y propuestas productivas, buscando mayores
recursos para invertirlos en las infraestructuras
relacionadas con la producción agrícola, como son los
sistemas de riego, de electrificación, los caminos
productivos, la capacidad de almacenamiento y acopio, entre
otros, y garantizar la soberanía alimentaria de los países.
“La idea de fondo es regresar al agro para poder
satisfacer la demanda de alimentos de nuestras poblaciones y
poder después comercializar los excedentes a nivel regional
y mundial, adoptando al mismo tiempo un concepto diferente
de comercio y haciendo un esfuerzo doble. Es necesario
-explicó Bucardo- que el productor reciba un precio
justo para que se motive a seguir produciendo, pero al mismo
tiempo hay que hacer el esfuerzo para que también el
consumidor tenga precios accesibles. No se trata de que los
Estados se pongan a controlar mercados, cadenas o precios,
sino hacer esfuerzos conjuntos a nivel regional para crear
mecanismos que acerquen más el productor al consumidor,
porque la cadena de intermediación es la que más encarece el
producto, y estimular a nivel regional procesos de
asociacionismo entre los productores para mejorar la
comercialización y bajar costos”, concluyó el titular del
MAGFOR.
La Cumbre Presidencial que se realizó en Managua,
debía debatir todos estos temas y tomar acuerdos y
resoluciones sobre cómo enfrentar esta situación y definir
mecanismos para darle seguimiento a lo acordado entre los
ministros de Agricultura, para poderlo ir operativizando en
lo que corresponde a las acciones conjuntas y a las que le
corresponde a cada país.
El resultado fue otro y se quedó todavía a un
nivel de medidas y planteamientos generales y de juicios de
valor sobre temas como el “capitalismo”, el “libre mercado”
y las políticas de subsidios de los países europeos y de
Estados Unidos a sus productores, que no facilitaron el
consenso entre los presentes, tanto que la
Declaración Conjunta de la Cumbre no fue firmada por las
delegaciones de los países y mucho menos respaldada por
Costa Rica y El Salvador, dejando también al
descubierto ciertas suspicacias sobre el papel que van a
jugar los países del ALBA en este proceso.
Entre las medidas y propuestas concretas que se
dieron a conocer en esta Cumbre Presidencial destacan la
decisión de Haití de subsidiar el precio del arroz,
harina y aceite para los próximos seis meses, la propuesta
de Costa Rica de destinar 70 millones de dólares para
el apoyo a la producción agropecuaria y al consumidor,
instruir a los Ministros de Agricultura, Economía y Comercio
para elaborar un Programa de Soberanía Solidaria y Seguridad
Alimentaria, que contenga un Plan de Acción Inmediato a
presentarse en 30 días, exhortar a la comunidad
internacional a aumentar sustancialmente los niveles y
facilidades de cooperación, disminuyendo los tiempos de
desembolsos, solicitarle a los organismos internacionales
crédito a corto plazo para incrementar rápidamente la
producción agrícola y la formulación de siete puntos para la
región centroamericana y el Caribe por parte de Venezuela.
Entre esos puntos se señala la creación de
un Banco de Insumos Agrícolas para disminuir los costos a
pequeños y medianos productores, destinar 100 millones de
dólares a través del Banco del ALBA para la cartera
agrícola, crear un plan especial dentro de PETROCARIBE* para
financiar la producción agrícola, a través de cuotas
especiales de combustible que impacten sobre la producción,
seguir impulsando la lucha y la expropiación de tierras del
narcotráfico para destinarlas a la producción agrícola,
crear un Centro de Estudios el fortalecimiento de la
producción agrícola e invitar a la celebración de una Cumbre
de países productores de petróleo, en la búsqueda de una
formula petro-alimentaria para la creación de un fondo
especial agrícola.