Alrededor de
100.000 animales marinos como pingüinos,
ballenas, tortugas, focas, peces, marsopas, aves
marinas y delfines mueren cada año debido a la
ingesta de bolsas plásticas que se han
convertido en basura y que llenan mares y
océanos y lo peor es que una vez que su víctima
ha muerto y se descompone, la bolsa plástica no
se degrada y vuelve a ser un elemento mortal
para otros animales.
La triste historia de las bolsas plásticas, las
prácticas e inofensivas bolsas que nos “regalan”
y acumulamos por los rincones de nuestras
cocinas se han convertido en un real problema
ecológico, conforme transcurra el tiempo se
convertirán en una severa crisis ambiental en
todo el planeta, si no se toman medidas urgentes
a nivel mundial.
Para fabricar las bolsas plásticas se necesita
de un precioso recurso natural no renovable, el
petróleo, que además de ser un combustible fósil
que genera contaminación se está acabando. ¿Y lo
malgastamos fabricando más bolsas hechas de
plástico?
Cada año en el
mundo se producen aproximadamente entre 500
billones y un trillón de bolsas que se regalan
en las tiendas, supermercados y establecimientos
comerciales y que se convertirán en basura a los pocos minutos de su
uso, ya que nos hemos vuelto dependientes de
estas prácticas, pero peligrosas y contaminantes
formas de cargar nuestras compras.
Sin embargo, ¿a quién le importa el destino de
las bolsas plásticas?, sobre todo en una
sociedad de consumo y en una subcultura
ambiental en que nadie se detiene a pensar en el
daño que indirectamente le causa al medio
ambiente cada vez que sale de un centro
comercial portando consigo esa clase de
recipientes plásticos que, al llegar a su casa,
los destina temporalmente para guardar o
envolver algún objeto, pero a la larga va a dar
al depósito de la basura, si no es que se las
bota en la calle y que la mayoría de éstas van a
nuestros ríos, lagos, mares y océanos del mundo
a través de los desagües y cañadas y con suerte
en inmensos depósitos de desechos, donde para
degradarse deberán esperar quinientos años o más
para desaparecer, mientras en medio de su
proceso de descomposición contaminan el suelo no
sólo visualmente sino también químicamente.
Alrededor de 100.000 animales marinos como
pingüinos, ballenas, tortugas, focas, peces,
marsopas, aves marinas y delfines mueren cada
año debido a la ingesta de bolsas plásticas que se han
convertido en basura y que llenan mares y
océanos y lo peor es que una vez que su víctima
ha muerto y se descompone, la bolsa plástica no
se degrada y vuelve a ser un elemento mortal
para otros animales.
Una botella
de plástico puede tener una vida de 450 años y
sus miles de fragmentos milimétricos no
biodegradables, muy resistentes y estables, son
una amenaza para estos animales que suelen
confundirlos con la comida.
El 20 por ciento de la basura recogida de las
playas son bolsas plásticas junto con envases de
licor, sodas, cervezas y otras latas; es decir
que además de provocar la muerte a muchas
especies se han convertido en basura que
contamina el paisaje y se acumula en playas de
todo el mundo, gracias a las personas que las
botan sin ninguna consideración ni cuidado.
La norteamericana Academia Nacional de Ciencias
de Estados Unidos realizó un estudio al
respecto, habiendo llegado a determinar que
las embarcaciones transoceánicas arrojaban en
conjunto 4 millones de kilos de plástico al mar,
y esa es la razón por la cual los vertederos de
basura del mundo están saturados de bolsas
plásticas; en tanto que miles de ellas son
arrastradas hacia distintos lugares de la
Tierra. Se han encontrado bolsas plásticas
flotando en el Norte del Círculo Ártico y en las
Islas Malvinas.
En China una de las principales
preocupaciones es la basura, las bolsas de
plástico que vuelan por las calles son llamadas
“contaminación blanca”. Que ahorrará 37 millones
de barriles de petróleo cada año gracias a la
prohibición de bolsas plásticas gratuitas En
Sudáfrica, las bolsas son tan notorias en el
campo que se han ganado el despreciativo título
de “flores nacionales” porque rotas y enredadas
en los arbustos nos anuncian que nos estamos
aproximando a una ciudad, o a las que vemos
salir flotando desde la ventana de un carro.
Tomando medidas drásticas
Algunos países están tomando medidas drásticas
contra el uso de las bolsas de plástico. En
algunos países sencillamente han decidido que si
alguien quiere su bolsa en la bodega, que le
cueste unos centavos. Medida drástica y efectiva
aunque no ataca las raíces del problema.
Entre los países que han prohibido o tomado
acciones para desalentar el uso de las bolsas de
plástico se encuentra Irlanda, que fue la
primera en Europa en poner impuestos a
las bolsas plásticas en el 2002, de esta forma
ha reducido el consumo en un 90 por ciento.
Por otro lado,
Australia, Bangladesh, Italia,
Sudáfrica, Taiwán, Mumbay
(antes Bombay), India, Israel, Canadá,
Botswana,
Kenya, Tanzania y Singapur
han prohibido las bolsas plásticas.
El 27 de marzo del 2007, San Francisco se
convirtió en la primera ciudad de Estados
Unidos. en prohibir las bolsas plásticas,
según NPR (National Public Radio). Oakland y
Boston están considerando la prohibición. Los
australianos usaban cerca de 7.000 millones de
bolsas al año, y cerca de 1.200 millones de
ellas al año se entregaban gratis en Irlanda
antes de las restricciones del gobierno, de
acuerdo a estimaciones gubernamentales.
En Irlanda existe un impuesto de cerca
del 20 por ciento, que los clientes finales han
tenido que pagar por cada bolsa de plástico,
desde marzo de 2002. El uso de bolsas plásticas
en Irlanda cayó en más del 90 por ciento
luego de que se aprobó el impuesto, y el
gobierno ha reunido millones de dólares para
programas de reciclamiento. Similar legislación
fue introducida hace un tiempo atrás en
Escocia y está en discusión en el resto del
Reino Unido.
En Australia, cerca del 90 por ciento de
los negocios minoristas han firmado acuerdos
voluntarios con el gobierno para reducir el uso
de las bolsas de plástico. Una ley que entró en
vigor el año pasado requiere que los
restaurantes, supermercados y las bodegas,
cobren a los clientes por las bolsas y los
utensilios de plástico. Esta ley ha resultado en
una reducción del 69 por ciento en el uso de
productos de plástico, según informes de la
prensa.
“Cada pieza de basura tiene un rostro humano
detrás. Si ellas son un daño para el medio
ambiente en términos de deterioro visual,
entonces la gente necesita dejar de ensuciar el
ambiente”, dijo Rob Krebs, portavoz del Consejo
Americano del Plástico.
Estudios realizados por un grupo ambientalista
californiano sobre el uso de las bolsas
plásticas estiman que
los
norteamericanos usan cerca de 84 mil millones de
bolsas plásticas anualmente. Las primeras bolsas de plástico para sándwiches fueron
introducidas en 1957. Las tiendas de
departamentos comenzaron a usar bolsas de
plástico a fines de la década de 1970, y las
cadenas de supermercados las empezaron a usar a
inicios de los años ochenta. Afortunadamente
muchos países se están concienciando, prohibiendo
las bolsas de plástico típicas y/o
sustituyéndolas por bolsas biodegradables.
¿Qué podemos hacer?
Mientras las leyes no cambien, debemos tomar
conciencia del peligro que representan y evitar
su empleo, utilizando bolsas de otros
materiales que podemos utilizar muchas veces al
ir de compras. Si usamos una bolsa de tela,
podemos ahorrar 6 bolsas por semana, 24 bolsas
al mes, 288 bolsas al año, 22.176 bolsas durante
una vida promedio. Si sólo 1 de cada 5 personas
en nuestro país hiciera ésto, ahorraríamos
1.330.560.000.000 de bolsas durante nuestras
vidas.
Otra posibilidad es tener cuidado en la forma que nos deshacemos de
ellas, no las botes en el campo o la playa,
intenta depositarlas en lugares habilitados para
dejar basura. Otra forma muy útil es
reciclándolas. Las bolsas que traes de la compra
utilízalas para depositar tu basura en vez de
comprar más bolsas plásticas para poner tu
basura dentro.
Y por último eduquemos a nuestros hijos en la
importancia que tiene el cuidado de nuestro
medio ambiente y del daño que estamos haciendo.
Si tomamos estas pequeñas medidas a nuestro
alcance, que no suponen un gran esfuerzo y
sumadas entre todos pueden evitar un enorme daño
a nuestra madre tierra y a quienes vivimos en
ella. Utilizar bolsas retornables no plásticas
es una manera para colaborar y frenar la
contaminación y mejorar el estado del planeta.
Sylvia Ubal
Tomado de Ecoportal
15 de junio de 2009