El caso
de Chile es presentado en América Latina como
un modelo exitoso en materia forestal, a pesar de que
numerosas organizaciones chilenas y en particular de
indígenas Mapuche vienen denunciando desde hace años los
impactos de las grandes plantaciones de pinos y eucalipto
instaladas en el sur del país. Sin embargo, ello no ha sido
obstáculo para que bien pagos consultores forestales
continúen repitiendo las mismas mentiras y convenciendo a
los gobiernos de otros países (Perú y Ecuador
son los casos más recientes) a transitar el ”exitoso” camino
chileno. Como parte del paquete publicitario, los promotores
del modelo incluyen la supuesta capacidad de generación de
empleos de las plantaciones y la resultante mejora en la
calidad de vida de las poblaciones locales.
En ese
contexto, el siguiente extracto de un documento elaborado
por dos ingenieros forestales de la Universidad Austral de
Chile, demuestra la falsedad de dichas afirmaciones e
ilustra, a partir de estadísticas oficiales, la dimensión
del desastre social de este modelo. Al respecto dicen:
“Una de las mayores contradicciones del sector forestal
chileno es que mientras ha habido un crecimiento notable de
las exportaciones forestales a partir de plantaciones de
pino y eucalipto principalmente distribuidas en las Regiones
VIII y IX, la población de esas Regiones no ha visto
mejorada su calidad de vida. Durante el rápido proceso de
expansión de las plantaciones (principalmente durante los 70
y 80) ocurrieron problemas de migraciones, crecimiento
explosivo de pueblos bien establecidos y de desempleo. En la
actualidad la actividad forestal en Chile se
concentra desde las Regiones VII hasta X, y son justamente
estas cuatro Regiones las que tienen los Índices de
Desarrollo Humano (IDH) más bajos. Según datos del
gobierno, entre 1990 y 1998 las Regiones VIII y IX han sido
aquellas con mayor cantidad de pobres (40,5 por ciento en
promedio en 1990 y 27,3 por ciento en promedio en 1998) e
indigentes (15,2 por ciento promedio en 1990 y 8,5 por
ciento promedio en 1998).
De acuerdo a la misma fuente, la relación entre pobreza y
distribución del ingreso es evidente de acuerdo al
Coeficiente de Gini: en 1998 las Regiones VIII y IX
presentaban las peores condiciones de distribución del
ingreso en Chile. Por áreas particulares, la IX
Región es aquella con un mayor porcentaje de gente que
recibe salud entre regular y muy mala (41,7 por ciento), y
en educación, las Regiones VII, X y IX son aquellas con
mayor porcentaje de población entre 4 y 17 años que no
asiste a un establecimiento educacional. Más aún, la VIII
Región, que concentra las mayores superficies de
plantaciones de especies exóticas, es también la más pobre y
aquella con el porcentaje de población rural indigente más
alto del país. Luego de la VIII Región, la IX Región es
aquella de mayor actividad forestal en Chile y la de
mayor concentración de población Mapuche. Los Mapuche en
esta Región perciben la mitad de los ingresos y sus IDH
en todos los aspectos son inferiores a los de la gente no
Mapuche. Adicionalmente, en la actualidad existen severos
conflictos entre empresas forestales o agrícolas y
comunidades Mapuche por reclamos relativos a propiedad de
tierras.”
“Aunque sería injusto atribuir los problemas señalados
exclusivamente al sector forestal, los datos señalados
sugieren al menos que éste no ha contribuido a mejorar la
situación socioeconómica de los habitantes de estas
regiones, ni siquiera a nivel rural. Para ilustrar, entre
los años 1987 y 1996 las Regiones VII, VIII y IX, además de
la III, fueron las que registraron peores índices de
superación de la pobreza, mientras que las exportaciones
forestales durante el período fueron en ascenso. Esto se
explica, entre otros factores, por los bajos sueldos de los
trabajadores, factor que justamente ha ayudado a atraer
capitales al sector forestal chileno.”
Los comentarios huelgan.
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