México

Piden revitalizar la agricultura frente
a la crisis alimentaria mundial

 

Distintos sectores de intelectuales y campesinos de México se reunieron recientemente para discutir posibles alternativas a la crisis alimentaria que afecta a todo el mundo y que ha empujado a este país -hasta hace pocos años gran productor de alimentos- a la encrucijada de revitalizar su agricultura o administrar la carestía.

 

 

Cinco representantes de las principales gremiales de agricultores de México se reunieron el pasado 28 de agosto para clausurar la serie de mesas redondas “México en la crisis alimentaria global” y abordar la disyuntiva de “Revitalizar la agricultura o administrar la carestía”.

 

Las mesas redondas se llevaron a cabo en el Centro Cultural Veracruzano, organizadas por el Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural Maya, la campaña “Sin Maíz no hay País” y la Fundación Heberto Martínez. En su última sesión, la mesa fue moderada por el doctor Armando Bartra, reconocido economista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

El primer turno fue para José Narro de la Comisión Nacional Plan de Ayala (CNPA), quien  inició describiendo un panorama social y económicamente negativo para México, gracias a la inseguridad, el incremento de las importaciones, el aumento del precio de la gasolina, la declinación económica en Estados Unidos, el bajo nivel de crecimiento económico -menos de un dos por ciento-, y el disparo de la inflación hasta casi cinco puntos porcentuales.

 

Denunció que “veinte funcionarios son dueños del país”, y que mientras México tiene en su haber a uno de los hombres más ricos del mundo -Carlos Slim- el dinero no les llega a los agricultores pues se queda en manos de los intermediarios comerciales y financieros.

El especialista también denunció “los costos del desgobierno y la corrupción”, así como la falta de apoyo gubernamental para las micro y pequeñas empresas. Insistió que el gobierno es incapaz de “regular la economía y proveer de los servicios básicos a la población, lo que ha aumentado el costo de la vida, aumentado el desempleo y el subempleo y desvalorizando el salario”. Dejando la producción de alimentos en manos de empresas trasnacionales, señaló.

 

Como propuesta, dijo que se trata de “cambiar de estrategia”,  impulsar la producción campesina nacional, la consiguiente organización de este sector y cesar el apoyo a los oligopolios.

 

Este especialista, al igual que los siguientes ponentes, afirmó que conseguir la soberanía alimentaria es urgente, así como no permitir más injerencia extranjera, sobre todo de Estados Unidos, evitando la importación de transgénicos “de mala calidad tanto nutricional como sanitaria”.

 

Por su parte Ernesto Ladrón de Guevara de la Unión Nacional de Organizaciones Campesinas Autónomas (UNORCA), fue el único en sostener que “los campesinos podemos alimentar a México y al mundo, pues el hambre no es producto de la escasez sino de la mala distribución de los ingresos”.

 

Criticó los subsidios que el gobierno de México otorga a las familias pobres, que consisten en aproximadamente 120 pesos mensuales (unos 12 dólares), y defendió el derecho de los campesinos a ser productores de alimentos, y de fomentar el cultivo orgánico y el respeto al medio ambiente.

La dependencia agroalimentaria es un peligro de seguridad nacional, casi como lo es el problema de la seguridad pública.

 

Puso sobre la mesa la desventaja que los países latinoamericanos poseen frente a los subsidios agrícolas que se les otorgan a los agricultores de países desarrollados y denunció la nueva tendencia de fabricar combustibles naturales, pues a su juicio no son rentables económicamente ni para el medio ambiente. “Es una aberración usar maíz para producir etanol”, sostuvo.

 

Mencionó que México es uno de los principales importadores de leche en polvo en todo el mundo y que las importaciones de alimentos llegaron el año pasado a superar el ingreso por divisas. “La agricultura campesina es la solución”, concluyó y sugirió que el gobierno debe hacer una verdadera inversión productiva, mejorar las reservas de alimentos, garantizar el derecho a la alimentación, el combate a la pobreza, mejorar las condiciones de nutrición de la población, detener la migración rural que produce desintegración familiar y enfocarse en el rescate de productos básicos y estratégicos como el maíz.

 

Fernando Celis, de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CONOC), señaló la preocupación de que en el campo mexicano se estén diversificando los ingresos de las familias campesinas que antes se dedicaban exclusivamente a la producción de alimentos, mientras que ahora se dedican al comercio, los servicios, las artesanías y son ayudados por las remesas familiares provenientes de Estados Unidos, dejando solamente un 18 por ciento de su fuerza productiva para la agricultura.

 

Los productores estarían viéndose acorralados, según este especialista, por los acostumbrados usureros, frente a lo cual propuso que se incremente el apoyo a la creación de cajas de ahorro y crédito –que en algunas partes del país ya han funcionado- dirigidas por mujeres, lo que también les ayudaría a éstas al empoderamiento de género en sus comunidades.

 

Celis propuso “la disociación del mercado financiero del mercado agrícola, que los pequeños agricultores sigan siendo pequeños, y que se revaloren las políticas de subsidio”. “Se trata de tener una estrategia clara, con una mayor valoración cultural del orgullo de ser campesino”, subrayó.

 

Max Correa del Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (CONORP) en el transcurso de su ponencia sostuvo que la crisis alimentaria global se debe, en parte, a la creciente demanda de alimentos, la proliferación de los biocombustibles, los altos subsidios a la agricultura en los países más desarrollados, más ciertos factores climáticos, el aumento de la demanda de leche en polvo, la especulación comercial, y por último a políticas públicas que tienden a disminuir los apoyos a los pequeños productores.

 

Aseguró que en México no se puede resolver la crisis a corto plazo sino que debe darse un profundo cambio de las políticas públicas. Alertó que “la dependencia agroalimentaria es un peligro de seguridad nacional, casi como lo es el problema de la seguridad pública”.

 

Dijo que las organizaciones campesinas “no solo deben buscar medidas desde el gobierno de facto sino en la agenda legislativa vía presupuesto”. Causó sorpresa en el público, su sugerencia final: “hay que buscar acuerdos con el actual gobierno para amarrarles las manos, y acortar sus capacidades de maniobra y manipulación”.

 

En última instancia, Alfonso Ramírez Cuellar, de la Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros (ANPAP) se preguntaba si la crisis alimentaria global se debe precisamente a la escasez de alimentos y no a la especulación. Polemizó afirmando que los precios altos deberían ser un aliciente para los productores. Aunque luego aclaró que se trata de aumentar la disposición efectiva de alimentos y no su precio.

 

Aseguró que “el problema no es que vengan importaciones” sino que no exista una reserva estratégica de alimentos y esto produzca dependencia alimentaria.

 

Propuso “arrancar la productividad, por lo menos, en los productos básicos, y tender un acuerdo entre la agenda de los consumidores pobres de las zonas rurales y urbanas”.

 

Además, y en igual orden de importancia sugirió: “crear una reserva nacional de alimentos,  planes específicos para incrementar la producción, una clara agenda dirigida a los consumidores, amparo social para éstos y defensa de sus derechos”.

 

Estas mesas redondas que se realizaron en la ciudad de México, también irán a otros estados como parte de la campaña “Sin maíz no hay país. Alimentos campesinos para México. El hambre no espera”.

 

En Ciudad de México, Lauri García

Rel-UITA

12 de septiembre de 2008

Ilustración: www.cartonclub.com.mx

 

artículos relacionados

23-4-2008   México

Sin granos, crisis de alimentos

Asia es impensable sin arroz, y Europa inconcebible sin trigo.
En cambio aquí, en Mesoamérica, nos estamos quedando sin maíz

23-4-2008   México

De milpas y otras quimeras

La crisis del maíz, saldo de 25 años de neoliberalismo y abandono del campo

 

 

Volver a Portada

 

 

  UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905