Budweiser,
una de las cervezas más vendidas en el mundo,
está siendo producida con arroz transgénico de
Bayer sin informarlo a sus millones de
consumidores, acaba de revelarlo Greenpeace en
base a pruebas realizadas por un laboratorio
independiente.
Un
laboratorio independiente realizó pruebas para
Greenpeace en un molino de Arkansas (Estados
Unidos) operado por
Anheuser-Busch
para fabricar la cerveza Budweiser.
Los resultados demuestran
la presencia de arroz transgénico de Bayer
LL601, en tres de cuatro muestras tomadas
en ese molino.
El
arroz LL601 es una de las tres variedades
transgénicas experimentales que contaminaron el
arroz largo estadounidense en 2006. Desde
entonces, se ha encontrado esta contaminación en
cerca de 30 por ciento de todo el arroz grano
largo estadounidense, con impactos negativos
masivos en la industria y en los mercados
internacionales donde se comercia este grano.
El arroz transgénico
Bayer LL601 no ha sido aprobado para
consumo humano ni animal en ningún país, salvo
en Estados Unidos
1.
"Anheuser-Busch
debe informar claramente sobre el nivel de
contaminación transgénica en el arroz usado para
fabricar Budweiser y aclarar qué medidas
está tomando para que esta cerveza no llegue a
los mercados internacionales en donde el consumo
de este transgénico está prohibido.
Le pedimos a
Anheuser-Busch
hacer un compromiso global para producir todas
sus cervezas libres de transgénicos. Un
compromiso menor a este dejaría un amargo sabor
de boca a los consumidores de Budweiser",
concluyó Doreen Stabinsky , coordinadora
de la campaña de transgénicos de Greenpeace
Internacional.
Budweiser es una de
las cervezas que usa arroz como ingrediente y
esta marca se encuentra en 60 países alrededor
del mundo, entre ellos México. De hecho,
el molino de
Anheuser-Busch
es el mayor
comprador de arroz en los Estados Unidos:
adquiere entre 6 y 10 por ciento de la cosecha
anual total de ese país.
México es el séptimo
importador de Budweiser a través de
Grupo Modelo. La cerveza de esa marca que
llega al país es directamente importada de esa
región, por lo que existe la probabilidad de que
los consumidores mexicanos estén consumiendo
arroces transgénicos ilegales a través de este
producto.
Sobre esto último, cabe señalar que Greenpeace informó a
Anheuser-Busch sobre sus
hallazgos y buscó información de la compañía
sobre la extensión de la contaminación y sobre
sus políticas globales para el uso de
transgénicos.
Anheuser-Busch respondió
que aunque el arroz transgénico está aprobado en
los Estados Unidos, no se usa para
fabricar la cerveza Budweiser destinada a
mercados en donde este grano está prohibido.
"Es
muy grave que la cerveza Budweiser que
entra a México provenga de una compañía que
utiliza arroz transgénico en su producción.
Tanto Budweiser como
Grupo Modelo
deben informar oficialmente y con pruebas
contundentes a los consumidores que su
producción está libre de transgénicos. Los
consumidores mexicanos no quieren consumir a
ciegas este tipo de organismos, de los cuales se
desconocen sus efectos en la salud", dijo
Aleira Lara, coordinadora de la campaña de
agricultura sustentable y transgénicos.
El
gobierno norteamericano reconoció la
contaminación del arroz con transgénicos en
agosto del 2006; siete meses después, en marzo
del 2007, las autoridades sanitarias mexicanas
comenzaron a pedir certificados de que las
importaciones de arroz no contuvieran grano
transgénico LL601, que es ilegal en
México.
"El
arroz transgénico sigue entrando a México
de manera ilegal, cotidianamente llega a
nuestras mesas y ahora también se encuentra en
la cerveza. Los importadores de arroz introducen
a nuestro país este arroz contaminado
presentando pruebas de laboratorio poco
rigurosas2, con la complicidad de las
autoridades sanitarias que no exigen pruebas más
estrictas, ni realizan monitoreos propios", dijo
Lara. "Los senadores recientemente
aprobaron un acuerdo para demandar a las
autoridades de agricultura que enmienden la
negligencia con la que se están inspeccionando
los cargamentos de arroz norteamericano e
implementen medidas de protección suficientes
para evitar la entrada de nuevos cargamentos
contaminados como el Liberty Link 601 de
Bayer.
Greenpeace se suma a
este llamado. No queremos
arroz transgénico en México, ni en la
comida ni en la bebida", concluyó Lara.