El Corte Español
Otro cierre de planta y más despidos
Unilever, la
tercera compañía mundial en alimentos, anunció el pasado
viernes 3 el cierre de su planta de helados Frigo, en el
barrio Poblenou, de Barcelona. Su producción será absorbida
por la planta en Alemania. La transnacional facturó 721
millones de euros en España, es la sexta compañía de gran
consumo en el país.
En la planta en Barcelona se desempeñan 286
trabajadores y trabajadoras, de los cuales 80 por ciento son
mujeres de entre 45 y 55 años, una edad difícil para
reinsertarse en el mercado de trabajo y demasiado jóvenes
aún para jubilarse.
El próximo viernes 10 se realizará una
segunda Asamblea de trabajadores donde con seguridad se
aprobará un severo plan de movilizaciones. Según José
Espigares, de la Federación Agroalimentaria de la UGT
de Cataluña, “No hay razones para el cierre y se defenderán
los puestos de trabajo”.
Por su parte, la Federación Agroalimentaria de CC.OO
expresó su disconformidad:
“Unilever
anunció el cierre sin ningún tipo de diálogo ni aviso a los
trabajadores, en un intento de liquidar la situación antes
de fin de año”,
al estilo
Nestlé en República Dominicana, como
recordarán los lectores.
Inequívocamente el cierre es parte de la estrategia
“Unilever
2010”,
que implica el
despido de 20 mil trabajadores, 12 mil de ellos en Europa.
Una drástica reducción de gastos mediante la supresión de
puestos de trabajo, el cierre de fábricas -como ocurre ahora
en Barcelona- y centros de distribución. Por otro lado, la
ofensiva pasa por una global precarización y tercerización
del empleo restante.
La 2da. Conferencia Latinoamericana de Trabajadores de
Unilever realizada el 17 de septiembre en Buenos Aires
denunció: “En el primer semestre de 2008 Unilever
registró ventas globales por 28.000 millones de dólares.
Para alcanzar estas cifras ‘exitosas’ la transnacional
practica en sus plantas una política sistemática de
eliminación de empleos y precarización del trabajo, de
tercerización como forma de reducción salarial, de
debilitamiento de las organizaciones sindicales, y en
algunos casos de clara persecución sindical”. La respuesta
la tienen los sindicatos…
En medio de la crisis financiera global y mientras el altar
del neoliberalismo rueda por los suelos con santos y todo,
Unilever se ve salpicada por el escándalo de la
contaminación con
melamina en China, debiendo retirar del
mercado el té con leche en polvo de la marca Lipton
en Macao y Hong Kong. Un lugar donde
Unilever pretende crecer y deslocalizar su producción es
precisamente China. Ahora se sabe que además de los
juguetes que contienen sustancias tóxicas, la leche china
también está contaminada.
Por otro lado, la fiebre que agobia al planeta debe hacer
pensar en una racionalización del uso de la energía y el
transporte a larga distancia de alimentos que gasta
combustible y contamina la atmósfera: estamos comiendo
combustibles fósiles. La respuesta la tienen los sindicatos…
y los consumidores…