República Dominicana
Con Flaudio Tapia
Bandidaje y Explotación II
Nestlé, una empresa
irresponsable |
Continúan las repercusiones luego del cierre
de la planta de helados en Santo Domingo, el pasado 19 de junio. Para
conocer lo que está sucediendo con los trabajadores que fueron despedidos y
las medidas que tomará la organización sindical, Sirel entrevistó a Flaudio
Tapia, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Helados Nestlé.
“Descubrir, bajo las nuevas formas
de exclusión social,
la actualidad de la explotación”
Georges Labica
Peter Brabeck-Letmathe,
ex principal ejecutivo de Nestlé,
a menudo nos sorprende con sus filantrópicos comentarios en los que se dice
preocupado por el alza del precio de los alimentos y el incremento del
hambre en el mundo, temas que quitan el sueño a tan distinguido y sensible
señor, cuyos primeros pasos empresariales los dio vendiendo helados. De
todas formas, no nos imaginamos a Brabeck con dificultades económicas
para llegar a fin de mes o para pagar los honorarios de un psicólogo. Los
que sí tienen problemas son los más de 100 trabajadores despedidos de la
planta de helados de Nestlé
en Santo Domingo. Son ellos los que no saben cómo neutralizar la angustia y
el desasosiego de haber perdido el trabajo -sin aviso previo- y estar ahora
en una lógica de desestructuración económica, social y emocional.
-¿Qué ha pasado desde el
cierre de la planta?
-Vivimos un momento de suma zozobra. Muchos trabajadores y
trabajadoras tienen problemas de insomnio, problemas psicológicos. Es que en
la manera en que Nestlé
realizó el cierre fue muy traumática para todos. Los tres
meses adicionales de salario que dio la compañía no alcanzan para pagar a un
especialista y buscar algún tipo de ayuda terapéutica. Es una situación
terrible.
-¿Puedes ahondar sobre esa
circunstancia?
-Es que el cierre fue toda una sorpresa. El 19 la empresa
amaneció rodeada de guardias, policías, dos ambulancias y paramédicos.
¡Imagínate el shock que eso provocó a los trabajadores! Nadie se esperaba
eso.
-¿Cuántos trabajadores se
encuentran en esa situación de agobio psicológico?
-Tenemos más de 16 trabajadores y trabajadoras. Con los
fondos que quedaron del sindicato, estamos buscando asistencia para ellos.
Buscamos algunos profesionales que no cobren mucho. Inclusive la compañera
Rosa Iris de la Cruz -que fue dirigente del sindicato- perdió el
embarazo.
-¿Cuánto hace de ello?
-Pocos días después de haber quedado sin empleo.
-Nestlé ha divulgado en la
prensa que haría esfuerzos para reintegrar a algunos trabajadores en las
otras dos plantas, ¿ello sucedió?
-Lamentablemente eso no ha sucedido.
Nestlé nos tiene acostumbrados a una doble moral y a un doble
discurso. Envía ese mensaje como si fuera empresa responsable, pero no se
reúne con el sindicato, ni preparó a la gente para el cierre de la planta.
¡Así son ellos!
-¿Qué acciones van a tomar?
-Estamos iniciando una demanda ante los tribunales del país
porque Nestlé
ha cometido un gran abuso y violaciones varias. Estamos
preparando esa iniciativa junto con los abogados del departamento legal de
la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS).
-Para quedar claros,
Nestlé
nunca les comunicó que cerraba la planta, ¿eso es así?
-¡Eso es así! Inclusive el día previo a la cancelación
masiva, en la planta de San Francisco de Macorís se procesaron 200 galones
de leche para hacer helado, y ese mismo día nosotros trabajamos horas
extras.
-¿Qué hace Nestlé con esa
producción ahora?
-La está sacando a dos manos, con personal tercerizado. ¡Nestlé es así!
Gerardo Iglesias
Rel-UITA
22 de julio de
2008 |
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El 28 de abril
de 2003 Nestlé cerró, sin previo aviso, su planta en El
Salvador.
En 2007 cuando
República Dominicana aún se reponía de la devastadora tormenta
Noel, Nestlé, haciendo caso omiso de la tragedia social
que vivía el país, despidió a 11 trabajadores de la planta de
helados en Santo Domingo.
El pasado 19 de
junio, sin mediar ninguna instancia de diálogo con el Sindicato
ni la Secretaría de Trabajo, Nestlé cerró la citada
planta de helados.
Nestlé
gasta fortunas para promocionar su política de responsabilidad
social, mientras sus actos y gestos, hablan de su falta de
respeto hacia los trabajadores, las trabajadoras y la sociedad
en general.
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