Las principales
características de la situación griega
son el riesgo de que el gobierno y las
empresas no puedan pagar las deudas a su
vencimiento en diciembre, la ayuda
financiera condicionada y humillante, el
cambio de gobierno que es casi una
intervención, la política de ajuste que
descarga los costos de la crisis sobre
los sectores populares y el anuncio de
nuevas medidas de luchas de los
sindicatos. Alemania utiliza su poder
económico para convertirse en potencia
hegemónica que decide sobre los
gobiernos y las políticas de los países
deudores, desde España hasta Italia,
pasando por Grecia.
El riesgo de
incapacidad de pago
Desde fines de 2009 hasta
la fecha el país no ha podido superar
las dificultades financieras internas y
externas. El déficit fiscal había
llegado al 12 por ciento y la deuda al
113 por ciento del PBI. Las agencias
calificadoras de riesgo bajaron la
calificación de las deuda griega lo que
aumentó las dificultades y el costo de
acceder a financiamiento en los
mercados, el gobierno necesitó
asistencia financiera del Banco Central
Europeo (BCE) y del Fondo Monetario
Internacional (FMI) que a su vez
exigieron el comienzo de medidas de
ajuste.
A fines de octubre de
2011 el gobierno de Grecia
solicitó más ayuda financiera urgente ya
que, a pesar de los fondos recibidos, se
encontraba nuevamente al borde de la
incapacidad de pago, por ejemplo, de los
sueldos de los funcionarios públicos.
La ayuda
financiera
condicionada
Los bancos acreedores, presionados por
las autoridades de la zona euro y
principalmente por Alemania,
aceptaron renunciar a cobrar el 50 por
ciento de la deuda griega y
se espera que la misma se ubique en
menos de 120 por ciento del PBI.
La crisis hizo que el
primer ministro George Papandreu,
tenga que dejar su cargo y el parlamento
designó en su lugar a Lucas Papademos.
El nuevo primer ministro dirigió el
Banco Central de Grecia, fue
vicepresidente del Banco Central Europeo
y es miembro de la comisión trilateral
creada por David Rockefeller. Sin
embargo, estos antecedentes para aplicar
un ajuste no son suficiente garantía.
El presidente del
eurogrupo Jean Claude Junker
exige un documento firmado por el
gobierno de Grecia, con el
compromiso de realizar el ajuste como
condición para autorizar la nueva ayuda
de la Unión Europea (UE) y el
Fondo Monetario Internacional (FMI)
por 8 mil millones de euros para evitar
que el país entre en suspensión de
pagos.
Los
costos para los sectores populares
La receta que el Fondo
Monetario Internacional, el Banco
Central Europeo y la Unión Europea
impusieron a Grecia consiste en
reducir el gasto público con reducción
del número de funcionarios, el ajuste
recesivo para que la crisis la paguen
los sectores populares.
El parlamento griego
aprobó un plan de ajuste que incluye una
importante reducción
del gasto público mediante el despido de
funcionarios; la reducción de casi todos
los complementos de los salarios, de las
pasividades y otros componentes del
gasto social.
El principal aumento de los ingresos se
implementará vendiendo las empresas
públicas,
un impuesto sobre bienes inmuebles, una
reducción del nivel mínimo a partir del
cual se debe pagar el impuesto a la
renta y un gravamen solidario.
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El principal aumento de los
ingresos se implementará
vendiendo las empresas
públicas |
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De esta forma se busca
que el gobierno tenga más ingresos que
gastos y ese superávit se utilice para
pagar los vencimientos de las deudas
Como es sabido de la
experiencia de los ajustes en los países
de América del Sur, la
contracción de la demanda produce una
nueva caída en el nivel de actividad, en
el empleo y los ingresos y una caída en
la recaudación de impuestos,
no se logra un superávit y al
poco tiempo requiere un nuevo ajuste. Es
una forma de socializar las pérdidas de
la crisis, desplazando los costos sobre
los sectores populares que pierden
oportunidades de empleo y niveles de
ingresos.
Los jóvenes griegos comienzan a emigrar
buscando trabajo en otros países,
incluso en el subdesarrollado sur.
Es lo que ocurrió durante
los primeros meses del año 2011, ya que
a pesar de los ajustes implementados y
del crédito de 8 mil millones de euros,
el déficit presupuestario de Grecia
aumentó hasta septiembre un 15 por
ciento más que en el mismo periodo de
2010. El incremento del déficit se debe
a que los ingresos en los primeros nueve
meses de 2011 cayeron 4,2 por ciento en
relación al mismo periodo de 2010,
mientras que los gastos aumentaron un 7
por ciento.
Los
beneficios para el capital
¿A
quién salva esta ayuda? A los grandes
bancos de Alemania y Francia,
que compraron el 58,5 por ciento de la
deuda griega pública y privada. Estos
bancos contrataron seguros con otros de
los Estados Unidos. Está en
discusión como salvar a estos bancos y
tal vez, al euro y a la
Unión Europea.
Los bancos europeos,
principalmente alemanes, en riesgo de
quebrar por tener una gran cantidad de
deuda del gobierno, los bancos y las
empresas griegas, sufren también una
fuga de depósitos que por la falta de
confianza se dirigen a otros destinos
más seguros.
Según el diario británico
Financial Times la fuga de depósitos fue
del 19 por ciento del total en los
bancos griegos durante el último año,
del 40 por ciento en los bancos
irlandeses durante los últimos 18
meses. De los grandes depositantes la
reducción fue del 24 por ciento en los
bancos alemanes desde la quiebra de Lehman Brothers, del 14 por ciento en
los bancos españoles desde mayo de 2010
y del 13 por ciento en los bancos
italianos.
Estas incertidumbres
generan alta volatilidad en tres
aspectos: 1) los principales índices
accionarios en las Bolsas mundiales; 2)
los precios de las commodities y 3) las
cotizaciones de las monedas.
La alternativa a la
política de ajuste que carga los costos
sobre los sectores populares es que los
acreedores reconozcan las pérdidas, la
misma se implementaría mediante quitas
mayores que las que se hicieron a la
deuda de Grecia, refinanciando el
resto a largo plazo y con bajos
intereses, aumentando el gasto público
para estimular la demanda interna, el
aumento del nivel de actividad y del
empleo.
Grecia
tendría que aprender de Argentina
que en el año 2002 salió de la crisis
pagando la deuda por la cotización que
tenían los papeles en los mercados, el
25 por ciento de su valor nominal y sin
aceptar las exigencias del FMI sobre la
magnitud del superávit fiscal, lo que le
permitió aumentar el gasto público
estimulando la demanda interna y el
aumento del empleo.
Argentina
pudo utilizar la devaluación para
estimular la actividad económica,
aumentar la producción y las
exportaciones industriales y aumentar
los ingresos públicos con detracciones a
las exportaciones agropecuarias. El
euro, moneda común de la que participa
Grecia, no permite utilizar este
instrumento y la ayuda debería
sustituirla por otras medidas de apoyo
como por ejemplo un compromiso de
limitar las exportaciones y aumentar las
importaciones de Alemania a
Grecia para facilitar el aumento del
nivel de actividad económica y del
empleo.
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Las
nuevas medidas de lucha
Desde el origen de la
crisis las organizaciones sindicales
adoptaron diversas medidas de lucha como
paros y movilizaciones callejeras.
Los sindicatos
mayoritarios convocaron a una huelga
general de 24 horas para el 19 de
octubre, día en que el Parlamento
discutía las medidas de ajuste, que se
suma a una oleada de paros sectoriales
previos. Se registraron violentos
enfrentamientos, en los que murió un
sindicalista por un paro cardíaco, más
de 40 personas resultaron heridas y hubo
un número indeterminado de detenidos.
Además, los medios de transporte público
en Atenas permanecieron paralizados
durante 48 horas en protesta contra el
recorte en el personal y la reducción
del sueldo.
Los trabajadores del
sector privado y público comenzaron a
organizar para la última semana de
noviembre una nueva huelga contra la
política de ajuste.