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Junta Nacional del Café
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Comunicado de la Junta
Nacional del Café ante la crisis en Perú
Nuestra
Amazonia demanda
diálogo
con soluciones
Somos
centenares de miles de familias peruanas que trabajamos y
cuidamos los valles amazónicos, para bien de 28 millones de
peruanos, sin otra recompensa que vivir en permanente
exclusión económica, social y política.
Los mayores
ingresos lícitos de exportación agraria vienen de la
Amazonia, a través del café y el cacao, cultivados por más
de 200 mil pequeños agricultores.
Los cafetaleros venimos
desarrollando una agricultura en armonía con la naturaleza,
y junto con nuestros hermanos nativos cuidamos para el mundo
uno de los mayores enclaves planetarios de biodiversidad,
enfrentando la violencia estructural histórica de todo tipo.
Nuestra
contribución como personas de la Amazonia –Selva Alta y
Selva Baja- al país y al mundo, requiere una merecida
atención equitativa por parte del gobierno central y el
Parlamento.
Año tras año
buscamos el diálogo y presentamos propuestas y alternativas
de solución. Pueden verificarse en innumerables documentos,
centenares de reuniones, decenas de mesas de diálogo y actas
firmadas que no han conducido a nada. Esta desatención
genera dolorosas frustraciones, al igual que los extremos y
condenables sucesos ocurridos en Bagua.
La política económica que
hoy se aplica desconoce la realidad y los derechos de los
sectores sociales excluidos, como es la agricultura familiar
y de las comunidades nativas y campesinas.
El MEF
aplica una política tributaria que las castiga por asociarse
empresarialmente, y a través de brigadas móviles de la
SUNAT que operan en diversas carreteras, decomisa a los
campesinos parte de sus cosechas, exigiéndoles sacar RUC,
desconociendo las consecuencias que acarrea este documento.
Luego, las cooperativas y asociaciones son acotadas por la
SUNAT por no exigir facturas con RUC a sus
asociados. De esta forma
buscan quebrar a las
organizaciones de pequeños agricultores.
Hemos
propuesto un fondo de crédito para el programa de
rehabilitación de plantaciones de 100 mil hectáreas en
cuatro años, del total de 260 mil hectáreas improductivas
que tienen más de 20 años de explotación. Hace meses que no
logramos que el MINAG asigne los recursos ofrecidos.
Mientras tanto, se incrementa la frustración de miles de
campesinos.
Nosotros persistiremos en
el diálogo con la expectativa de que nuestras demandas sean
escuchadas y atendidas. Confiamos en que la fuerza de la
razón ganará a la indeferencia del Parlamento y del gobierno
central, y especialmente de la burocracia del MEF y la SUNAT.
Confiamos en que la razón se impondrá al agravio, a la
soberbia, a la violencia, a la muerte, y las demandas de las
comunidades nativas también serán escuchadas.
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