“No es
mirando sólo al pasado sino sobre todo al futuro que hay que anular el
engendro de una ley que hasta ahora ha amparado a los violadores de los
derechos humanos”. Dijo el miércoles 29 Macarena Gelman, la nieta
–nacida en cautiverio– del poeta argentino Juan Gelman, en el
lanzamiento oficial de la campaña para anular la ley de impunidad a los
militares y civiles de la dictadura de cara al plebiscito que tendrá lugar
en octubre próximo.
La comisión
que durante más de un año y medio trabajó exitosamente para juntar las
firmas necesarias para convocar al plebiscito fue reformulada, y en la noche
del miércoles fue presentada la nueva, presidida por el escritor Eduardo
Galeano e integrada por representantes de distintos sectores políticos,
asociaciones de derechos humanos, la central sindical PIT-CNT y
personalidades diversas.
“Esta es
una oportunidad histórica para mi generación y para las que vengan, de
revertir una situación heredada del pasado, la del no castigo a la mayoría
de los violadores de los derechos humanos bajo la dictadura que se extendió
entre 1973 y 1985”, señaló la joven, hija de María Claudia Irureta Goyena
de Gelman, ciudadana argentina trasladada clandestinamente hacia
Montevideo en 1976, cuando estaba embarazada, y ejecutada luego de haber
dado a luz a su hija.
“El caso de
Honduras nos muestra los efectos de una impunidad que perdura en el
tiempo. Aquellos militares de los ochenta son los que ahora respaldan el
golpe de Estado contra el gobierno constitucional”, señaló Luis Puig,
representante del secretariado del PIT-CNT en la Coordinadora.
Anular la
ley “de caducidad de la pretensión punitiva del Estado”, adoptada en 1986 y
ratificada tres años después en un plebiscito que se desarrolló en un marco
político muy especial, bajo presión de nuevas amenazas golpistas, “nos
permitirá abrir puertas que estuvieron cerradas, por la propia ley y por la
complicidad de muchos que fueron más allá de ella”, agregó el sindicalista.
Hoy no
existe el miedo que dominaba en 1986 y en 1989, destacaron varios oradores
en el acto. Algunos de ellos, como el propio Galeano, remarcaron que
bajo el actual gobierno del Frente Amplio se ha “avanzado” en materia de
derechos humanos, “somos menos paraíso de la impunidad” que antes, porque se
interpretó la ley de 1986 en un sentido que permitiera llevar de todas
maneras a prisión a una decena de militares y civiles considerados
emblemáticos de la represión.
Pero
“muchos otros no fueron castigados y numerosísimos delitos han quedado
impunes”, consideró por su lado el abogado Oscar López Goldaracena,
uno de los mayores referentes de la Coordinadora Nacional por la Anulación
de la ley de impunidad.
Una de las
preocupaciones centrales de los animadores de la jornada era ligar el
pasado reciente con el hoy, mostrar los efectos en la actualidad de “los
renunciamientos y la denegación de justicia del ayer, reivindicar la buena
memoria y exhibir el vacío que generó y legó la dictadura”, según resumió
López Goldaracena.
En función
de ese objetivo fue encarada la campaña publicitaria, con piezas que por un
lado muestran el drama, la ausencia y por otro convocan a un acto “de
alegría”, de “refundación saludable del país”.
“Por
verdad, en octubre ponele color a tu voto”, postula la propaganda aludiendo
al color rosado de la papeleta que defenderá el voto por el “Sí” a la
anulación de la ley en el plebiscito que se realizará junto a las elecciones
nacionales.
El afiche
principal de la campaña muestra a un niño sosteniendo un enorme cartelón con
la leyenda “Sí” escrita sobre fondo rosado. “Nos dirigimos principalmente a
ellos, los niños y los jóvenes, que son los que hoy padecen, en la sociedad
en la que viven, las consecuencias de las decisiones de quienes prefirieron
que hubiera impunidad y olvido”, señaló López Goldaracena.
“Todos
los días escucho que hay muy importantes dirigentes políticos de este país
preocupadísimos por la inseguridad pública. Y yo, desde mi ingenuo sentido
común, supongo que esos dirigentes políticos se han incorporado a nuestra
campaña contra la impunidad. Bienvenidos, compañeros”, ironizó a su vez
Galeano. Y añadió: “Está claro que una de las fuentes, quizás la fuente
principal de la inseguridad pública, es la impunidad. Está claro que la
impunidad estimula al delincuente. Para acabar con el crimen, con el delito,
con la inseguridad, hay que empezar por acabar con la impunidad”.
El escritor
se las ingenió también para vincular la campaña por el Sí a la anulación de
la ley de caducidad con el segundo plebiscito que se desarrollará en
paralelo con la elección presidencial y legislativa: el que fue convocado
para autorizar o no el voto consular de los residentes en el extranjero, que
superan el 12 por ciento de la población uruguaya.
“En octubre vamos a votar por la plenitud de la democracia y contra la
mutilación del Uruguay. Este es un país mutilado por leyes absurdas,
que nos obligan a creer que uruguayos somos solamente los que vivimos aquí.
Tiene que haber sido muy cretina la cabeza que confundió la identidad con
el domicilio”, dijo.
Incluir, “hablarle a toda la sociedad”, no dejar a nadie afuera (“sólo a
quienes defienden las atrocidades que se cometieron décadas atrás”) es una
obsesión de la Coordinadora. Entre quienes están representadas en ella
figura un sector del derechista Partido Colorado que respalda a Pedro
Bordaberry, hijo del ex dictador Juan María Bordaberry, procesado
con prisión domiciliaria por casos de desapariciones forzadas y asesinatos.
El sondeo más reciente sobre intenciones de voto de los uruguayos en
octubre, realizado por la empresa Factum y difundido el 16 de julio, indica
que quienes respaldan la anulación de la ley de caducidad son mucho más
numerosos que quienes insisten en mantenerla (47 contra 32 por ciento), pero
todavía sigue siendo muy alta la proporción de indecisos (21 por ciento).