Uruguay

 

Despenalización del aborto en Uruguay

Un día que podría ser “histórico”

  

El Senado culminó la obra de la Cámara de Diputados y Uruguay ya cuenta con una ley de salud sexual y reproductiva que despenaliza el aborto en un amplio abanico de casos. Ahora, a esperar el milagro: que el presidente Tabaré Vázquez no la vete.

 

De manera inesperada, a tal punto que ninguna organización social, favorable o contraria al proyecto, había convocado a las manifestaciones que tuvieron invariablemente lugar cada vez que éste tuvo tratamiento parlamentario, la bancada de senadores del gobernante Frente Amplio decidió acelerar el paso y en la noche del martes 11 liquidó todo en pocos minutos, aprobando por mayoría la ley de salud sexual y reproductiva en los mismos términos en que lo hizo Diputados una semana atrás.

 

Culminó así un proceso iniciado tres años atrás, cuando legisladores del Frente Amplio presentaron un proyecto que se convertiría, como se preveía, en uno de los que más polémicas levantaría en la interna de la propia coalición en el poder, atravesada en este tema por divisiones horizontales.

 

El camino fue largo, con marchas y contramarchas, convocatorias al parlamento a representantes de decenas de asociaciones e instituciones de todo pelo y señal, y un intenso debate público pautado por presiones que fueron in crescendo de parte de la jerarquía de la iglesia católica, la última de las cuales -hace apenas una semana- consistió en el anuncio, por la Conferencia Episcopal Uruguaya, de que todo legislador católico que votara a favor de la “ley abortista” sería inmediatamente excomulgado.

 

Pero lo que no pudo la Iglesia, es muy probable que paradójicamente lo pueda el médico socialista Tabaré Vázquez, quien nunca ocultó su repulsión por un texto que “violenta sus convicciones” de “defensor a ultranza de la vida”. Desde este miércoles 12 Vázquez tiene diez días para concretar su anuncio de que vetaría cualquier ley que despenalizara el aborto.

 

De ser así, y como es prácticamente imposible que en este caso en el Parlamento pueda reunirse la requerida mayoría especial de tres quintos para levantar un veto del Poder Ejecutivo, todo volverá a fojas cero y continuarán vigentes disposiciones que datan de 70 años atrás y que criminalizan una práctica a la que recurren cada año más de 30 mil uruguayas.

 

“Sería lamentable, y más aun en un gobierno progresista, que la convicción de una persona, por más presidente de la República que sea, prime sobre la de un parlamento que representa a la gran mayoría de los uruguayos y que tuvo todas las precauciones para procesar de manera democrática esta discusión”, coinciden integrantes de organizaciones de mujeres.

 

La esperanza de militantes de algunos de esos grupos y hasta de legisladores oficialistas es que Vázquez habilite lo que ven como “el camino más democrático para dirimir de una vez por todas este tema: la vía de la consulta directa a la ciudadanía”, según resumió el senador del Frente Amplio Alberto Couriel, uno de los votantes de la ley de Salud Sexual y Reproductiva.

 

La Constitución uruguaya prevé que cualquier ley pueda ser sometida a referéndum popular por voluntad del 25 por ciento del electorado. Incluso algunos de los promotores más notorios de esta ley han dicho que están dispuestos a firmar por la realización de un referéndum para que “el pueblo decida” su ratificación o no si esa es la forma que se encuentra para evitar que el presidente la vete.

 

La que se aprobó fue “una ley integral, que aborda la problemática del aborto desde su justo término”, dijo la directora de Mujer y Salud en Uruguay, Lilián Abracinskas. “La práctica clandestina del aborto es la punta de un gran iceberg que indica la falta de condiciones existentes en el Estado para que las personas puedan tomar decisiones libres. Esta ley obligará al Estado a tener políticas de educación sexual, a dar servicios de anticoncepción accesibles en todo el país para todas las personas, a promover maternidades y paternidades responsables, y además a atender lo que es el nudo del proyecto: cómo resolver la práctica clandestina del aborto”, agregó.

 

La senadora frenteamplista Margarita Percovich, una de las más activas promotoras de esta ley, coincidió: “en definitiva lo que esta ley hace no es promover el aborto, como se dice falazmente desde ciertos sectores, sino regularlo, brindar las condiciones adecuadas para que quienes quieran hacerlo, y que de todas maneras lo harán, puedan llevarlo a cabo en condiciones adecuadas, sin riesgo de vida. Y enmarca esa práctica en toda una serie de otras medidas de promoción de una paternidad responsable tendientes justamente a evitar las interrupciones de embarazos, a las que nadie recurre alegremente. Es una ley que hace del Estado un Estado responsable, activo en la defensa de derechos y de la salud de sus ciudadanos, y no omiso”.

 

 

En Montevideo, Daniel Gatti
Rel-UITA
12 de noviembre de 2008

Fotos: Oscar Bonilla

 

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