Marcelina
Bautista es la secretaria general de la Confederación
Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO).
Mexicana, anfitriona del Seminario Internacional sobre Procesos
Institucionales y el Trabajo Decente para Trabajadoras del Hogar
comenta lo que hace falta en México para que realmente haya un
reconocimiento social y económico a su trabajo.
Cree
fervientemente en la organización regional a pesar de sus obstáculos
y subraya que en su país deben reconocerse las diferentes
modalidades de trabajo del hogar, así como horas extras y
condiciones dignas para las trabajadoras internas.
-¿Cuál es el
objetivo de esta reunión regional?
-Este seminario tiene el objetivo de fortalecer a las
organizaciones que lo integran pero también brindar una capacitación
que tiene que ver con el trabajo digno para las trabajadoras del
hogar, regional e internacional. Este seminario pretende
fortalecernos para defender nuestros derechos y también
posicionarnos para participar en la conferencia de la OIT el
próximo año en Ginebra.
-¿Cuáles son los
principales obstáculos que existen actualmente en la organización
latinoamericana de trabajadoras del hogar?
-El principal problema es la dificultad de comunicación entre
las trabajadoras del hogar de los diferentes países de América
Latina. Por otra parte la distancia retrasa muchas cosas en el
trabajo de la Confederación.
Pero el mayor obstáculo, es la falta de cumplimiento de los
derechos de las trabajadoras y tiene que ver con leyes que no se
cumplen o que sencillamente no existen en los diferentes países. En
tercer lugar, el hecho de que somos mujeres trabajadoras y aparte de
trabajar en nuestros hogares tenemos que dedicarnos a nuestras
organizaciones y el avance no se hace fácil.
-¿Cuáles son las
principales coincidencias que están encontrando?
-Vivimos la misma situación en los distintos países, a pesar
de las diferencias geográficas y culturales. La instauración de un
convenio internacional que regule los derechos laborales de los
trabajadores del hogar, va a permitir a nuestras organizaciones
presionar a los respectivos gobiernos para que cumplan y hagan
cumplir nuestros derechos.
-En el caso de
México ¿cuántas trabajadoras del hogar existen y cuántas están
organizadas?
-Existen
cerca de dos millones de trabajadoras y trabajadores del hogar en el
país. Somos pocos los grupos, hay escasamente cuatro grupos: uno en
el D.F. con el que tenemos un poquito más de trayectoria; otro en
Cuernavaca, Morelos; el tercero en Guerrero y otro, recién
conformado, en Chiapas. Estamos haciendo alianzas entre estos cuatro
grupos para poder reforzar los puntos en los que coincidimos y así
fortalecer nuestra lucha como trabajadoras del hogar.
-¿En México, cuál
es su principal meta a corto plazo, a nivel de legislatura, de
promoción y de crecimiento?
-La
reforma del capítulo 13 de la ley federal del trabajo, referente al
trabajo doméstico. Esta reforma aún está pendiente. Trabajaremos
para que alguien de esta legislatura retome el compromiso social que
los políticos tienen con los ciudadanos en general y con las mujeres
trabajadoras en particular.
-¿Cuáles son los
componentes que se quieren reformar?
-Lo
principal es definir modalidades de trabajo. Por ejemplo en
México se da el trabajo de internas, de planta, se dice aquí,
pero ahora con la situación económica de nuestro país se está
trabajando por horas -que si bien es bueno para muchas mujeres
porque tienen miles de actividades, la familia, los hijos, la casa,
otro trabajo, y buscan facilidad de empleo- se vuelve muy precario.
Tienen un salario precario, y son las más vulnerables en
cuanto a derechos laborales.
Muchas veces por atender otro trabajo o la familia, van,
trabajan rápido y corren hacia otro lado, ni siquiera se les ha
tomado en cuenta el derecho a la alimentación o al horario y los
salarios son de hambre.
Por ejemplo, si una trabajadora dice que cobra 200 pesos
(aproximadamente 14 dólares), por limpieza general durante ocho
horas, la empleadora le ofrece que trabaje medio tiempo y le paga
cien pesos o incluso ochenta pesos ( aproximadamente 7 y 5 dólares
respectivamente).
-¿Qué se tiene que
contemplar con esta reforma?
-Se tiene que contemplar los derechos también para estas
trabajadoras, el horario de trabajo de ocho horas, las horas extras,
la modalidad de trabajo y las condiciones dignas para las que
trabajan por hora. Muchas veces las condiciones del cuarto de
servicio son terriblemente precarias.
Los legisladores pusieron muchas trabas para lo que
solicitamos, cuando estamos pidiendo lo justo, lo que en toda
nuestra historia se nos ha negado. Ahora estamos retomando la
iniciativa de esta reforma.
-¿Qué hace falta en
México para que haya un reconocimiento social a este trabajo?
-Justamente eso, un reconocimiento social, un reconocimiento
económico, sobre todo que los gobiernos lo reconozcan como una
actividad que aporta a la economía de este país. Ponerle el justo
valor que tiene.
También, la existencia de este trabajo remunerado permite el
desarrollo de las personas, lo cual tiene que ver con el desarrollo
de nuestro país. Si no se mira desde esta perspectiva, vamos a
seguir siendo un trabajo precario y desvalorizado.
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