En pleno siglo XXI las
mujeres latinoamericanas siguen siendo víctimas fatales de la violencia de
género.
Bofetadas, puñetazos, moretones, infecciones y sangrado
vaginal, depresión y baja autoestima. Estos son los resultados de las agresiones
físicas y psicológicas que marcan la vida de las mujeres latinoamericanas,
quienes en pleno siglo XXI siguen siendo víctimas fatales de la violencia de
género. Así, cientos de ellas pierden la vida en manos de hombres que,
paradójicamente, fueron sus compañeros de hogar.
Cifras alarmantes revelan que en México, Colombia,
Perú, Guatemala, Bolivia, Argentina, Venezuela,
Dominicana, Uruguay y Chile, entre 50 y 70 por ciento de las
mujeres son o han sido golpeadas y amenazadas más de una vez en su vida, por su
esposo, compañero, novio o ex novio. Así lo indican datos de fuentes oficiales
de esas naciones, recopilados por las corresponsales de SEMlac.
Entre esos países, México se ubica como una de las
naciones donde cada minuto que transcurre suceden por lo menos tres actos de
violencia contra las mujeres, y cada 18 segundos una de ellas es víctima de una
golpiza. El Instituto Nacional de Salud hospitalaria de México reveló
que, en un solo año, fueron atendidas más de 7.000 mujeres tras haber sufrido
violencia física como empujones, golpes, heridas de armas de fuego o punzo
cortantes.
Dramática situación también viven las venezolanas. Cada 10
minutos, las autoridades reciben una denuncia de una mujer golpeada por su
esposo, en tanto que en Perú cada hora se reporta que 10 mujeres sufren
violencia intrafamiliar, lo que significa que al final del día 240 peruanas son
agredidas, corporal y psicológicamente. Para tener idea de la dimensión del
problema de violencia intrafamiliar en Perú: la atención y revisión a
víctimas de violencia familiar en ese país constituye 52 por ciento de los
servicios prestados por el Instituto de Medicina Legal. En tanto, el Ministerio
del Interior reportó que cada cuatro horas tres mujeres son víctimas de
violencia sexual.
De escandalosa se podría calificar, también, la situación de
Argentina. La Comisaría de la Mujer de esa nación sudamericana recibió en
2007, en un período de seis meses, más de 1.170 denuncias de abuso sexual, es
decir, que, a diario, ocho mujeres padecieron ese acto brutal de violencia. Al
menos cinco millones de las siete millones de guatemaltecas sufren violencia
doméstica, según estimaciones de grupos defensores de sus derechos. Tanto así
que la Fiscalía de la Mujer del Ministerio Público de la nación centroamericana
advierte que a ese lugar acuden al menos 15.000 mujeres al año a denunciar que
sufren de violencia doméstica, una cifra que supera las denuncias del resto de
naciones latinas, exceptuando México.
Las cifras del Instituto Nacional de la Mujer de Venezuela
dan cuenta de que en ese país las maltratadas física y psicológicamente se
encuentran entre los 20 y 44 años de edad, justamente en la etapa reproductiva
de su vida. En la ciudad de Buenos Aires, el Ministerio de Salud atendió
en un año un promedio de 7.146 denuncias en la línea 911 Mujer. El 54 por ciento
de las argentinas golpeadas son casadas. De acuerdo con un estudio del Banco
Interamericano de Desarrollo, se estima que un 25 por ciento de argentinas son
víctimas de violencia y que 50 por ciento experimentará algún tipo de agresión
en alguna etapa de su vida.
Pero el silencio persiste ante esas agresiones. En
Dominicana, por ejemplo, es la propia mujer quien, tras ser amenazada de
muerte y maltratada, tiene que notificar al individuo y luego llevarlo consigo a
la policía para que lo detenga. Eso las obliga a callar ante el temor de no
tener respuesta y sí represalias. En dicho país hay 14 fiscalías barriales en el
Distrito Nacional, las cuales recibieron en los primeros siete meses del año
alrededor de 5.595 denuncias por violencia de género.
De otra parte, hay naciones como México, donde todavía
persiste el temor de buscar ayuda. Según diversas fuentes, 84 por ciento de las
mexicanas considera que la violencia es algo natural y un asunto privado que
sólo compete a la pareja. Algo similar ocurre en Guatemala, donde la
cultura patriarcal enraizada impide la denuncia de este sector poblacional. Un
ejemplo de ello es que apenas el uno por ciento de las guatemaltecas golpeadas
en el hogar denuncia a las autoridades los abusos sufridos. La situación no es
tan fácil tampoco para las bolivianas, pues, según el Defensor del Pueblo, siete
de cada 10 vive algún tipo de violencia familiar: sexual, psicológica o
económica en su vida.
En Medellín, Colombia, el Centro de Atención
Integral a Víctimas de Violencia Sexual (CAVAS) contabilizó durante el
primer semestre de 2007, abuso sexual y actos sexuales abusivos contra 201
mujeres y 388 niñas, y registró 2.219 casos de violencia intrafamiliar. Según la
Encuesta de Demografía y Salud 2005, de ese país, el seis por ciento de las
mujeres reportaron haber sido forzadas a tener relaciones sexuales, y el 47 de
éstas dijeron que fueron violadas antes de los 15 años de edad. El sondeo no
incluyó los abusos sexuales provenientes del esposo o compañero. Con esos datos,
la investigación confirmó que la mitad de las colombianas que han sufrido este
crimen son adolescentes. El estudio evidenció, además, que, de cada 100 mujeres
ultrajadas, 76 lo fueron por personas conocidas como amigos (22 por ciento),
parientes (18), ex maridos (15), novios (ocho), y empleadores (tres). El padre
fue reportado violador en tres por ciento de las encuestadas y el padrastro en
cinco. El robo y la violencia intrafamiliar compiten en Uruguay. En este
país, que dos años atrás mantenía un promedio de 3.293 denuncias por violencia
al año, hoy en seis meses esa cifra se elevó a 5.829.
La muerte como
forma extrema
de la
violencia contra la mujer
Agregado a los golpes y al daño psicológico, las latinas
padecen además lo que se conoce como la forma extrema de la violencia de género,
que es la muerte. Para ellas, el derecho a la vida también es vulnerado en la
calle, a tal punto que sus cuerpos son violados y posteriormente torturados y
desmembrados, como ocurre en Guatemala. En siete años, los femicidios ya
suman 3.500. Cientos de esas víctimas habían denunciado violencia intrafamiliar.
Guatemala es un país donde 37.000 mujeres denuncian al año ser objeto de
maltrato intrafamiliar, pero ante la ausencia de medidas cautelares pese a tener
un historial de golpes, muchas mueren a mano de sus maridos. En lo que va de
2008, por ejemplo, ya se verificaron 580 de estos crímenes y 161 de estas
muertes fueron provocadas por los propios esposos, una cifra elevada si se tiene
en cuenta que el número de habitantes en este país no supera los 14 millones.
México
no es la excepción en este tema. Allí 20 de cada 100 asesinatos ocurren dentro
del ámbito familiar, 10 de ellos son de cónyuges que le quitan la vida a la
esposa tras un historial de violencia intrafamiliar. El Comité de América Latina
y El Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer resalta que durante los
seis años de gobierno del ex presidente Vicente Fox se cometieron más de
6.000 asesinatos de mujeres en ese país de 104 millones de habitantes
CAVAS,
por otro lado, informó que solo en agosto de 2007 se registraron en Medellín,
Colombia, 35 femicidios, de los cuales nueve correspondieron a colombianas
que habían interpuesto denuncias por violencia intrafamiliar. En Venezuela
suman 183 las asesinadas en lo que va del año, lo que equivale a una muerte cada
dos días, de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional de la
Mujer. En Cuba, el 52 por ciento de estos homicidios suceden en el hogar
de la víctima. Un estudio realizado en Ciudad de La Habana muestra que de
468 casos de asesinato reportados, 136 fueron cometidos contra mujeres, es decir
28,8 por ciento del total. En aproximaciones recientes, citadas por la socióloga
cubana Clotilde Proveyer, se demostró que en el delito de homicidio 50
por ciento de las mujeres asesinadas a manos de hombres fueron muertas por sus
maridos.
Argentina
no escapa a los femicidios. En los 10 meses transcurridos de 2008, suman 132 los
decesos a causa de la violencia de género, lo que implica una muerte cada 38
horas. De estas mujeres asesinadas, 22 eran niñas o adolescentes y muchas de
ellas fueron violadas. La inmensa mayoría de los asesinos eran sus maridos o ex
maridos, compañeros o ex compañeros, novios o ex novios. De estos casos, 33
victimarios se suicidaron después del homicidio.
Las dominicanas también han sido alcanzadas por la forma
extrema de violencia contra la mujer. En esa nación de ocho millones y medio de
habitantes, es asesinada una mujer cada dos días, y hasta la fecha 160 de ellas
han muerto víctimas de sus cónyuges. El Procurador General de Dominicana,
Radhamés Jiménez Peña, declaró que 40 por ciento de los hombres
implicados en los femicidios están sujetos a medidas de coerció y otro 10 por
ciento ya ha sido condenado.
Alba Trejo
SEMlac
26 de noviembre de 2008
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