Todos los
días aparecen noticias sobre la nanotecnología,
proclamándola como la ciencia del futuro. La mayoría de
estas noticias se refieren a productos que eliminan las
arrugas del rostro o que limpian la ropa sin agua. Pero muy
pocas hacen referencia a los peligros que la nanotecnología
puede significar para la salud de los trabajadores que
elaboran estos productos y los consumidores de los mismos.
Según una
noticia difundida por la agencia Reuters,
el profesor Harry Kroto -ganador del
Premio Nobel de Química en 1996, por su descubrimiento de
una nanopartícula llamada Buckminsterfullereno-
alertó sobre el posible riesgo para la salud de la
nanotecnología. "Debemos reconocer que habrá errores,
y habrá peligros", dijo. "Por el otro lado, hay una
posibilidad de que el valor de la nanotecnología sea
abrumador. Para mí, es la ciencia del siglo XXI" afirmó.
Los
científicos afirman que trabajar con estas partículas ofrece
la posibilidad de construir máquinas en miniatura átomo a
átomo, de la misma forma en que cada cosa viviente comienza
con una sola célula.
Otros,
explotan propiedades poco comunes que aparecen a escala nano.
En el laboratorio, por ejemplo, los átomos normales de
carbono pueden convertirse en formas cilíndricas llamadas
nanotubos, que son 100 veces más fuertes que el acero con
sólo un sexto de su peso.
Actualmente
la nanotecnología es un negocio en manos de un puñado de
compañías transnacionales o de algunas universidades que
trabajan para ellas. Por ello no resulta extraño que no
existan estudios de salud a largo plazo sobre el tema, no
obstante que los investigadores han visto desarrollarse
cáncer cerebral en peces que ingirieron un pequeño número de
nanopartículas de carbono, y que ratas que inhalaron
nanotubos de carbono, luego tuvieran problemas pulmonares
semejantes a los causados por el amianto.
La
advertencia del profesor Harry Kroto se suma a la de
otros científicos que recomiendan investigar más los efectos
de las nanopartículas en la salud. Por ejemplo, John
Balbus, jefe científico de salud de Environmental
Defense, advierte que "debemos ser prudentes debido a su
capacidad (la de las nanopartículas) de introducirse en el
cuerpo y acceder a partes a las que no pueden llegar los
productos químicos normales".
Como hay que
defender la libertad de realizar negocios a cualquier costo,
la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados
Unidos (FDA por su sigla en inglés) anunció el
pasado julio que los medicamentos, cosméticos y otros
productos fabricados con nanotecnología, no requieren
normativas o etiquetados especiales, ya que considera que no
hay evidencia científica de que impliquen algún riesgo
importante.
La UITA,
a la que ahora se le han sumado otras organizaciones
sindicales, continúa insistiendo en la necesidad de la
aplicación del principio de precaución.
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