Roure es economista y se desempeña en el Ministerio de Economía, Finanzas y Empleo de Francia. Integra el Consejo General de la Tecnología de la Información que, en ese marco, ha empezado a trabajar sobre las nanotecnologías (NT) y las implicancias de las convergencias tecnologías a la escala nanométrica. En diálogo con Sirel durante el Taller sobre Nanotecnología realizado recientemente en Rio de Janeiro, Roure expuso cómo se está encausando la investigación en NT en Francia y compartió algunas respuestas a los desafíos que ella plantea

-¿Cómo está analizando Francia la NT?

-Comenzamos interrogándonos por un lado acerca de las aplicaciones industriales de las NT y también sobre la convergencia de ésta con la tecnología de la información y los problemas éticos que ello supone. A fin de 2004 hemos producido un informe final que está publicado en internet en varias lenguas, incluyendo el español.

Se trató de una aproximación bastante novedosa al tema, y teniendo en cuenta la opinión pública tanto europea como francesa, demostramos que sería completamente imposible desarrollar los aspectos beneficiosos de la NT si no se produce al mismo tiempo una participación de la sociedad civil en la definición de sus propias necesidades, esto es, priorizar el lado de la demanda antes que el de la oferta. Y esto fue algo totalmente novedoso. A partir de ahí desarrollamos un programa de investigación que hace parte de las prioridades del gobierno -como las tecnologías de la información y las biotecnologías- con un presupuesto de aproximadamente 300 millones de euros para los primeros tres años. Esta cantidad se refiere exclusivamente a los fondos públicos aplicados en la investigación de NT. Y ahora tenemos otro programa que cuenta con 70 millones enfocado esencialmente hacia las “aplicaciones prioritarias” entre las que se incluyen los nanomateriales y otras.

-¿Cuál fue el resultado concreto de esas recomendaciones?

-Hemos logrado imponer que en la evaluación de las aplicaciones de la NT, tanto los aspectos socioeconómicos, de ciencias sociales y humanas, así como los problemas jurídicos, sean tomados en consideración. Por tanto, las evaluaciones no deben limitarse a los aspectos científicos y técnicos sino que deben tener en cuenta criterios éticos, legales y societales.

Si bien esta investigación comienza con un pequeño presupuesto, los equipos que están dedicados a ella en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) son muy activos. Este Centro cuenta con un Comité de Ética que ha emitido ciertas recomendaciones para el desarrollo de la NT en la propia institución, estableciendo las condiciones éticas en las cuales se debe trabajar. Por ejemplo, estas recomendaciones, como las europeas, se pronunciaron muy severamente contra la investigación referida al incremento de las capacidades humanas realizadas con un espíritu de competencia.

Por otra parte, trabajamos orientando el presupuesto de investigación europeo sobre dos ejes: los estudios sobre toxicología humana y sobre ecotoxicología, esto es con centro en el medio ambiente. Todos estos aspectos no estaban debidamente contemplados en los anteriores Programas Marcos, pero en el que comenzó este año y se extenderá hasta 2013 los ítems relativos a la seguridad, la toxicidad y la ecotoxicidad se han tomado adecuadamente en cuenta por la Comisión Europea. Ahora se deben movilizar las competencias, atraer a los investigadores que ya están trabajando en estos temas que no generarán una rentabilidad inmediata y, por tanto, dependen de la aplicación de fondos públicos y de una investigación orientada hacia la ética.

-Tengo entendido que en Francia se realizó una experiencia de participación ciudadana relacionada con la NT.

-Las autoridades de la región Ile de France quisieron conocer la opinión de los ciudadanos sobre las nanociencias. Para eso se conformó una suerte de panel integrado por 15 personas elegidas al azar pero intentando mantener una cierta diversidad. Lo primero fue aportarles un volumen razonable de información antes de preguntarles su opinión sobre si era correcto aplicar dinero de los fondos públicos en la investigación de las nanociencias. Fueron tres fines de semana de “capacitación”; en el primero confrontaron con un grupo de investigadores y profesores universitarios que explicaron el tema desde el punto de vista técnico y situaron el estado actual de la investigación, dónde estamos, en particular en la llamada “nanomedicina”, y ubicando la NT en lo cotidiano como las pantallas planas, ciertas pinturas de automóviles, dentífricos, cosméticos etc. De ahí a los conceptos más teóricos es más fácil seguir un camino de razonamiento que permite comprender que la materia no se comporta de la misma forma a la escala convencional que a la nanométrica. A partir de ahí nos interrogamos sobre nuestro futuro: ¿qué podrá ocurrir?, ¿será positivo o negativo?, ¿quién gana y quién pierde? Luego fueron los propios ciudadanos los que definieron a quién querían recibir para charlar, optando esencialmente por representantes de la industria y de las organizaciones sociales concernidas por el tema. Seguidamente, se reunieron a puertas cerradas, sin intervención exterior de ningún tipo, y produjeron dos páginas y media de recomendaciones.

-¿Puede comentar algunas de ellas?

-La primera establecía que mayoritariamente eran partidarios del desarrollo de las nanociencias, e inclusive de la nanotecnología, pero siempre y cuando ello fuera positivo para toda la sociedad. Otra recomendación muy importante se refería a que cualquier aplicación que ofreciese dudas sobre toxicidad, ecotoxicidad o ética, fuese evaluada por un panel de científicos y expertos totalmente independientes de los intereses de las empresas privadas. Finalmente, recomendaron que en función de la convergencia de la NT y la informática, la miniaturización y capacidades de trazabilidad de la actividad humana, los fondos dedicados a la transparencia de las aplicaciones informáticas y a la vigilancia del respeto a las libertades públicas e individuales fuesen duplicados, considerando que esos avances tecnológicos aportarían una cuasi invisibilidad a los riesgos de espionajes indebidos e intromisiones ilegales en la vida privada de las personas.

-¿Cuál es su evaluación sobre este Taller?

-Creo que es interesante porque hará reflexionar a quien leerá los resultados de este evento en el Norte, pero no pienso que esta reunión aporte demasiado directamente a quienes vienen del Sur. Creo en el intercambio de experiencias entre las personas como lo estamos haciendo aquí, incluso no exclusivamente vinculadas al tema central que nos convoca. Esas relaciones y vínculos pueden rendir frutos muy interesantes en el futuro. Es por eso que decidí dedicarle cuatro días de mi trabajo a esta actividad.

En Río de Janeiro, Carlos Amorín © Rel-UITA 20 de junio de 2007