Compostaje
El compost es el resultado de la
descomposición biológica en condiciones controladas de los
constituyentes de los residuos orgánicos. Ese control de las
condiciones ambientales diferencia al compostaje de la pudrición
natural.
El compost ha sido empleado por los
agricultores durante siglos como un medio de aporte de materia
orgánica a los suelos; barato y de buena calidad. Existen
numerosos trabajos que han demostrado que la utilización de
compost orgánico produce efectos benéficos sobre el suelo y los
cultivos, a través del aumento de la permeabilidad del suelo,
mejoramiento de su estructura, incremento de macro y
micronutrientes, corrección de acidez, incremento de la actividad
biológica del suelo y de la absorción de nutrientes.
En términos prácticos, el proceso del
compost se divide en tres fases:
1) Fase de preparación de las pilas de
compost y mezcla de los residuos y los activadores del proceso.
2) Fase termófila. Es la etapa en que se
alcanza una temperatura elevada, entre 40 y 80 grados centígrados.
Puede durar varias semanas o meses, dependiendo del contenido en
celulosa y hemicelulosa del material de partida. En esta etapa se
controlan directamente las semillas de malezas, patógenos, hongos
y bacterias que causan enfermedades a las plantas cultivadas.
3) Fase mesófila o de maduración. La
temperatura desciende por debajo de los 40 grados y la velocidad
de degradación disminuye.
Un compost adecuado para ser empleado
como sustrato debe estar suficientemente estabilizado; en
definitiva, maduro. Entre los materiales que se pueden utilizar:
paja, hojas, restos de cosecha, plantas, desperdicios orgánicos de
comida, estiércoles de ovino, vacuno, equino, aves; ceniza,
etcétera.
Etapas para la
elaboración del compostaje:
1) Se selecciona una zona de recepción de
los restos orgánicos que se obtienen de la casa y/o de las
inmediaciones.
2) Se identifica el área en la cual se
alzarán las pilas para la elaboración del compostaje. Generalmente
se trata de hacer pilas de 1,5 metros de alto por tres de largo y
1,5 de ancho.
3) Se coloca una primera capa de 50
centímetros de altura con diversos materiales, paja, follaje,
restos de cosecha, plantas, desperdicios orgánicos de comida,
estiércoles de ovino, vacuno, equino, aves; ceniza, etcétera.
Estos restos se cubren con una delgada capa de diez centímetros de
estiércol fresco u otra fuente de nitrógeno, y se riega
abundantemente hasta humedecer toda la capa. Esta operación se
repite dos veces más hasta formar una pila de 1,5 metros de
altura, luego se cubre todo con un nailon transparente, tal como
se representa en el siguiente esquema, y se deja reposar durante
20 días.
4) A los 20 días se retira el nailon y se
mezcla toda la pila, agregándole más estiércol fresco u otra
fuente de nitrógeno disponible, se riega nuevamente en forma
abundante y se vuelve a armar la pila.
5) La operación de remover la pila se
realiza nuevamente a los 50 días de iniciado el proceso, en esta
ocasión, sin el agregado de estiércol, pero sí humedeciendo.
6) En esta última etapa se inicia el período
de maduración, por lo que se debe tener el material con humedad
controlada, es decir con un techo de chapa o nailon, para que no
se moje por lluvias.
El producto obtenido se llama compost y
es utilizado para distintas cosas: es incorporado como mejorador
de suelo, se utiliza como sustrato para la producción de plantines,
y se usa como biofumigante.
Algunos fertilizantes
caseros
Abono líquido
preparado con frutas, verduras y pastos
Se acumulan aproximadamente seis quilos
de restos de frutas, verduras y pastos, se pican y se colocan en
un balde con un quilo de azúcar. Se deja en reposo durante siete
días para que fermente y luego se filtra guardando el líquido
resultante. Se recomienda aplicar a los cultivos cada 15 o 20
días, a una dosis diluida de 500 centímetros cúbicos en diez
litros de agua.
Abono de estiércol
con restos de plantas
Se utilizan los restos de plantas,
estiércol de gallina, pollo, vaca, caballo, cerdo o conejo y
leche. Se colocan aproximadamente tres quilos de estiércol en un
balde con medio litro de leche y se le agregan dos quilos de
restos de plantas del lugar, cubriendo todo con agua. Se deja en
reposo durante 20 días para que fermente y luego se filtra y se
guarda el resultado. Se recomienda aplicar a los cultivos cada 15
o 20 días, a una dosis diluida de 500 centímetros cúbicos en diez
litros de agua.
Abono de estiércol
con ortiga
Se colocan 500 gramos de estiércol de
ave, vacuno o cerdo en un balde con dos litros de agua y se deja
fermentar durante cuatro días, para luego filtrarlo y recoger el
líquido. Por otro lado, se colocan 50 gramos de hojas de ortiga en
un litro de agua y se hierven durante diez minutos, filtrándolos y
agregándolos a lo recogido anteriormente. Se recomienda aplicar a
los cultivos cada 15 o 20 días, a una dosis diluida de 500
centímetros cúbicos en 20 litros de agua.
18 de octubre de 2002 |