De la Huerta
a la Mesa
Un país se
ha derrumbado; el país de los dólares, de los plazos
fijos, de las importaciones baratas, del "compralo hecho",
de los créditos en dos ruedas, del "tarjeteo inteligente".
Se acabó. Pero también se terminaron otros pedazos de
país: el país de los que andaban en las cornisas, en los
bordes, de los que de tan estirada ya tenían la piola como
de vidrio. El país -¡otra vez!- se achicó, y los que
estaban al filo cayeron sin amagues ni red. Los que ya
estaban en el fondo quedaron sepultados por la avalancha.
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