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De la huerta
a la mesa
Hora
de pensar, y andar
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Un país se ha derrumbado; el país de los
dólares, de los plazos fijos, de las importaciones baratas, del "compralo
hecho", de los créditos en dos ruedas, del "tarjeteo inteligente".
Se acabó. Pero también se terminaron otros pedazos de país: el
país de los que andaban en las cornisas, en los bordes, de los que
de tan estirada ya tenían la piola como de vidrio. El país -¡otra
vez!- se achicó, y los que estaban al filo cayeron sin amagues ni
red. Los que ya estaban en el fondo quedaron sepultados por la
avalancha.
Este trabajo que hoy publicamos intenta
llegar hasta esos hombres y mujeres que no se resignan, que no
pierden de vista a los responsables pero que no quieren quejarse
más. Ahora quieren sobrevivir, y en la mayor parte de los casos
eso no sólo implica salvar el cuero, sino preservar también la
dignidad.
Esta guía para la producción de alimentos
destinados al autoconsumo rescata numerosas prácticas, técnicas,
conocimientos, piques y hasta trucos más viejos que la ruda.
Seguramente aún queda mucho por inventar en agricultura, pero nada
de lo que aún no existe podrá suplantar el conocimiento personal,
la mano entre las plantas, la observación sumada con sensación e
intuición. La tierra produce mejor cuando el ser humano conoce la
naturaleza de su relación con ella. Esto que presentamos aquí es
una tecnología que no necesita adjetivos, que simplemente empieza
con a y termina con a, como agricultura.
Se verá que en ella no existen los
productos químicos, los fertilizantes, los plaguicidas,
funguicidas, herbicidas, homicidas, ambienticidas y otros
asesinos, en fin, los agrotóxicos. En este caso no están porque
además de ser dañinos e innecesarios, son caros. Y nadie querrá
gastar el dinero que no tiene para envenenarse a sí mismo, a sus
hijos y vecinos.
Este compendio fue elaborado por dos
técnicos, Patricia Acosta y Leonardo de León, y un productor,
Julio Rivero. Hoy por hoy no es fácil instalar una cierta
confianza creativa entre técnicos y productores, entre teóricos y
prácticos. El modelo de la Revolución Verde (véase BRECHA 11-V-00)
desgastó por completo la relación entre los agricultores y los
que, finalmente, no han sido más que vendedores de remedios. En la
actualidad, ese desgaste lo experimentan los consumidores, o mejor
dicho, los que ya no pueden consumir, y quienes se niegan a pagar
por productos de buena pinta, pero de mala calidad nutritiva y de
dudosa sanidad.
Con modestia, y a la vez orgullo,
compartimos este trabajo con todas y todos aquellos que ante el
empujón brutal de los poderosos desempolvan sus capacidades, a
veces las descubren, se asocian con otros para pensar, para crear
nuevas normas, reglas paralelas y verdaderas, nuevas formas de
usar el tiempo, el trabajo, la tierra, sus productos. Para
inventar andando una nueva vida.
BRECHA - Rel-UITA -
Comunidad del Sur (Red Tierra del Futuro)
18 de octubre de 2002 |