28 de abril:
Día
internacional de la salud
y la seguridad en el trabajo
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La precariedad en el trabajo, la
subcontratación, las prolongaciones de jornadas, la escasa
inversión en prevención o la falta de formación son algunos
de los factores que continúan incidiendo sobremanera en la
siniestralidad laboral. El año pasado se produjeron en
nuestra región 132.015 accidentes laborales con baja, lo que
supone un 0,84 por ciento más que el año anterior, un ligero
incremento que, sin embargo, no debe hacer olvidar que cada
dos días fallece un trabajador y que cada día se producen
más de 4 accidentes graves y 397 leves. El 28 de abril se
celebra el Día Internacional de la
Salud y la Seguridad en el Trabajo, una jornada en la que se
destacarán esas inaceptables cifras y en la que, además, se
pondrá énfasis en dos mensajes claves: hay que luchar para
lograr un trabajo sano y seguro y para exigir que los
empresarios asuman su responsabilidad en esta materia. Para
Comisiones Obreras de Madrid, la salud laboral es
absolutamente prioritaria.
Según las estadísticas, en 2003
hubo un 1,06 por ciento más de accidentes laborales leves y
un 0,89 por ciento más de accidentes mortales en nuestra
región, produciéndose una disminución en términos
porcentuales en los sectores de agricultura e industria y un
aumento en los de construcción y servicios. Los siniestros
graves, además, disminuyeron un 16,88 por ciento respecto al
año anterior, pero se incrementaron un 12,32 por ciento los
accidentes "in itinere".
A tenor de estas cifras, en
términos relativos no se puede negar que la situación en
nuestra región ha mejorado y prueba de ello es que el año
pasado hubo 6.330,7 accidentados por cada 100.000
trabajadores frente a los 6.403,7 por cada 100.000
trabajadores registrados en 2002. Pero no hay que llamarse a
engaño. La siniestralidad laboral continúa siendo un
gravísimo problema que provoca sufrimientos y dolor para
toda la vida, secuelas que determinan incapacidades de
diversos grados, daños irreversibles, reducción o pérdida de
la capacidad laboral y social así como múltiples
dificultades en el entorno familiar de los trabajadores.
A eso hay que añadir los daños
derivados de las enfermedades profesionales, las patologías
relacionadas con el trabajo que, generalmente, tienen una
aparición lenta, a veces con períodos de latencia de
décadas, que necesitan un sistema de gestión suficientemente
sensible que atienda a estas peculiaridades para poder ser
detectadas con fiabilidad.
La falta de declaración de estas
enfermedades por insuficiencia de los propios partes de
baja, por irregularidades en los sistemas de declaración,
por una ausencia de información de los distintos implicados,
por el desconocimiento de los profesionales sanitarios de
los factores de riesgo de origen laboral e incluso por los
intereses y resistencias para su declaración por las
empresas hace que su tratamiento sea, en muchos casos, muy
difícil. Y eso que en Madrid, concretamente, se ha pasado de
una incidencia de 37,12 por cada 100.000 trabajadores
declarados en 1999 a 71,07 por cada 100.000 el año pasado. A
pesar de esa notable diferencia, nuestra región sigue
teniendo la tasa de declaración de enfermedades
profesionales más baja del país, sólo superada por Ceuta y
Melilla.
Y por todo ello es por lo que la
salud laboral continúa siendo un caballo de batalla
fundamental para Comisiones Obreras de Madrid y un objetivo
prioritario que, de forma especial, sale a la luz cada 28 de
abril, Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el
Trabajo.
Este año, esa jornada gira en
torno a dos mensajes muy concretos: hay que seguir luchando
para conseguir que el trabajo sea sano y seguro y para que
los empresarios asuman su responsabilidad en materia de
salud y seguridad laboral.
Generar
debate
Ambas reivindicaciones no se
quedan, sin embargo, en meras proclamas generales, ya que
cada una de ellas tiene una honda justificación. Con la
primera, un trabajo sano y seguro, lo que se pretende es
generar un debate para analizar hasta qué punto se tiene en
cuenta la salud y la seguridad en los centros de trabajo. No
sólo eso. Ese mensaje hace un llamamiento implícito para que
organismos, instituciones y agentes sociales, desde todos
los ámbitos territoriales, se impliquen realmente en la
defensa de la salud y de la seguridad de los trabajadores y
para que se adopten medidas políticas que generen acuerdos y
actividades a largo plazo que sitúen la salud y la seguridad
en el mundo laboral en un lugar prioritario.
"Hay que concienciar a todo el
mundo de que planificar la producción sin contar con la
salud de los trabajadores y sólo teniendo en cuenta producir
más es un gravísimo error que atenta no sólo contra el
desarrollo sino también contra el progreso y la vida de los
trabajadores", comenta el secretario de Salud Laboral de
Comisiones Obreras de Madrid, Carmelo Plaza.
Teniendo en cuenta esta premisa,
la Secretaría de Salud Laboral luchará para que en todos los
acuerdos que firme y desarrolle el sindicato la salud y la
seguridad en los centros de trabajo sea una cuestión
prioritaria y nunca ocupe un segundo lugar.
Incluida en esta primera
reivindicación, además, este año se quiere poner énfasis en
los perjuicios que acarrea para la salud de los trabajadores
la manipulación de los productos químicos, cuyo máximo
exponente es el amianto. Y es que a pesar de estar prohibido
ya su uso, aún quedan multitud de actividades en las que se
manipula (arreglo de conducciones, demoliciones de edificios
donde se ha utilizado el amianto como aislante o talleres de
fundición, por ejemplo) y existen muchos trabajadores que
han estado expuestos a él durante años.
"Para tratar a los trabajadores
que aún están expuestos al amianto, y a los que lo
estuvieron en otro tiempo, lo que pedimos son planes de
seguimiento y de vigilancia de la salud, que se investigue
cualquier tipo de relación de las afecciones de esos
trabajadores con el amianto y que haya una tutela con ellos
porque a partir de ahora van a surgir muchos cánceres
relacionados con este producto", explica la médico de la
Secretaría de Salud Laboral, Carmen Mancheño.
El trabajo de la Secretaría para
luchar contra los riesgos químicos a los que están expuestos
los trabajadores ha sido intenso desde hace años y la última
prueba de ello es la reciente publicación de un estudio
sobre la exposición laboral a agentes cancerígenos y
mutágenos.
La
Administración como empresario
Por otra parte, y también en pro
de la salud de los trabajadores, este año se apuesta
especialmente por la promoción de los centros de trabajo
como lugares de desarrollo sostenible. La idea es combinar
todas las políticas necesarias para evitar, en lo posible,
que el mundo del trabajo empeore el medio ambiente y, por
tanto, la calidad de vida de los trabajadores.
El segundo gran mensaje que se
quiere transmitir el próximo 28 de abril incide en la
responsabilidad de los empresarios a la hora de tomar
medidas que garanticen la salud y la seguridad de los
trabajadores y la asunción de esas responsabilidades incluye
tanto al sector privado como al público. Y es que, tal y
como hacen hincapié en el sindicato, no hay que olvidar que
las Administraciones, además de garantizar y reglamentar
políticas que velen por la salud laboral, también son
empleadores y responsables de la salud y seguridad de sus
empleados y, en ese sentido, Comisiones Obreras exigirá
siempre de ellas su responsabilidad como empresarios.
Respecto al sector privado,
desde la Secretaría de Salud Laboral se destaca la
importancia que tiene la reciente modificación del artículo
24 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Ese
artículo establecía de forma muy genérica (hablaba sólo de
responsabilidad compartida) la coordinación en materia de
salud y seguridad que debe reinar entre las empresas
principales y las contratas y subcontratas.
La modificación de ese artículo,
demandada desde hace años por el sindicato, lo que hace
ahora es delimitar las responsabilidades de cada una de esas
empresas, estableciendo cuál es la que tiene cada una y sus
obligaciones respecto a las demás. "Antes no se establecía
concretamente qué coordinación tenía que haber entre ellas,
ni qué información tenía que dar una empresa a otra en
cuanto a evaluaciones de riesgo o planes de prevención, por
ejemplo. Ahora sí se hace y además se establece un régimen
disciplinario administrativo", explica el técnico superior
de Prevención de Riesgos Laborales de la Secretaría, Miguel
Ángel Izquierdo.
La entrada en vigor de esa
modificación, que se producirá el próximo 1 de mayo, ha sido
bien recibida por los responsables de la Secretaría, aunque
no quieren echar las campanas al vuelo hasta comprobar su
aplicación, algo de lo que estarán muy pendientes, sobre
todo, en el marco del nuevo acuerdo que sustituya al actual
Plan Director de Riesgos Laborales de la Comunidad de
Madrid.
Inspección
de Trabajo y Fiscalía
Estrechamente ligada a la
exigencia de que los empresarios asuman su responsabilidad
en la salud y seguridad de los trabajadores, el sindicato
resalta la labor de la Inspección de Trabajo y de la
Fiscalía en esta materia. Comisiones Obreras se ha venido
personando como acusación popular en todos aquellos casos de
accidente laboral muy grave o con resultado de muerte en los
que se han atisbado indicios reales de responsabilidad
empresarial. Hasta el momento, el sindicato se ha personado,
a nivel estatal, en más de 80 casos que ha dado como
resultado condenas de cárcel que suman 35 años a una
treintena de empresarios.
Los responsables de la
Secretaría de Salud Laboral creen que, sin abusar, esta vía
para defender los derechos de los trabajadores se debe
seguir utilizando aunque, sobre todo, ponen especial
hincapié en el papel que debe jugar la Inspección de
Trabajo. Y es que para que un proceso judicial finalice
bien, es muy importante que la actuación de la Inspección
quede perfectamente reflejada en la realidad del accidente.
Para ello es imprescindible que la Inspección actúe rápido,
con criterio y con conocimiento no sólo del accidente sino
también de las posibles vulneraciones de la Ley de
Prevención que se hayan cometido.
"Es fundamental que se escuche
la reivindicación de Comisiones Obreras de que hay que
triplicar el número de inspectores en nuestra región, porque
es inaceptable que se esté atendiendo a más de dos millones
de trabajadores con poco más de cien inspectores de Trabajo.
Hay que situar nuestra ratio al mismo nivel que en Europa,
es decir, hay que tener un inspector por cada 5.000
trabajadores y no por cada 20.000 como ahora", asevera
Carmelo Plaza.
Por otra parte, el sindicato
reconoce que los escasos recursos materiales y humanos con
los que cuenta la Fiscalía de Madrid dificultan su tarea,
pero eso no la exime, a juicio de Comisiones, para perseguir
con más ahínco los delitos en materia de salud y seguridad.
"Los fiscales y los jueces no acaban de entender el delito
en materia laboral como un delito perseguible y hay que
recordar que, en muchos casos, la vulneración de la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales termina costando la vida a
algún trabajador", manifiesta Carmelo Plaza.
Los frentes
de trabajo
El próximo 28 de abril, los
titulares de la prensa y los informativos de radio y
televisión se harán eco de la siniestralidad y de las
enfermedades profesionales que padecen los trabajadores,
pero esa jornada reivindicativa sólo será un grano de arena
en la montaña que día a día levanta el sindicato para
defender los derechos en materia de salud y seguridad en el
mundo laboral. Y es que el quehacer de la Secretaría de
Salud Laboral es continuo y muy amplio, y tiene prioridades.
Una de ellas es la de nutrir a
toda la organización del sindicato, a cada una de sus
federaciones y comarcas, de todos los medios necesarios para
paliar la problemática de los trabajadores en sus centros de
trabajo. Específicamente, la Secretaría pone al servicio de
toda la organización sus recursos técnicos y humanos para
desarrollar funciones de asesoramiento y de búsqueda de
soluciones a todos los problemas. Para ello cuenta con dos
líneas de actuación.
Fundación de
Prevención de Riesgos Laborales
La primera de ellas es la que
está vinculada con la Fundación de Prevención de Riesgos
Laborales, con la que mantiene este año dos convenios. Uno
de ellos es el de asesoramiento y gracias a él se presta
asistencia técnica, sobre todo, a los trabajadores de las
pequeñas y medianas empresas en todo lo referente a salud
laboral. Para desarrollar este convenio, la Secretaría
cuenta con un equipo formado por cuatro técnicos superiores
en prevención de riesgos laborales que, junto con los
responsables de salud laboral de las federaciones y
comarcas, hacen un seguimiento y un tutelaje en las empresas
para lograr avances en la materia.
El otro convenio es el de
coordinación empresarial. En este caso, lo que se persigue
es, por un lado, describir la situación en la que se
encuentran las empresas, analizando aspectos como en qué
actividades hay contratas o subcontratas, dónde se emplea a
autónomos, cuál es el grado de externalización de la
actividad o el del cumplimiento de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales. Por otro lado, lo que se busca es
dinamizar la salud laboral en todas las empresas que se
visitan.
"En este caso, lo que se hace es
dar pautas a los delegados de prevención para que conozcan
qué tipo de responsabilidades tiene la empresa y cómo tienen
que comenzar la coordinación sindical. Lo que intentamos es
que los delegados tengan una visión amplia de cómo está
estructurado el mundo del trabajo y que ejerzan también un
tutelaje y una coordinación con los trabajadores de las ETT
o de las subcontratas que tienen sus empresas, porque esos
trabajadores son los más desprotegidos", comenta Carmen
Mancheño.
Plan Director
de Prevención de Riesgos Laborales
La otra línea de actuación de la
Secretaría está ligada al Plan Director de Prevención de
Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid, un plan que
finalizó el pasado 31 de diciembre. La patronal, la
Administración regional, UGT y Comisiones Obreras se han
dado un plazo de seis meses para aprobar una prórroga de
nuevos acuerdos que sustituyan a ese plan. Mientras, se ha
decidido que continúen funcionando los convenios de
asistencia técnica que concretamente Comisiones Obreras
tenía para cada una de sus federaciones y comarcas. "Eso
quiere decir que en breve esperamos que empiecen a trabajar
23 técnicos que estarán repartidos por cada una de nuestras
siete comarcas y por cada una de nuestras once
federaciones", explica Carmelo Plaza.
El secretario de Salud Laboral
de Comisiones Obreras de Madrid considera que el Plan
Director puesto en marcha en nuestra región es bueno,
"aunque no se ha podido desarrollar totalmente por falta de
tiempo y por falta de responsabilidad y compromiso político
del Gobierno regional, que no ha sido capaz de coordinar a
las diferentes estructuras de la Administración para
llevarlo totalmente a efecto".
A pesar de ello, el sindicato
resalta el hecho de que todas las partes implicadas en el
plan estén de acuerdo ya en la necesidad de adoptar medidas
no sólo a corto sino también a largo plazo. En este sentido,
Comisiones Obreras, junto con UGT, va a defender la firma de
un acuerdo a ocho años, una propuesta para la que espera
encontrar apoyo en todos los grupos políticos con
representación en la Asamblea de Madrid. De momento, el PP
sólo apuesta por un acuerdo con vigencia de cuatro años,
pero IU y PSOE no ven con malos ojos el plazo propuesto por
el sindicato.
"Creemos que es absolutamente
necesario que todos los grupos se impliquen en ese acuerdo,
así como que se coordine con las diferentes consejerías de
la Comunidad de Madrid. Pero, además, creemos que también es
absolutamente necesario desarrollar un acuerdo con la
Federación de Municipios de Madrid para que se tomen las
medidas oportunas en todos los ámbitos", comentan desde el
sindicato.
El objetivo de Comisiones en el
marco del Plan Director no se restringe, sin embargo, a la
prestación de asistencia técnica y asesoramiento. Los
responsables de la Secretaría de Salud Laboral también
persiguen la elaboración de estudios que puedan mejorar la
situación actual y para ello consideran imprescindible
abordar la problemática específica de los colectivos de
jóvenes, inmigrantes y mujer así como el sector de la
construcción, por ser el que registra mayor siniestralidad.
Riesgos
psicosociales
Otro de los frentes de trabajo
de la Secretaría en el marco del Plan Director se centrará
en los riesgos psicosociales, aquellos que tienen que ver
con la organización y la planificación del trabajo. La
intención del sindicato, en este sentido, es luchar para que
se reconozca que problemas como el estrés generado por la
rapidez que se puede exigir en el trabajo, el acoso o las
presiones psicológicas en el puesto laboral perjudican la
salud de los trabajadores y son elementos que vulneran la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Para poder evaluar esos riesgos,
el sindicato considera necesario aplicar en nuestra región
el denominado método ISTAS 21, un método promovido por la
Fundación del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y
Salud (ISTAS) de CC.OO. con el que se evalúan aspectos como
la satisfacción en el trabajo, las relaciones y las
condiciones laborales. "Es un método que permite saber en
qué falla la organización en el trabajo y el clima social,
detectando los problemas que luego, y de acuerdo con los
responsables de la empresa, podrán intentar solucionarse en
el comité de salud", explica Carmen Mancheño.
Búsqueda de
soluciones
Por otra parte, los responsables
de la Secretaría se han propuesto trabajar para que los
balances y cuentas de las empresas contemplen partidas
presupuestarias específicas fijas destinadas a defender la
salud y seguridad de sus trabajadores y no, como ocurre
ahora, cuando únicamente se incluyen costes por seguridad
cuando ha acaecido algún siniestro o incidente en la
empresa.
Junto a ello, la Secretaría
iniciará a partir de ahora la búsqueda de soluciones para
hacer frente a los problemas detectados en los estudios más
recientes que ha elaborado, el de los agentes cancerígenos y
el que se centra en el tiempo de trabajo, incidiendo, en
este último caso, en combatir el trabajo por turnos donde no
esté suficientemente justificado o en la supresión del
trabajo nocturno solitario.
Mutuas y
enfermedades comunes
Por último, las mutuas
constituyen otra de las líneas de trabajo fundamentales.
Comisiones Obreras aboga para que estas entidades
desaparezcan de la gestión de la contingencia común, es
decir, de la enfermedad y que todas las funciones que les
asigna la legislación vigente en esa materia pasen a
depender del sistema general de la Seguridad Social.
Esta reivindicación tiene su
justificación. Las mutuas tradicionalmente se han hecho
cargo, como entidades colaboradoras de la Seguridad Social,
de la gestión tanto de la prestación económica y sanitaria
de los accidentes como de las enfermedades profesionales, lo
que se llama contingencias profesionales. Desde los últimos
años, sin embargo, las mutuas también tienen competencias en
prevención y en contingencias comunes. "Nosotros creemos que
tiene que haber un mayor control de la prevención que
gestionan ahora las mutuas y que las contingencias comunes
deben volver al sistema público, porque si no lo que se está
haciendo es una privatización de la sanidad", comenta Carmen
Mancheño.
De no atender la demanda del
sindicato, los responsables de la Secretaría reivindican, al
menos, que se establezca la codecisión, es decir, que cuando
el empresario decida con qué mutua va a contratar la gestión
de la contingencia profesional, al menos, informe al comité
de empresa de su elección y estén los dos de acuerdo. De
esta forma el cliente de la mutua será tanto el empresario
como el trabajador, algo que redundará en el control de la
prestación de los servicios.
La salud
laboral en la acción sindical
"Es fundamental integrar todos
los temas referidos a la salud laboral en la actuación de la
acción sindical para concretarlo en la negociación
colectiva. Queremos que en todas las negociaciones, además
de hablar de salario y de jornadas, se hable de salud
laboral, de organización del trabajo, de contratación y de
formación porque todos estos aspectos inciden en la salud de
los trabajadores".
Esta es la decisión firme del
secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Madrid,
una propuesta en la que quiere que se implique toda la
organización del sindicato y, especialmente, la Secretaría
de Acción Sindical.
Tiene sus razones. Hasta ahora
en la negociación colectiva la salud laboral no ha sido una
materia prioritaria y no hay que echar la vista muy atrás
para recordar cómo muchos trabajadores cambiaban salud por
dinero, es decir, asumían riesgos graves a cambio de pluses.
Una vez que se haya conseguido erradicar esa práctica, el
siguiente paso será, según Carmelo Plaza, fijar muy
concretamente los ejes de la negociación colectiva. "Hasta
ahora, en una negociación hablas de todo de forma genérica y
eso no debe ser así. El eje de la negociación debe ser la
defensa de un empleo estable, seguro y con derechos y, sobre
eso, todo lo demás".
Vigilancia
específica de la salud
En este sentido, los
responsables de la Secretaría han elaborado ya incluso una
batería de propuestas para incluir en la negociación
colectiva. Las más importantes son éstas: que los delegados
de prevención se puedan elegir fuera del ámbito de los
delegados de personal; que esos delegados tengan un crédito
adicional mensual de 20 horas para la realización de
funciones específicas en materia de salud laboral; y que el
derecho de los trabajadores a un medio de trabajo seguro y
estable se articule, a través de la integración de la
seguridad y salud laboral, en todos los estamentos de la
empresa.
Junto a ello, proponen que se
realice una vigilancia de la salud específica y
protocolizada para cada puesto de trabajo y para todos los
trabajadores; que se reconozca a los comités y a los
delegados de prevención sus competencias en temas
medioambientales, como por ejemplo la reducción del uso de
sustancias tóxicas, el ahorro eficiente del agua y la
energía o el transporte colectivo; y que se creen comisiones
paritarias de Salud y Seguridad en el Trabajo que, en el
ámbito sectorial, desempeñen una función análoga a la de los
Comités de Seguridad y Salud.
Además de estas propuestas, la
Secretaría hace hincapié en dos reivindicaciones: la
creación de la figura del delegado sectorial y del delegado
territorial de prevención, personas que permitirían llegar a
las pequeñas empresas donde no existe representación
sindical y con cuyo trabajo se lograría visualizar, con
garantías, cuál es la situación de las pymes en materia de
salud laboral.
Atención a
los colectivos con necesidades específicas
Las nuevas formas de trabajo y
las relaciones en el mundo laboral cambian y avanzan muy
deprisa y, si se quiere prevenir antes que curar, la salud
laboral debe ir por delante de ellas, pero con una premisa:
atendiendo especialmente a los colectivos con necesidades
específicas.
Este es también uno de los
objetivos prioritarios de la Secretaría de Salud Laboral,
para cuyos responsables la atención a esos colectivos es
imprescindible si se quieren evitar males mayores y corregir
los errores y las deficiencias actuales. Estos son esos
colectivos:
Mujeres. La realidad demuestra
día a día que, además de que las mujeres tienen una doble
jornada laboral, ellas trabajan en sectores y realizan
trabajos diferentes a los hombres, por lo que sus problemas
de salud laboral son diferentes. Es constatable, por otra
parte, que las mujeres sufren pocos accidentes de trabajo
pero, en cambio, sí padecen muchas enfermedades
profesionales relacionadas con trastornos repetitivos, con
ritmos de trabajo muy monótonos y con factores de riesgo
psicosociales y ergonómicos que los hombres no padecen.
"Los riesgos visibles son los
accidentes laborales pero las cargas, las posturas, el
estrés o el acoso no son tan visibles, por eso los riesgos
laborales de las mujeres pasan más inadvertidos pero eso no
significa que no existan", comenta la médico de la
Secretaría de Salud Laboral, Carmen Mancheño. Añadida a esta
invisibilidad de sus problemas de salud laboral, la mujer se
enfrenta además a la discriminación por razones de género y
todo ello justifica con creces la intención de la Secretaría
de atender con medidas concretas la salud y la seguridad de
las trabajadoras.
Jóvenes. Son numerosos los
estudios elaborados por el sindicato en los que se demuestra
que este colectivo padece condiciones de trabajo muy
precarias, contratos abusivos y trabajos muy eventuales,
unos factores que, unidos a la escasa formación y
experiencia, los convierten en carne de cañón para aumentar
las estadísticas de siniestralidad laboral.
Inmigrantes. Es el colectivo
donde se acumulan, sin lugar a dudas, todos los problemas
del resto de grupos con necesidades especiales, unos
problemas a los que, además, hay que añadir en muchos casos
las trabas del idioma, de sus culturas y de su integración
en la sociedad. La Secretaría de Salud Laboral cree
prioritaria su atención en todos los ámbitos de la salud y
la seguridad, especialmente a aquellos que trabajan en el
sector de la construcción.
Autónomos. Aunque la legislación
actual permite incluir a estos trabajadores en el régimen
general de trabajo si ellos aceptan, la Secretaría parte de
la evidencia de que en el mundo laboral existen multitud de
"falsos autónomos" que, en realidad, no trabajan de forma
independiente sino por cuenta de otro.
Partiendo de esa premisa, los
responsables del sindicato creen que se debe luchar para que
los autónomos tengan las mismas condiciones de trabajo que
un trabajador "en nómina", para que se les aplique el
convenio colectivo que rija a sus compañeros en plantilla y
para que se les enajene de jornadas de trabajo a destajo,
que suelen desembocar, tarde o temprano, en accidentes
laborales o en enfermedades profesionales que, encima, no se
les reconoce en las estadísticas.
Milagros Díaz
Madrid Sindical
28 de
abril de 2004
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