¿La epidemia provino
de Granjas Carroll?
Publicaciones científicas
esperaban que epidemia de influenza porcina emergiera de
granjas industriales
México, 2
mayo 2009. Una revisión de la literatura científica,
realizada por El Poder del Consumidor, es reveladora.
Se confirma que existía toda la evidencia para considerar
que el virus aviar se podía recombinar en el cerdo, se sabía
que las personas en contacto con cerdos son especialmente
susceptibles a tener influenza porcina y se sabía que había
que vacunar a los trabajadores de las granjas contra la
influenza porcina. Sin embargo, ni la empresa Smithfield
Foods, la mayor del mundo en producción de carne de
cerdo, ni el gobierno mexicano tomaron medidas para
monitorear las granjas industriales en nuestro país.
"El asunto de
que la influenza porcina se podía recombinar y tener
potencial pandémico se sabía desde 1988; además, desde 1994
se hablaba de que la influenza aviar se podría recombinar
con la influenza porcina y convertirse en pandemia. Un
estudio de 2006 sobre trabajadores porcícolas en Estados
Unidos alerta del riesgo de que estos trabajadores
tengan gripe porcina y recomienda que estén contemplados en
estrategias de vacunación específicas", comentó Guiomar
Melgar, asesora en alimentos de El Poder del
Consumidor.
La
investigación "Bases Moleculares para la Generación en
Cerdos de Virus de Influenza A con Potencial Pandémico",
publicada en el Journal of Virology de 1998, advirtió
que "las observaciones biológicas y genéticas sugieren que
los cerdos pueden servir como receptáculos de mezcla para la
generación de influenza A, similar con aquellos responsables
de las pandemias de 1957 y 1968".
Otro artículo
publicado en Clinical Infectious Diseases (2007)
advierte sobre la amenaza de las granjas factorías de cerdos
y concluye: "La exposición ocupacional a los cerdos
incrementa en alta medida el riesgo de los trabajadores a la
infección por influenza porcina. Los trabajadores de las
granjas deben ser incluidos en estrategias de inmunización".
Los estudios
científicos alertaron que el virus de la influenza aviar
podría entrar en los cerdos y que los trabajadores podrían
ser infectados por la influenza porcina, todo el escenario
de lo que ahora ocurre y que la empresa Smithfield Foods,
al parecer, evitó enfrentar con las consecuencias que ahora
conocemos.
El manual de
buenas prácticas de manejo de granjas porcinas (www.cmp.org)
no hace mención al problema sanitario de la influenza. Todo
indica que no existe una norma oficial mexicana (NOM) para
regular las medidas de seguridad en las granjas. Están
regulados el transporte, la matanza y el rastro, pero no el
manejo en las granjas.
Smithfield
Foods
ha sido denunciada en diversas ocasiones en
los Estados Unidos, así como en las comunidades
aledañas a una de sus mayores plantas del mundo, en la
región de Perote, Veracruz, donde se levantó
un movimiento de protesta contra la contaminación que la
planta está generando. El movimiento no sólo no fue atendido
sino además reprimido. Ni la Profepa, ni la
Sagarpa1, ni la
Secretaría de Salud, actuaron a favor de la población.
Las
autoridades sanitarias han reconocido que la epidemia que
surgió en marzo y que el primer caso registrado de influenza
porcina en México fue de un niño de la comunidad de
La Gloria, coincidentemente a pocos kilómetros
de Granjas Carroll.
La hipótesis
de que el origen de la epidemia pudo darse en esas granjas
no es aventurada. El propio director general de
Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades de la
Secretaría de Salud, se aventuró a dar una "explicación
de por qué habría surgido en La Gloria el virus que
tanto estremece a los mexicanos. Dijo que la zona es
expulsora de migrantes que vuelven a su lugar de origen en
Semana Santa, y que en ese mismo lapso hubo quienes
vacacionaron en la comarca y que unos y otros podrían haber
llevado consigo el virus".
"Nos preocupa
que la OMS haya rebautizado lo que se llamó
internacionalmente como ‘influenza porcina’, para nombrarla
‘Influenza Humana’. Interpretamos esta acción de la OMS
como medida de protección a esta industria en vez de lo que
debería hacer ese organismo: criticar las formas de
producción de carne, huevo y leche, en las cuales está el
origen de estas epidemias", señaló Alejandro Calvillo,
director de El Poder del Consumidor.
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