En Perú la actividad
cafetalera se desarrolla en 68 provincias y 12 regiones
del país en un área sembrada de 330 mil hectáreas que es
administrada por 160 mil familias de pequeños
productores cafetaleros.
Las exportaciones de café durante el 2009 sumaron 520
millones de dólares. La dedicación y empeño de
organizaciones, asociaciones y cooperativas, agrupadas
en la Junta Nacional de Café (JNC), ha llevado
que hoy Perú sea el primer productor mundial de
café orgánico y el sexto productor mundial de café en
general.
Sin embargo, pese a la importancia social que tiene el
cultivo y producción del aromático grano, los
cafetaleros vienen enfrentando graves problemas
tributarios debido a que la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (SUNAT) estaría
desconociendo su condición de cooperativas, forma de
organización que surgió en 1962, a iniciativa de
pequeños y medianos agricultores con el propósito de
brindar servicios de comercialización y asistencia
técnica a sus asociados. Para conocer un poco más de
esta problemática que viene enfrentando el sector,
Sirel conversó con
César Rivas Peña, presidente de la JNC.
-¿Cuál es el trato que vienen recibiendo los caficultores de
parte del gobierno de Alan García?
-El gobierno tiene un doble discurso, por un lado dice que
hay que promover el cooperativismo como modelo de
desarrollo para el país y, por otro lado, a través del
organismo tributario, SUNAT, hace exactamente lo
contrario por lo que si esta situación continúa las
cooperativas van camino al fracaso total.
-¿Qué es exactamente lo que pone en riesgo la existencia de
las cooperativas?
-No es reconocido el Acto Cooperativo. Consideran que hay una
suerte de evasión tributaria lo cual hemos demostrado
que no es así, tanto en las intendencias regionales como
ante el jefe y la jefa de la SUNAT. Ellos nos han
dicho que tenemos razón pero igual nos castigan.
-¿Y cómo se sale de este entrampe?
-En ese sentido solo esperamos una decisión política porque
lamentablemente ellos (de la SUNAT) no pueden
hacer más. Por eso hemos acudido al Congreso para que se
aclare el artículo 3 y el artículo 66 de la
Ley Nº 085. Por ejemplo, las cooperativas de ahorro
y crédito están bajo esta ley y no pagan impuesto a la
renta, nosotros que estamos bajo la misma ley sí pagamos
impuesto a la renta, o sea hay una especie de maltrato
al sector porque no tenemos muchas personalidades que
puedan defendernos en el Congreso o en las instancias
gubernamentales.
-Se puede hablar de discriminación contra las cooperativas
cafetaleras…
-La SUNAT esta manejada por tecnócratas que traen
experiencias de otros países, o quizás han estudiado en
el extranjero y no están enterados de la realidad
nacional, y las leyes no las están elaborando en función
de la realidad nacional. Por ejemplo, en la selva o la
sierra, ellos han emitido comprobantes de pago que
nosotros debemos usar, en procesos puntuales, no de
manera constante, pero no tenemos otro documento con el
cual trabajar y ahora nos dicen que no sirve, que ese
documento no debemos usarlo. Primero nos dijeron que los
productores teníamos que sacar Registro Único de
Contribuyentes (RUC) y emitir facturas.
-¿Y lo han hecho?
-Les hemos explicado que muchos productores en la época del
terrorismo, entre los años 1980 y 2000, salieron a las
ciudades a buscarse la vida, a sobrevivir. Unos han
trabajado en carpintería o en otros oficios, algunas
empresas le pedían
recibos por honorarios y ellos
obligados por esa situación han sacado su RUC y
han emitido recibos y cuando regresaron a la selva a
reactivar la caficultura
ellos olvidaron que tenían RUC y cuando la
SUNAT se ha encontrado con esos casos individuales
ha responsabilizado a la cooperativa, eso por un lado,
por otro lado, los reintegros, sistema que existe desde
hace más de 40 años en las cooperativas dicen que es una
forma de evasión.
-¿En qué consisten los reintegros?
-Vendemos primero nuestros productos a un precio referencial
y luego a fin de año liquidamos y vemos cuánto nos ha
quedado y ese monto se distribuye entre los productores
en función a sus entregas, pero esa liquidación también
es desconocida como gasto, ellos dicen que es una forma
de evasión tributaria. Nosotros comparamos con los que
trabajan en la ciudad, con las personas que emiten sus
recibos por honorarios, ¿cuánto ganan ellos al año y
cuánto un agricultor? Al agricultor que gana 1.760
dólares brutos al año, se le aplica sobre el monto total
el impuesto. De aplicarse esta medida, implicaría la
quiebra y liquidación de las cooperativas, situación que
ni el terrorismo o el narcotráfico lograron.
Estamos en un país donde se le castiga al más pobre. En el
campo no tenemos computadoras para saber si un socio
tiene RUC o no tiene, pero lamentablemente no nos
han escuchado. Frente a esta situación hemos propuesto
que se analicen los artículos 3 y 66 de la ley vigente y
que se aplique por igual a todos, en este caso para las
cooperativas de ahorro y crédito no hay impuesto a la
renta pero bajo la misma ley para nosotros sí hay
impuesto a la renta, esto es algo que se puede entender
hasta ahora.
-¿Los cafetaleros no están comprendidos en la ley de
promoción de la agroexportación? Hay una serie de
estímulos para los esparragueros, por ejemplo.
-Los esparragueros pagan 15 por ciento de impuesto a la
renta, los cafetaleros pagamos 30 por ciento y nuestro
sector aporta más divisas al país. A pesar de ello no
tenemos las facilidades de la carretera, ni los
financiamientos que tiene la costa, no contamos con
todas las ventajas que ellos tienen, por el contrario
pagamos el flete más caro del mundo, sin embargo, en
esas condiciones trabajamos y hemos hecho del café uno
de los rubros más importantes de Perú.
Pero creo que es por desconocimiento, me es difícil pensar
que un peruano quiera hacer daño a su compatriota.
Esperamos que esto se pueda corregir con una ley que
hemos propuesto al Congreso de la República (Proyecto
de Ley Nº 3747), tenemos el apoyo casi
multipartidario y esperamos que se pueda concretar en la
Comisión de Economía del Congreso y luego en el
pleno.
-¿Esa ley de qué manera los beneficiaría?
-Interpreta el
Acto Cooperativo, adecuando a este
principio las acotaciones que están en curso, no es una
nueva ley de cooperativas, porque implicaría la
desaparición de nuestras organizaciones, desencadenando
además graves problemas sociales y económicos. No hay
que olvidar que gracias a las cooperativas los
cafetaleros somos los únicos que trabajamos en mejorar
la productividad y calidad de nuestra producción.
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