Uruguay

Con Luis Goichea

Preocupa el ingreso de transnacionales

al mercado local

 

El pasado 1º de junio se realizó en la ciudad de Nueva Helvecia el primer encuentro de trabajadores lácteos de todo el país, organizado por la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) que nuclea a 23 sindicatos, con aproximadamente 3.000 trabajadores. Luis Goichea, integrante del sindicato Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC) fue homenajeado por su larga trayectoria en la defensa de los derechos de los trabajadores. En esa oportunidad conversó con Sirel sobre los avances del movimiento sindical en el sector, las expectativas ante la próxima ronda de Consejos de Salarios y la posición de la Federación ante la inminente llegada de inversores extranjeros

 

 

-Este 1º de junio se celebró por primera vez el día del trabajador lácteo. ¿Cuál es tu reflexión al respecto?

-Es un reconocimiento a todos los compañeros y compañeras del sector. Este día ha sido producto de la lucha incesante de los trabajadores organizados desde que salimos de la dictadura, incluidos en cada una de las plataformas que hemos reivindicado. Tanto los sindicatos como la Federación reclamaban el reconocimiento al esfuerzo diario de los trabajadores y trabajadoras para mantener la industria en nuestro país. Recién en 2005, con el cambio de gobierno y la reapertura de los Consejos de Salarios, fue posible plasmarlo en los hechos.

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-¿Cuántos sindicatos integran la Federación y con qué cantidad de trabajadores  sindicalizados?

-Actualmente hay 23 sindicatos; están sindicalizados trabajadores de la Industria propiamente dicha y también de la distribución de lácteos, sindicatos de la recolección de leche y hemos incluido dos sindicatos que aunque pertenecen a la rama del comercio y servicios están hoy en nuestra Federación porque tienen una clara vinculación con el sector. Es el caso de una empresa reponedora de productos lácteos en las góndolas de los supermercados y una proveedora de servicios a los productores lecheros. Tenemos la alegría de contar con 3 mil compañeros sindicalizados en estos 23 sindicatos y pretendemos organizar a trabajadores de empresas como CALCAR, CLALDY, La Pataia, Purísima de Tacuarembó y alguna otra pequeña industria para alcanzar al 100 por ciento de los trabajadores lácteos de nuestro país. Actualmente contamos con más del 85 por ciento de los trabajadores de la industria organizados por nuestra Federación.

 

-¿Cómo se viene preparando la FTIL para la nueva ronda de Consejos de Salarios?

-Estamos discutiendo a nivel nacional nuestra plataforma reivindicativa. Considero que en el  próximo plenario de junio será ratificada, y a partir de ahí la discusión se centrará en la estrategia para esta próxima instancia de negociación, teniendo en cuenta que va ser la última en este periodo de gobierno.

 

En nuestro caso la negociación colectiva se da en cuatro frentes distintos: la industria, la distribución, la recolección y ahora se sumó servicios. Las negociaciones se hacen en períodos diferentes, servicios y recolección en junio, distribución en septiembre y la parte de la industria en diciembre.

 

-¿Cómo considera la Federación la inminente llegada de algunas transnacionales del sector al país?

-Con la preocupación que siempre implica el ingreso de inversiones de grupos transnacionales a nuestro mercado, porque naturalmente su objetivo es llevarse la materia prima para sus países de origen o a los lugares donde la comercializan. En general pretenden productos con poco valor agregado, como la leche en polvo o el caseinato granulado, que requieren muy poca mano de obra para procesar muchos volúmenes de leche. Esto ha llevado a que la FTIL solicitara reuniones con distintos organismos, como el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) y con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), la Comisión de Legislación del Trabajo, y la Comisión de Agroindustria de Diputados y del Senado.

 

Hemos cubierto varios ámbitos a los cuales fuimos a plantear nuestra preocupación, en primer lugar, porque no hay una ley que regule el ingreso de capitales, por lo que cualquiera puede venir a comprar una empresa instalada sin rendirle cuentas a nadie; en segundo lugar porque creemos que quienes vengan a instalarse a nuestro país o a comprar las empresas tienen que mantener también los objetivos por los cuales se desarrolló la lechería. En ese caso se tiene que cumplir con ciertas exigencias en el desarrollo de la producción primaria. Lo que pretendemos es que el Estado regule estas inversiones para proteger a las industrias de este sector que ha sido uno de los más dinámicos de la economía del país, pues de lo contrario se van a repetir los casos como el de Nestlé cuando se instaló en Paysandú y compraba leche para trasladarla a la Argentina, y el caso de  VILLA DEL SAUCE, SANCOR que venían  y comparaban leche acá hasta que no les interesó el negocio o no les fue redituable y dejaron a los productores y a los trabajadores a la deriva.

 

Actualmente nos preocupa un proyecto que fue avalado por el MGAP que es el ingreso de grupos económicos neozelandeses que se están instalando en el campo con producción primaria. El proyecto es de 50 mil hectáreas, hoy cuentan con 20 mil compradas, en esta primera etapa se habla de 170 mil a 200 mil litros de leche, pero la intención del grupo es llegar a mucho mas. Con esa producción van a tener un poder de negociación muy importante para fijar el precio en el mercado. Este grupo tiene tierras en Rocha, Río Negro y Durazno.

 

-El pasado diciembre se aprobó la ley de lechería. ¿Cómo la evalúa la FTIL?

-Una vez más los trabajadores quedamos excluidos. Es una ley que mejora la que había, pero no resuelve todos los problemas; seguimos estando excluidos de la toma de decisiones del Consejo Superior de Lechería a pesar de que insistimos ser parte de él. Mientras que los productores y los industriales tienen dos representantes cada uno en el Consejo Superior, los trabajadores nos  tenemos que conformar con integrar un Consejo Consultivo que se reúne semestralmente. Lo vamos a hacer, porque todo espacio que tengamos lo vamos a aprovechar para divulgar nuestra posición. De todas formas, consideramos que es un paso importante

 

-Después de más de 20 años en la lucha por la clase obrera, ¿cómo recibes este homenaje?

-Fue una sorpresa. Agradezco este reconocimiento, en particular de la Unión Intersindical de Trabajadores de Ecolat (UITEC) que hoy ha organizado esta jornada con el apoyo de distintos sindicatos. Creo que el mayor homenaje es que nuestra participación diaria tenga sus frutos en mayor organización, en mejorar las condiciones de los trabajadores, en seguir avanzando hacia la construcción de una sociedad más justa y más solidaria. Recibo este reconocimiento con modestia, pero también con el orgullo de pertenecer a una organización como la FTIL, que además de ocuparse de sus asuntos sectoriales ha hecho un aporte muy importante en las luchas del movimiento sindical en los últimos tiempos, como por ejemplo la recolección de firmas para derogar la ley que quería privatizar las empresas estatales ANTEL (telefónica) y después ANCAP (combustibles). Con el mismo espíritu, actualmente estamos recogiendo firmas para que haya VERDAD Y JUSTICIA derogando la Ley de Caducidad que otorgó impunidad a los violadores de los derechos humanos.

  

 

En Colonia, Pablo Farías

Rel-UITA

11 de junio de 2007

 

 

 

 

 

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