El
presidente bueno y el gerente malo,
¿dos
caras de una misma moneda?
A
pesar de que el presidente de CALVO Conservas en El Salvador, Miguel Ángel
Peñalva, mostró a fin de julio pasado algunas señales de acercamiento hacia
el Sindicato General de Trabajadores de la Industria Pesquera y Actividades
Conexas (SGTIPAC), en el terreno los encargados de la producción han
continuado sus esfuerzos en la dirección contraria, potenciando un sindicato
patronal formado e impulsado por ellos mismos, imponiendo medidas represivas
e ilegales como el encadenamiento de los baños de la planta y, lo más
preocupante, solicitando a la Policía Nacional Civil y a la Marina que les
ayuden a no permitir más actividades de propaganda del Sindicato legítimo en
las afueras de la fábrica, ni visitas de sindicalistas extranjeros.
Bandera salvadoreña y panameña,
izadas a conveniencia
en el buque
Montecruz de CALVO |
Una vez al
mes representantes de CALVO y Corsain se reúnen para abordar
diferentes temas sobre el funcionamiento del puerto en donde se ubica la
empresa. El muelle pesquero industrial de Punta Gorda es propiedad del
Estado salvadoreño a través de la empresa autónoma Corsain que, como
en este caso, está habilitada legalmente a realizar inversiones en
emprendimientos mixtos junto con capitales privados. En la reunión que se
llevó a cabo a fines de agosto pasado, uno de los puntos tratados fue una
inusual solicitud de ayuda por parte de Antonio Huezo y Eduardo
Meléndez, jefe de Planta y jefe de Recursos Humanos de Calvo
Conservas respectivamente, a la Policía Nacional Civil y a la Marina
Nacional para no permitir actividades de propaganda sindicales en las
afueras de la planta ni visitas de extranjeros durante las mismas.
Según la
información aportada por una de las personas que participó en la reunión
–cuya identidad se mantendrá en reserva por razones obvias-, los gerentes de
CALVO también expresaron una gran preocupación por que no se
divulgara que apenas unos días antes, un camión de CALVO mató en un
accidente de tránsito a un poblador en las afueras de La Unión. La
preocupación se debía a que en esos días la empresa había convocado a los
principales medios de comunicación del país para anunciar que se están
reparando cuatro naves de CALVO en el puerto de Corsain.
Asimismo, manifestaron su pretensión de evitar acciones de propaganda del
sindicato y, de ser posible, también la visita de delegaciones extranjeras,
que ya en varias ocasiones han acompañado las actividades del SGTIPAC
en La Unión. Atendiendo a estos requerimientos y para evitar cualquier
contacto de los periodistas con los trabajadores y trabajadoras, los
anuncios de la empresa no fueron comunicados en las instalaciones de la
planta como en otras ocasiones, sino en una rueda de prensa en el Hotel
Holiday Inn.
Las
solicitudes de Antonio Huezo y Eduardo Meléndez a la Marina y
a la Policía, que en teoría obedecen a un gobierno dispuesto a poner en
marcha la aplicación de convenios de la OIT sobre la libertad
sindical, es un nuevo exceso de parte de la empresa. Pero también es una
gestión que en el pasado reciente desencadenaba todo tipo de represalias. No
hace muchos años, una solicitud como ésta desataba la violencia y la
represión contra dirigentes y afiliados de los sindicatos. Es interminable
la lista de asesinados, encarcelados y desaparecidos con que el movimiento
sindical salvadoreño carga en su memoria histórica.
¿En
España y en Brasil CALVO requeriría ayuda militar para
impedir actividades de propaganda a los sindicalistas?
Candados, chantajes y humillación
Las
historias sobre baños con candados no son exclusivas de talleres de
explotación en maquilas de la industria textil. La empresa Calvo no
se queda atrás. Recientemente, el citado Eduardo Meléndez tomó la
decisión de poner candados a los baños, argumentando que algunas roturas en
lavamanos y/o servicios sanitarios eran demasiado frecuentes y las atribuyó
a supuestas muestras de descontento de las trabajadoras y trabajadores. Aún
en el caso de que así ocurriese, lejos de buscar las causas del malestar
imperante entre sus trabajadoras, la empresa puso candados y repartió las
llaves a las supervisoras de la planta. Sin embargo, esto trajo otros
problemas.
En la
madrugada del pasado 24 de agosto, probablemente debido a que algunas
supervisoras expresaban molestias por estar prestando a cada momento las
llaves de los baños, alguna persona decidió defecar en la entrada a los
baños.
Como
consecuencia, Erasmo Suárez, otro de los jefes, llamó a su oficina a
tres “sospechosas”. La supervisora Cristela Vides fue la encargada de
indagar a las potenciales culpables. Luego de un fuerte sermón durante el
cual las trabajadoras lloraban y alegaban su inocencia, las forzaron a
limpiar las deyecciones humanas. “Iban llorando, diciendo que no habían sido
ellas”, relató indignado un testigo de los hechos.
Luego de
estos hechos humillantes el sindicato pidió una reunión con Eduardo
Meléndez para solicitar que se quitaran los candados de los baños. En
respuesta, el jefe Meléndez llamó a una reunión de las trabajadoras y
accedió a quitar los candados, pero les dio a escoger: “¿Quieren que
quitemos los candados o que les cobremos a todas si aparece otro lavamanos
quebrado?”. Obviamente, bajo chantaje, las trabajadoras accedieron a que se
quedaran los candados.
Este hecho
refleja muy bien la forma en que los gerentes de CALVO resuelven los
problemas más cotidianos en el centro de trabajo. Solo que a Eduardo
Meléndez se le olvido algo: poner candados en baños y realizar
descuentos como el que pretende hacer, son medidas ilegales según las leyes
laborales salvadoreñas, y que seguramente en España o en Brasil,
CALVO no se atrevería a implementarlas.
Barco Montelucía, amarrado en el Puerto Corsain
Punta Gorda La Unión, mientras se le realiza
mantenimiento y reparaciones |
Coincidiendo con que CALVO ha lanzado una agresiva campaña en
España promocionando el atún con una pegajosa canción de los años 80,
¿qué pensarán los consumidores cuando sepan que en la planta de El
Salvador las trabajadoras defecan en el suelo porque los baños están con
candados?
Las convenientes “banderas piratas”
Entre los
anuncios que realizó CALVO en la conferencia de prensa del Hotel
Holiday Inn de La Unión, informó que cuatro de los barcos que antes se
reparaban en Panamá y que componen la flota de CALVO en el
océano Pacífico, ahora serían reparados en El Salvador durante la
veda de atún. Según los gerentes de CALVO, esto traerá dinamismo a la
zona oriental del país ya que las reparaciones serán hechas por personal
salvadoreño, entre ellos mecánicos, soldadores, etc.
A principio
de agosto, el representante de Comisiones Obreras (CCOO) del sector
marítimo de Galicia, Jon Azcue, manifestó la fuerte preocupación de
ala central española debido al uso de
banderas de conveniencia en la flota de CALVO que recorre el
Pacífico como el Atlántico. Además de la
campaña permanente que mantiene sobre este tema, la Federación
Internacional del Transporte (ITF) se sumó a los esfuerzos que la
UITA está realizando desde hace varios meses en favor de su afiliada
salvadoreña. Las “banderas de conveniencia” pueden ser de diferentes países
y se usan para burlar el cumplimiento de las legislaciones del trabajo y de
seguridad laboral del país de donde es originario el buque.
Es bajo
estas prácticas que se están efectuando las reparaciones de los buques de la
flota de CALVO en El Salvador, y probablemente esta
“piratería” está en la base de algunos accidentes industriales que ya han
ocurrido durante estas labores.
Según
fuentes de los trabajadores, ya sucedió un grave accidente de trabajo, esta
vez sufrido por un mecánico soldador de origen español, quien habría caído a
una de las bodegas donde se guarda el atún mientras soldaba en uno de los
buques. Este accidente de trabajo también ha sido tratado con sigilo por los
jefes en CALVO. El español accidentado fue retirado y atendido en un
centro de salud privado para evitar cualquier conocimiento del caso por
parte de la opinión pública nacional e internacional
Conviene
preguntarse, siendo que el barco en que se accidentó el trabajador tiene
ahora bandera de conveniencia, ¿con base en qué regulaciones se evaluará el
accidente? ¿Bajo la legislación española, la salvadoreña, o bajo la ley del
silencio?
Dos collares para un perro
Como ya se
mencionó, la reunión realizada a fin de julio pasado entre el representante
de CALVO en El Salvador, Miguel Ángel Peñalva, y el
Sindicato legítimo de los trabajadores SGTIPAC parecía una señal de
que finalmente se iniciarían relaciones laborales normales. Sin embargo,
luego de una larga ausencia de Peñalva y de las acciones del personal
a su mando encargado de las operaciones diarias de la planta atunera, esta
esperanza parece desvanecerse.
En resumen,
la campaña antisindical en CALVO El Salvador no se ha detenido sino
que se ha incrementado y sofisticado.
Al parecer,
el estilo gerencial antisindical de Huezo y Meléndez esta
predominando sobre los intereses de la compañía española.