La Federación de Trabajadores de la
Industria de la Alimentación (FTIA)
permanece en estado de alerta y movilización
mientras transcurren los diez días de
conciliación obligatoria dispuesta por el
Ministerio de Trabajo. Sirel dialogó con
Héctor Morcillo,
secretario adjunto de la Federación.
-¿Cuáles son los antecedentes de esta
negociación?
-A fines de abril venció la escala salarial vigente para el
sector de la alimentación por lo que
comenzamos a reunirnos con la cámara
empresaria, la Federación de Industrias de
Productos Alimenticios y Afines (FIPAA)
para acordar un nuevo convenio. Nos reunimos
en cuatro oportunidades, pero no hubo
avances.
-¿Qué es exactamente lo que piden los
trabajadores?
-Estamos solicitando un incremento de 35 por ciento en los
salarios y hasta el momento el único
ofrecimiento que ha hecho la FIPAA es
del orden de 19,5 por ciento en dos cuotas,
15 por ciento en mayo y 4,5 por ciento en
agosto. Esta propuesta fue rechazada por el
gremio que desde la semana del 8 de mayo
decretó estado de alerta y movilización,
visto además que las negociaciones no
avanzaban.
-Ante esta situación ¿qué medidas tomaron?
-El pasado lunes 12, nuestro secretario general, Luis
Bernabé Morán, se reunió con el
presidente de la cámara empresaria,
Daniel Funes de Rioja para llevarle una
contrapropuesta frente la cual no obtuvimos
ningún tipo de respuesta. Debido al ya
mencionado estancamiento de las
negociaciones y la falta de una propuesta
seria a los reclamos del gremio, decidimos
comenzar con medidas de acción que
consistieron en paros de dos horas por turno
el día 19 de mayo, estas medidas abarcaron a
todos los gremios de la alimentación del
país. El mismo día, el Ministerio de
Trabajo, dictó la conciliación obligatoria.
-¿Han fijado fecha para una nueva audiencia?
-Sí, el Ministerio ha fijado una nueva reunión para hoy
miércoles 21 de mayo, siempre dentro del
marco de la conciliación obligatoria.
-¿Cómo evalúas este proceso de negociación,
cómo sigue?
-Creo que con esta actitud, el empresariado pretende dilatar
lo máximo posible una solución favorable a
los trabajadores del sector, pero como
Federación no estamos dispuestos a tolerar
que los salarios básicos del convenio estén
cerca de la línea de la pobreza, ya que ese
salario está alrededor de los 1.300 pesos
(410 dólares aproximadamente) y la canasta
básica en torno a los 1.000 pesos (318
dólares aproximadamente). Lamentablemente,
el único lenguaje que entiende el sector
patronal es el de la fuerza y en el caso que
no se llegue a un acuerdo continuaremos
ejerciendo medidas de presión y
movilizándonos hasta lograr un desenlace
favorable para los trabajadores y
trabajadoras del sector.
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