Reunión Global de Trabajadores
de Palma Africana
Los agrocombustibles en el
tapete (II)
El domingo 18, víspera del 25
Congreso, treinta sindicalistas
de cuatro continentes debatieron
sobre el avance de la palma
africana y sus implicaciones en
el plano ambiental, social y
de la salud pública.
Durante la reunión del Comité
Ejecutivo Mundial de la UITA
en 2006, Gerardo Iglesias,
secretario regional para América
Latina, solicitó organizar un
encuentro de trabajadores de la
palma africana. “La palma
africana o aceitera se está
extendiendo en diversas regiones
y el denominador común son las
restricciones para la
organización sindical, una
masiva subcontratación y
precarización laboral, el
desplazamiento masivo de
agricultores familiares y la
profundización de la
problemática ambiental en los
países del Sur”, expresó
Iglesias en aquel momento.
Las diferentes intervenciones en
la reciente Reunión Global de
Trabajadores de la Palma
Africana corroboraron lo dicho
un año antes por el secretario
regional de la UITA.
Guillermo Rivera |
Entre las ponencias de los
participantes se destacó la de
Guillermo Rivera,
presidente del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la
Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO),
que entre otros puntos resaltó:
“En Colombia tenemos un
ministro de Agricultura (Andrés
Felipe Arias) que es un
férreo aliado del gobierno de
Estados Unidos; un ministro
que está empecinado en plantar
palma africana en Urabá,
la región bananera y platanera
por excelencia de nuestro país.
Allí hay 32 mil hectáreas de
banano que generan unos 60 mil
empleos directos e indirectos.
Allí hay 50 mil hectáreas de
plátano, que son la base de
sobrevivencia para más de 25 mil
productores”, enfatizó Rivera.
En otro tramo de su
presentación, Rivera
comparó la generación de empleo
entre el cultivo de banano y de
la palma africana. “Mil
hectáreas de banano -informó el
dirigente del mayor sindicato
bananero del mundo- emplean 2
mil trabajadores, mientras que
la misma superficie de palma da
trabajo a 200 trabajadores. Está
muy claro que el avance de la
palma africana producirá un
mayor desempleo, y con ello la
pobreza en nuestra región. Es
necesario que se entienda
-enfatizó Rivera- que la
paz que busca Colombia no
se logrará solamente con la
desmovilización de los grupos
armados. La paz llegará cuando
sean superadas las condiciones
de miseria, de precarización del
empleo, cuando se modifique el
ambiente antisindical que reina
en el país.
La siembra de la palma africana
está pensada para el beneficio
de los de afuera, para que
Estados Unidos disponga de
combustible barato, al tiempo
que para los trabajadores
colombianos significará el fin
del empleo mientras se pretende
terminar con las organizaciones
sindicales mediante una ley que
promueve las cooperativas para
contratar mano de obra y no
permitir la sindicalización”.
Asimismo, el presidente de
SINTRAINAGRO informó que
desde el gobierno colombiano se
está aplicando un plan de
subsidios y préstamos a bajo
costo para potenciar la siembra
de palma africana. “El gobierno
de mi país acabará con el empleo
y con la producción de alimentos
en las zonas donde llegue la
palma. Con tres hectáreas de
plátano, más la producción de
otros alimentos, un agricultor
familiar puede vivir, pero con
tres hectáreas de palma no le da
siquiera para permanecer en su
tierra. La palma demora entre 4
y 5 años en producir. ¿Qué hace
un campesino durante todo ese
tiempo? -preguntó Rivera
al auditorio-. Yo les digo:
¡se muere de hambre!
El ministro de Agricultura ha
manifestado que quien les habla
es opositor a la
industrialización de las
regiones, y yo respondo que
quiero bienestar para nuestra
gente y que ella siga viviendo
en su tierra. No queremos que
nuestros campesinos y sus
familias sean desplazados a los
cinturones de miseria de las
grandes ciudades. No queremos
que suceda lo del departamento
de Magdalena -reclamó
Rivera-, donde había 120 mil
hectáreas de banano y hoy quedan
solamente 10 mil porque el resto
es todo palma africana. No
queremos ver a Urabá en
esa situación, donde se
eliminaron miles de puestos de
trabajo y el hambre reina por
todas partes”, denunció.
Por último, el presidente de
SINTRAINAGRO exhortó a
realizar una gran campaña
internacional “para poner las
cosas en su lugar”, y explicó:
“Aquí en Europa hay mucha
gente confundida con los
biocombustibles, inclusive
muchos sindicalistas y
ambientalistas que consideran su
producción como algo positivo
para los países pobres. La
plantación industrial de palma
sólo traerá miseria y hambre a
nuestro pueblo. Y esto hay que
decirlo con fuerza, para que los
mal llamados biocombustibles
pierdan esa careta que los
presenta como defensores de la
vida y como una oportunidad para
el desarrollo de los pueblos”,
concluyó.
©
Rel-UITA
4
de abril de 2007
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