El gobierno
de Guatemala, en un acto simbólico, pidió
perdón por las violaciones a los derechos
humanos cometidas en la época de plomo y realizó
un reconocimiento al Sindicato de
Trabajadores de Embotelladora Central
Sociedad Anónima (STECSA), entregando un
resarcimiento económico a familiares de los
mártires.
En su carta a las víctimas, el presidente
Álvaro Colom expresó: “Conocer la
verdad, dignificar a las víctimas, promover
el resarcimiento y la justicia son baluartes
indispensables para la construcción de una
sociedad democrática y una cultura de paz”,
y agregó: “Después de años de indiferencia,
en nombre del Estado de Guatemala les
pedimos perdón por las angustias y el dolor
causado durante el conflicto armado
interno”.
Petrona Blanco Hernández, viuda de
Pedro Quevedo y Quevedo primer secretario
general del sindicato de Coca Cola en
Guatemala, realizó el Cambio de la Rosa de
la Paz en un acto realizado el 27 de junio
último. Pedro Quevedo fue asesinado el 12 de
diciembre de 1978.
Sirel
dialogó con Juan Francisco Mendoza,
coordinador de Programas de Formación y
Educación de nuestra afiliada FESTRAS
e integrante de la Comisión de
Resarcimiento, quien jugó un importante
papel para que se llegara a este
reconocimiento.
-¿Cuáles
son los antecedentes y el marco en el que se
llega a este acto de tanta trascendencia y
contenido?
-El
Cambio de la Rosa de la Paz es un acto
simbólico que rememora a los hombres y
mujeres que cayeron en la época del
conflicto armado, víctimas civiles de las
violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
El
acto es dirigido y coordinado por la
Secretaría de la Paz, institución que surgió
a partir de los Acuerdos de Paz y se enmarca
en el Programa Nacional de
Resarcimiento, responsable de indemnizar a
las víctimas del conflicto armado en
representación del Estado, como compensación
por los delitos por él cometidos. Es un acto
de mucha trascendencia para la memoria
histórica.
A partir de este año, con la asunción del
nuevo gobierno, hubo cambios en la
administración de la Secretaría de la Paz y
en el Programa Nacional de Resarcimiento,
asumiendo la conducción compañeras y
compañeros de lucha en representación del
movimiento social y popular.
-¿Cómo se llega a que STECSA reciba este
reconocimiento?
-Cuando se logró acordar con las
autoridades de la Secretaría de la Paz y del
Programa Nacional de Resarcimiento, los
objetivos y sobre quiénes deberían ser los
representantes del movimiento sindical y en
qué términos y condiciones se realizaría el
acto público como reconocimiento
institucional de parte del Estado, se
convino que
STECSA asumiera
la representación del movimiento sindical.
Para ello pesó su trayectoria, sus antecedentes,
los hechos históricos y por el papel de esta
organización que ha sido y aún es pieza
fundamental del movimiento sindical
guatemalteco.
Asimismo, STECSA fue seleccionada
luego de una breve encuesta entre algunos
especialistas y gente vinculada
al movimiento sindical, donde también hubo coincidencia
de que es la organización que reúne las
condiciones y tiene el perfil para este
reconocimiento, tan trascendental para el
movimiento popular, social y sindical.
A la par, había que recordar a los
compañeros y compañeras de otros sectores
que también sufrieron víctimas por la paz en
Guatemala. Por eso se reconoció a la
CNT de aquel momento y a los
compañeros de la finca Emaús, que
también fueron secuestrados y desaparecidos
luego de que las fuerzas de seguridad de
aquel momento se llevaron a 21 compañeros y
nunca más se supo de ellos.
Y también se consideró oportuno reconocer a
los compañeros del movimiento estudiantil,
especialmente de la Universidad Autónoma
de San Carlos de Guatemala, igualmente
preponderantes en la lucha por la defensa de
los derechos humanos en Guatemala y
con quienes el movimiento sindical ha
compartido acciones callejeras y políticas
en el país.
-¿Cuáles
son los aspectos más importantes desde tu
punto de vista?
-En primer lugar la forma en que se da el
reconocimiento: es un acto en la Plaza de la
Paz, dentro del Palacio Nacional de la
Cultura, que antes era la Casa de Gobierno.
Se trata de un reconocimiento institucional
del Estado a las víctimas del conflicto
armado, conflicto que tuvo más de 250.000
víctimas, entre las cuales hubo 45.000
desaparecidos, de los cuales todavía no se
sabe el paradero.
El acto solemne del Cambio de la Rosa es la
consecuencia de un proceso de diálogo, parte
del cual fue la firma de los Acuerdos de Paz
el 29 de diciembre de 1996. En segundo
lugar, quien actuó como representante de las
víctimas fue Petrona Blanco,
esposa y viuda del compañero Pedro
Quevedo y Quevedo, primer secretario
general del STECSA, quien perdió su
vida en defensa de los derechos laborales.
Es un acto simbólico para STECSA y
para FESTRAS, y también es el primer
reconocimiento a las víctimas del movimiento
sindical que cayeron, sufrieron o tuvieron
que exiliarse sencillamente por defender los
derechos laborales, sindicales y humanos en
Guatemala.
En
especial, para los 45.000 desaparecidos que
hasta hoy seguimos sin saber dónde están.
En tercer lugar, se trata de un esfuerzo que
debe ser reconocido por el movimiento
sindical guatemalteco. No puede olvidarse la
historia, y es necesario trabajar
conjuntamente para que los hechos de
barbarie no vuelvan a suceder; poner el
mayor esfuerzo de todos los hombres y
mujeres del país, particularmente del
movimiento sindical, para que no se repitan
estos hechos que han dejado mucho dolor y
muchas heridas abiertas que va a costar
mucho cerrar. Tenemos que ser propulsores de
la paz, y el símbolo del Cambio de la Rosa y
la participación de STECSA demuestran
que
el movimiento sindical tiene las
herramientas suficientes para promover la
paz y continuar por el camino democrático,
del sentido común y del respeto que lo han
caracterizado.
Un día muy especial
Sirel conversó con Henry
Giovanni Quevedo Blanco, hijo
del primer secretario general de
STECSA, caído en la lucha
sindical, y de Petrona Blanco,
quien realizara simbólicamente
el Cambio de la Rosa de la Paz.
Giovanni hoy ocupa el cargo de
secretario de Deportes y
Previsión Social en STECSA.
-¿Cómo se llega a este
reconocimiento?
-Existió un proceso de
conversaciones desde 2002 que
desembocó en una primera
ceremonia, realizada en
diciembre de 2005, en la cual se
instaló una plaqueta de
reconocimiento a STECSA
como uno de los principales
afectados. Esa plaqueta está en
el mural de los mártires de
STECSA. Fue el primer acto
simbólico donde el Estado
reconoce su responsabilidad.
-¿Ese proceso de diálogo
continuó luego de aquel primer
acto?
-Continuó y ha llevado años. No
se pudo terminar durante el
gobierno de Oscar Berger.
El actual gobierno de Álvaro
Colom continuó la labor y
la comisión que había llamado a
los familiares de los mártires
se volvió a reunir con nuestro
sindicato. Si bien todavía falta
resarcir a algunas viudas, hubo
otro jalón este año, el 27 de
junio, que es el día de las
desapariciones forzadas. Ese día
dos viudas de mártires de
STECSA recibieron un
resarcimiento económico, la
esposa de Florentino Gómez,
doña Paula Chiguay, y mi
madre fue quien cambió la Rosa
de la Paz, pero cuando se fueron
ajustando los detalles mi madre
fue comisionada para hacerlo con
la ratificación del sindicato.
-Un día muy especial: el
Estado asume públicamente la
responsabilidad por la caída de
tu padre y de otros compañeros,
y ese reconocimiento es
depositado en manos de tu propia
madre. ¿Qué se siente?
-Naturalmente fue un hecho muy
conmovedor. Me parece
particularmente importante que
el gobierno reconozca los
ataques perpetrados al
movimiento sindical y al
STECSA como uno de los
principales afectados. A la vez,
el gobierno asumió la
responsabilidad pidiendo perdón
por ello a mi madre en
representación del movimiento
social, popular y sindical. Sí,
para mí este acto fue muy
especial.
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