Una huelga detuvo la producción en momentos de alta temporada y expuso ante la opinión pública las espantosas condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de la planta de helados y productos refrigerados Nestlé en Hong Kong.

 

Una huelga de tres días de 200 trabajadores de la planta de Nestlé en Hong Kong, concluyó con una victoria sindical.  La gerencia local aceptó los reclamos en materia de salarios y condiciones laborales. Los trabajadores y trabajadoras que participaron en la huelga eran conductores, repartidores, vendedores y del área de producción miembros de la Federación de Empleados Hoteleros y de Restaurantes recientemente afiliada a la UITA.

 

Las medidas sindicales se iniciaron el 27 de julio para exigir una jornada laboral de 12 horas, empleo permanente para los trabajadores eventuales, un 7 por ciento de aumento salarial y un 6 por ciento de aumento en las comisiones (por encima del pago de incentivos).

Durante los últimos 12 años los ingresos que reciben los trabajadores por concepto de comisiones se han reducido un 12 por ciento, a pesar de haber aumentado mucho su carga laboral y su horario de trabajo, con jornadas que llegan a las 17 horas de trabajo. Además, la gerencia cambia constantemente la fórmula de liquidación de las esas comisiones y se rehúsa a dar a conocer la fórmula de cálculo, con lo cual los trabajadores, a fin de mes, no pueden determinar si están bien liquidadas.

La huelga detuvo la producción en un momento de alta temporada y tuvo gran efecto en la opinión pública de Hong Kong, al exponer las espantosas condiciones laborales de la compañía de alimentos más importante del mundo. Diecisiete horas de trabajo por día, aumento salarial de solo 1 por ciento en 12 años y negación sistemática de empleo permanente a los trabajadores temporales pese a que trabajen en la fábrica desde hace más de 10 años.

Durante más de una década, la tercera parte de la fuerza laboral de Nestlé en Hong Kong se ha desempeñado en condiciones de empleo precario soslayando deliberadamente la exigencia legal de que los trabajadores pasen a ser permanentes después de 12 meses de trabajo. Los trabajadores temporales tenían contratos de 12 meses renovables pero, para evitar que pasaran a permanentes, la gerencia de Nestlé Hong Kong les imponía una interrupción de 14 días entre un contrato y otro. Como consecuencia, los empleados eran privados de estabilidad laboral y se les negaban deliberadamente los beneficios y garantías que otorga la ley a los trabajadores permanentes.

A solicitud de la Federación de Empleados Hoteleros y de Restaurantes, afiliada a la Confederación de Sindicatos de Hong Kong (HKTU por su sigla en inglés), la UITA intervino para poner fin a estas prácticas abusivas llamando la atención de la gerencia global de Nestlé y exhortó a que se iniciaran negociaciones de buena fe con la organización sindical. 

En la segunda ronda de negociaciones, mantenida el 29 de julio, el sindicato logró importantes mejoras salariales y de condiciones laborales y llegó a un acuerdo que fue respaldado con el voto de los 200 trabajadores que estaban en huelga.