28 de abril:

Día internacional de la salud

y la seguridad en el trabajo

 

La precariedad en el trabajo, la subcontratación, las prolongaciones de jornadas, la escasa inversión en prevención o la falta de formación son algunos de los factores que continúan incidiendo sobremanera en la siniestralidad laboral. El año pasado se produjeron en nuestra región 132.015 accidentes laborales con baja, lo que supone un 0,84 por ciento más que el año anterior, un ligero incremento que, sin embargo, no debe hacer olvidar que cada dos días fallece un trabajador y que cada día se producen más de 4 accidentes graves y 397 leves. El 28 de abril se celebra el Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, una jornada en la que se destacarán esas inaceptables cifras y en la que, además, se pondrá énfasis en dos mensajes claves: hay que luchar para lograr un trabajo sano y seguro y para exigir que los empresarios asuman su responsabilidad en esta materia. Para Comisiones Obreras de Madrid, la salud laboral es absolutamente prioritaria.

Según las estadísticas, en 2003 hubo un 1,06 por ciento más de accidentes laborales leves y un 0,89 por ciento más de accidentes mortales en nuestra región, produciéndose una disminución en términos porcentuales en los sectores de agricultura e industria y un aumento en los de construcción y servicios. Los siniestros graves, además, disminuyeron un 16,88 por ciento respecto al año anterior, pero se incrementaron un 12,32 por ciento los accidentes "in itinere".

A tenor de estas cifras, en términos relativos no se puede negar que la situación en nuestra región ha mejorado y prueba de ello es que el año pasado hubo 6.330,7 accidentados por cada 100.000 trabajadores frente a los 6.403,7 por cada 100.000 trabajadores registrados en 2002. Pero no hay que llamarse a engaño. La siniestralidad laboral continúa siendo un gravísimo problema que provoca sufrimientos y dolor para toda la vida, secuelas que determinan incapacidades de diversos grados, daños irreversibles, reducción o pérdida de la capacidad laboral y social así como múltiples dificultades en el entorno familiar de los trabajadores.

A eso hay que añadir los daños derivados de las enfermedades profesionales, las patologías relacionadas con el trabajo que, generalmente, tienen una aparición lenta, a veces con períodos de latencia de décadas, que necesitan un sistema de gestión suficientemente sensible que atienda a estas peculiaridades para poder ser detectadas con fiabilidad.

La falta de declaración de estas enfermedades por insuficiencia de los propios partes de baja, por irregularidades en los sistemas de declaración, por una ausencia de información de los distintos implicados, por el desconocimiento de los profesionales sanitarios de los factores de riesgo de origen laboral e incluso por los intereses y resistencias para su declaración por las empresas hace que su tratamiento sea, en muchos casos, muy difícil. Y eso que en Madrid, concretamente, se ha pasado de una incidencia de 37,12 por cada 100.000 trabajadores declarados en 1999 a 71,07 por cada 100.000 el año pasado. A pesar de esa notable diferencia, nuestra región sigue teniendo la tasa de declaración de enfermedades profesionales más baja del país, sólo superada por Ceuta y Melilla.

Y por todo ello es por lo que la salud laboral continúa siendo un caballo de batalla fundamental para Comisiones Obreras de Madrid y un objetivo prioritario que, de forma especial, sale a la luz cada 28 de abril, Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo.

Este año, esa jornada gira en torno a dos mensajes muy concretos: hay que seguir luchando para conseguir que el trabajo sea sano y seguro y para que los empresarios asuman su responsabilidad en materia de salud y seguridad laboral.

Generar debate

Ambas reivindicaciones no se quedan, sin embargo, en meras proclamas generales, ya que cada una de ellas tiene una honda justificación. Con la primera, un trabajo sano y seguro, lo que se pretende es generar un debate para analizar hasta qué punto se tiene en cuenta la salud y la seguridad en los centros de trabajo. No sólo eso. Ese mensaje hace un llamamiento implícito para que organismos, instituciones y agentes sociales, desde todos los ámbitos territoriales, se impliquen realmente en la defensa de la salud y de la seguridad de los trabajadores y para que se adopten medidas políticas que generen acuerdos y actividades a largo plazo que sitúen la salud y la seguridad en el mundo laboral en un lugar prioritario.

"Hay que concienciar a todo el mundo de que planificar la producción sin contar con la salud de los trabajadores y sólo teniendo en cuenta producir más es un gravísimo error que atenta no sólo contra el desarrollo sino también contra el progreso y la vida de los trabajadores", comenta el secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Madrid, Carmelo Plaza.

Teniendo en cuenta esta premisa, la Secretaría de Salud Laboral luchará para que en todos los acuerdos que firme y desarrolle el sindicato la salud y la seguridad en los centros de trabajo sea una cuestión prioritaria y nunca ocupe un segundo lugar.

Incluida en esta primera reivindicación, además, este año se quiere poner énfasis en los perjuicios que acarrea para la salud de los trabajadores la manipulación de los productos químicos, cuyo máximo exponente es el amianto. Y es que a pesar de estar prohibido ya su uso, aún quedan multitud de actividades en las que se manipula (arreglo de conducciones, demoliciones de edificios donde se ha utilizado el amianto como aislante o talleres de fundición, por ejemplo) y existen muchos trabajadores que han estado expuestos a él durante años.

"Para tratar a los trabajadores que aún están expuestos al amianto, y a los que lo estuvieron en otro tiempo, lo que pedimos son planes de seguimiento y de vigilancia de la salud, que se investigue cualquier tipo de relación de las afecciones de esos trabajadores con el amianto y que haya una tutela con ellos porque a partir de ahora van a surgir muchos cánceres relacionados con este producto", explica la médico de la Secretaría de Salud Laboral, Carmen Mancheño.

El trabajo de la Secretaría para luchar contra los riesgos químicos a los que están expuestos los trabajadores ha sido intenso desde hace años y la última prueba de ello es la reciente publicación de un estudio sobre la exposición laboral a agentes cancerígenos y mutágenos.

La Administración como empresario

Por otra parte, y también en pro de la salud de los trabajadores, este año se apuesta especialmente por la promoción de los centros de trabajo como lugares de desarrollo sostenible. La idea es combinar todas las políticas necesarias para evitar, en lo posible, que el mundo del trabajo empeore el medio ambiente y, por tanto, la calidad de vida de los trabajadores.

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Comunicado de

 ACTRAV / OIT

 

"Los accidentes

de trabajo no son

cosa del destino y

se deben prevenir"

Con Juan Carlos Hiba

Por Enrique Dichiera

y Carlos Chichizola

El segundo gran mensaje que se quiere transmitir el próximo 28 de abril incide en la responsabilidad de los empresarios a la hora de tomar medidas que garanticen la salud y la seguridad de los trabajadores y la asunción de esas responsabilidades incluye tanto al sector privado como al público. Y es que, tal y como hacen hincapié en el sindicato, no hay que olvidar que las Administraciones, además de garantizar y reglamentar políticas que velen por la salud laboral, también son empleadores y responsables de la salud y seguridad de sus empleados y, en ese sentido, Comisiones Obreras exigirá siempre de ellas su responsabilidad como empresarios.

Respecto al sector privado, desde la Secretaría de Salud Laboral se destaca la importancia que tiene la reciente modificación del artículo 24 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Ese artículo establecía de forma muy genérica (hablaba sólo de responsabilidad compartida) la coordinación en materia de salud y seguridad que debe reinar entre las empresas principales y las contratas y subcontratas.

La modificación de ese artículo, demandada desde hace años por el sindicato, lo que hace ahora es delimitar las responsabilidades de cada una de esas empresas, estableciendo cuál es la que tiene cada una y sus obligaciones respecto a las demás. "Antes no se establecía concretamente qué coordinación tenía que haber entre ellas, ni qué información tenía que dar una empresa a otra en cuanto a evaluaciones de riesgo o planes de prevención, por ejemplo. Ahora sí se hace y además se establece un régimen disciplinario administrativo", explica el técnico superior de Prevención de Riesgos Laborales de la Secretaría, Miguel Ángel Izquierdo.

La entrada en vigor de esa modificación, que se producirá el próximo 1 de mayo, ha sido bien recibida por los responsables de la Secretaría, aunque no quieren echar las campanas al vuelo hasta comprobar su aplicación, algo de lo que estarán muy pendientes, sobre todo, en el marco del nuevo acuerdo que sustituya al actual Plan Director de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid.

Inspección de Trabajo y Fiscalía

Estrechamente ligada a la exigencia de que los empresarios asuman su responsabilidad en la salud y seguridad de los trabajadores, el sindicato resalta la labor de la Inspección de Trabajo y de la Fiscalía en esta materia. Comisiones Obreras se ha venido personando como acusación popular en todos aquellos casos de accidente laboral muy grave o con resultado de muerte en los que se han atisbado indicios reales de responsabilidad empresarial. Hasta el momento, el sindicato se ha personado, a nivel estatal, en más de 80 casos que ha dado como resultado condenas de cárcel que suman 35 años a una treintena de empresarios.

Los responsables de la Secretaría de Salud Laboral creen que, sin abusar, esta vía para defender los derechos de los trabajadores se debe seguir utilizando aunque, sobre todo, ponen especial hincapié en el papel que debe jugar la Inspección de Trabajo. Y es que para que un proceso judicial finalice bien, es muy importante que la actuación de la Inspección quede perfectamente reflejada en la realidad del accidente. Para ello es imprescindible que la Inspección actúe rápido, con criterio y con conocimiento no sólo del accidente sino también de las posibles vulneraciones de la Ley de Prevención que se hayan cometido.

"Es fundamental que se escuche la reivindicación de Comisiones Obreras de que hay que triplicar el número de inspectores en nuestra región, porque es inaceptable que se esté atendiendo a más de dos millones de trabajadores con poco más de cien inspectores de Trabajo. Hay que situar nuestra ratio al mismo nivel que en Europa, es decir, hay que tener un inspector por cada 5.000 trabajadores y no por cada 20.000 como ahora", asevera Carmelo Plaza.

Por otra parte, el sindicato reconoce que los escasos recursos materiales y humanos con los que cuenta la Fiscalía de Madrid dificultan su tarea, pero eso no la exime, a juicio de Comisiones, para perseguir con más ahínco los delitos en materia de salud y seguridad. "Los fiscales y los jueces no acaban de entender el delito en materia laboral como un delito perseguible y hay que recordar que, en muchos casos, la vulneración de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales termina costando la vida a algún trabajador", manifiesta Carmelo Plaza.

Los frentes de trabajo

El próximo 28 de abril, los titulares de la prensa y los informativos de radio y televisión se harán eco de la siniestralidad y de las enfermedades profesionales que padecen los trabajadores, pero esa jornada reivindicativa sólo será un grano de arena en la montaña que día a día levanta el sindicato para defender los derechos en materia de salud y seguridad en el mundo laboral. Y es que el quehacer de la Secretaría de Salud Laboral es continuo y muy amplio, y tiene prioridades.

Una de ellas es la de nutrir a toda la organización del sindicato, a cada una de sus federaciones y comarcas, de todos los medios necesarios para paliar la problemática de los trabajadores en sus centros de trabajo. Específicamente, la Secretaría pone al servicio de toda la organización sus recursos técnicos y humanos para desarrollar funciones de asesoramiento y de búsqueda de soluciones a todos los problemas. Para ello cuenta con dos líneas de actuación.

Fundación de Prevención de Riesgos Laborales

La primera de ellas es la que está vinculada con la Fundación de Prevención de Riesgos Laborales, con la que mantiene este año dos convenios. Uno de ellos es el de asesoramiento y gracias a él se presta asistencia técnica, sobre todo, a los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas en todo lo referente a salud laboral. Para desarrollar este convenio, la Secretaría cuenta con un equipo formado por cuatro técnicos superiores en prevención de riesgos laborales que, junto con los responsables de salud laboral de las federaciones y comarcas, hacen un seguimiento y un tutelaje en las empresas para lograr avances en la materia.

El otro convenio es el de coordinación empresarial. En este caso, lo que se persigue es, por un lado, describir la situación en la que se encuentran las empresas, analizando aspectos como en qué actividades hay contratas o subcontratas, dónde se emplea a autónomos, cuál es el grado de externalización de la actividad o el del cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Por otro lado, lo que se busca es dinamizar la salud laboral en todas las empresas que se visitan.

"En este caso, lo que se hace es dar pautas a los delegados de prevención para que conozcan qué tipo de responsabilidades tiene la empresa y cómo tienen que comenzar la coordinación sindical. Lo que intentamos es que los delegados tengan una visión amplia de cómo está estructurado el mundo del trabajo y que ejerzan también un tutelaje y una coordinación con los trabajadores de las ETT o de las subcontratas que tienen sus empresas, porque esos trabajadores son los más desprotegidos", comenta Carmen Mancheño.

Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales

La otra línea de actuación de la Secretaría está ligada al Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid, un plan que finalizó el pasado 31 de diciembre. La patronal, la Administración regional, UGT y Comisiones Obreras se han dado un plazo de seis meses para aprobar una prórroga de nuevos acuerdos que sustituyan a ese plan. Mientras, se ha decidido que continúen funcionando los convenios de asistencia técnica que concretamente Comisiones Obreras tenía para cada una de sus federaciones y comarcas. "Eso quiere decir que en breve esperamos que empiecen a trabajar 23 técnicos que estarán repartidos por cada una de nuestras siete comarcas y por cada una de nuestras once federaciones", explica Carmelo Plaza.

El secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Madrid considera que el Plan Director puesto en marcha en nuestra región es bueno, "aunque no se ha podido desarrollar totalmente por falta de tiempo y por falta de responsabilidad y compromiso político del Gobierno regional, que no ha sido capaz de coordinar a las diferentes estructuras de la Administración para llevarlo totalmente a efecto".

A pesar de ello, el sindicato resalta el hecho de que todas las partes implicadas en el plan estén de acuerdo ya en la necesidad de adoptar medidas no sólo a corto sino también a largo plazo. En este sentido, Comisiones Obreras, junto con UGT, va a defender la firma de un acuerdo a ocho años, una propuesta para la que espera encontrar apoyo en todos los grupos políticos con representación en la Asamblea de Madrid. De momento, el PP sólo apuesta por un acuerdo con vigencia de cuatro años, pero IU y PSOE no ven con malos ojos el plazo propuesto por el sindicato.

"Creemos que es absolutamente necesario que todos los grupos se impliquen en ese acuerdo, así como que se coordine con las diferentes consejerías de la Comunidad de Madrid. Pero, además, creemos que también es absolutamente necesario desarrollar un acuerdo con la Federación de Municipios de Madrid para que se tomen las medidas oportunas en todos los ámbitos", comentan desde el sindicato.

El objetivo de Comisiones en el marco del Plan Director no se restringe, sin embargo, a la prestación de asistencia técnica y asesoramiento. Los responsables de la Secretaría de Salud Laboral también persiguen la elaboración de estudios que puedan mejorar la situación actual y para ello consideran imprescindible abordar la problemática específica de los colectivos de jóvenes, inmigrantes y mujer así como el sector de la construcción, por ser el que registra mayor siniestralidad.

Riesgos psicosociales

Otro de los frentes de trabajo de la Secretaría en el marco del Plan Director se centrará en los riesgos psicosociales, aquellos que tienen que ver con la organización y la planificación del trabajo. La intención del sindicato, en este sentido, es luchar para que se reconozca que problemas como el estrés generado por la rapidez que se puede exigir en el trabajo, el acoso o las presiones psicológicas en el puesto laboral perjudican la salud de los trabajadores y son elementos que vulneran la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

Para poder evaluar esos riesgos, el sindicato considera necesario aplicar en nuestra región el denominado método ISTAS 21, un método promovido por la Fundación del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de CC.OO. con el que se evalúan aspectos como la satisfacción en el trabajo, las relaciones y las condiciones laborales. "Es un método que permite saber en qué falla la organización en el trabajo y el clima social, detectando los problemas que luego, y de acuerdo con los responsables de la empresa, podrán intentar solucionarse en el comité de salud", explica Carmen Mancheño.

Búsqueda de soluciones

Por otra parte, los responsables de la Secretaría se han propuesto trabajar para que los balances y cuentas de las empresas contemplen partidas presupuestarias específicas fijas destinadas a defender la salud y seguridad de sus trabajadores y no, como ocurre ahora, cuando únicamente se incluyen costes por seguridad cuando ha acaecido algún siniestro o incidente en la empresa.

Junto a ello, la Secretaría iniciará a partir de ahora la búsqueda de soluciones para hacer frente a los problemas detectados en los estudios más recientes que ha elaborado, el de los agentes cancerígenos y el que se centra en el tiempo de trabajo, incidiendo, en este último caso, en combatir el trabajo por turnos donde no esté suficientemente justificado o en la supresión del trabajo nocturno solitario.

Mutuas y enfermedades comunes

Por último, las mutuas constituyen otra de las líneas de trabajo fundamentales. Comisiones Obreras aboga para que estas entidades desaparezcan de la gestión de la contingencia común, es decir, de la enfermedad y que todas las funciones que les asigna la legislación vigente en esa materia pasen a depender del sistema general de la Seguridad Social.

Esta reivindicación tiene su justificación. Las mutuas tradicionalmente se han hecho cargo, como entidades colaboradoras de la Seguridad Social, de la gestión tanto de la prestación económica y sanitaria de los accidentes como de las enfermedades profesionales, lo que se llama contingencias profesionales. Desde los últimos años, sin embargo, las mutuas también tienen competencias en prevención y en contingencias comunes. "Nosotros creemos que tiene que haber un mayor control de la prevención que gestionan ahora las mutuas y que las contingencias comunes deben volver al sistema público, porque si no lo que se está haciendo es una privatización de la sanidad", comenta Carmen Mancheño.

De no atender la demanda del sindicato, los responsables de la Secretaría reivindican, al menos, que se establezca la codecisión, es decir, que cuando el empresario decida con qué mutua va a contratar la gestión de la contingencia profesional, al menos, informe al comité de empresa de su elección y estén los dos de acuerdo. De esta forma el cliente de la mutua será tanto el empresario como el trabajador, algo que redundará en el control de la prestación de los servicios.

La salud laboral en la acción sindical

"Es fundamental integrar todos los temas referidos a la salud laboral en la actuación de la acción sindical para concretarlo en la negociación colectiva. Queremos que en todas las negociaciones, además de hablar de salario y de jornadas, se hable de salud laboral, de organización del trabajo, de contratación y de formación porque todos estos aspectos inciden en la salud de los trabajadores".

Esta es la decisión firme del secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Madrid, una propuesta en la que quiere que se implique toda la organización del sindicato y, especialmente, la Secretaría de Acción Sindical.

Tiene sus razones. Hasta ahora en la negociación colectiva la salud laboral no ha sido una materia prioritaria y no hay que echar la vista muy atrás para recordar cómo muchos trabajadores cambiaban salud por dinero, es decir, asumían riesgos graves a cambio de pluses. Una vez que se haya conseguido erradicar esa práctica, el siguiente paso será, según Carmelo Plaza, fijar muy concretamente los ejes de la negociación colectiva. "Hasta ahora, en una negociación hablas de todo de forma genérica y eso no debe ser así. El eje de la negociación debe ser la defensa de un empleo estable, seguro y con derechos y, sobre eso, todo lo demás".

Vigilancia específica de la salud

En este sentido, los responsables de la Secretaría han elaborado ya incluso una batería de propuestas para incluir en la negociación colectiva. Las más importantes son éstas: que los delegados de prevención se puedan elegir fuera del ámbito de los delegados de personal; que esos delegados tengan un crédito adicional mensual de 20 horas para la realización de funciones específicas en materia de salud laboral; y que el derecho de los trabajadores a un medio de trabajo seguro y estable se articule, a través de la integración de la seguridad y salud laboral, en todos los estamentos de la empresa.

Junto a ello, proponen que se realice una vigilancia de la salud específica y protocolizada para cada puesto de trabajo y para todos los trabajadores; que se reconozca a los comités y a los delegados de prevención sus competencias en temas medioambientales, como por ejemplo la reducción del uso de sustancias tóxicas, el ahorro eficiente del agua y la energía o el transporte colectivo; y que se creen comisiones paritarias de Salud y Seguridad en el Trabajo que, en el ámbito sectorial, desempeñen una función análoga a la de los Comités de Seguridad y Salud.

Además de estas propuestas, la Secretaría hace hincapié en dos reivindicaciones: la creación de la figura del delegado sectorial y del delegado territorial de prevención, personas que permitirían llegar a las pequeñas empresas donde no existe representación sindical y con cuyo trabajo se lograría visualizar, con garantías, cuál es la situación de las pymes en materia de salud laboral.

Atención a los colectivos con necesidades específicas

Las nuevas formas de trabajo y las relaciones en el mundo laboral cambian y avanzan muy deprisa y, si se quiere prevenir antes que curar, la salud laboral debe ir por delante de ellas, pero con una premisa: atendiendo especialmente a los colectivos con necesidades específicas.

Este es también uno de los objetivos prioritarios de la Secretaría de Salud Laboral, para cuyos responsables la atención a esos colectivos es imprescindible si se quieren evitar males mayores y corregir los errores y las deficiencias actuales. Estos son esos colectivos:

Mujeres. La realidad demuestra día a día que, además de que las mujeres tienen una doble jornada laboral, ellas trabajan en sectores y realizan trabajos diferentes a los hombres, por lo que sus problemas de salud laboral son diferentes. Es constatable, por otra parte, que las mujeres sufren pocos accidentes de trabajo pero, en cambio, sí padecen muchas enfermedades profesionales relacionadas con trastornos repetitivos, con ritmos de trabajo muy monótonos y con factores de riesgo psicosociales y ergonómicos que los hombres no padecen.

"Los riesgos visibles son los accidentes laborales pero las cargas, las posturas, el estrés o el acoso no son tan visibles, por eso los riesgos laborales de las mujeres pasan más inadvertidos pero eso no significa que no existan", comenta la médico de la Secretaría de Salud Laboral, Carmen Mancheño. Añadida a esta invisibilidad de sus problemas de salud laboral, la mujer se enfrenta además a la discriminación por razones de género y todo ello justifica con creces la intención de la Secretaría de atender con medidas concretas la salud y la seguridad de las trabajadoras.

Jóvenes. Son numerosos los estudios elaborados por el sindicato en los que se demuestra que este colectivo padece condiciones de trabajo muy precarias, contratos abusivos y trabajos muy eventuales, unos factores que, unidos a la escasa formación y experiencia, los convierten en carne de cañón para aumentar las estadísticas de siniestralidad laboral.

Inmigrantes. Es el colectivo donde se acumulan, sin lugar a dudas, todos los problemas del resto de grupos con necesidades especiales, unos problemas a los que, además, hay que añadir en muchos casos las trabas del idioma, de sus culturas y de su integración en la sociedad. La Secretaría de Salud Laboral cree prioritaria su atención en todos los ámbitos de la salud y la seguridad, especialmente a aquellos que trabajan en el sector de la construcción.

Autónomos. Aunque la legislación actual permite incluir a estos trabajadores en el régimen general de trabajo si ellos aceptan, la Secretaría parte de la evidencia de que en el mundo laboral existen multitud de "falsos autónomos" que, en realidad, no trabajan de forma independiente sino por cuenta de otro.

Partiendo de esa premisa, los responsables del sindicato creen que se debe luchar para que los autónomos tengan las mismas condiciones de trabajo que un trabajador "en nómina", para que se les aplique el convenio colectivo que rija a sus compañeros en plantilla y para que se les enajene de jornadas de trabajo a destajo, que suelen desembocar, tarde o temprano, en accidentes laborales o en enfermedades profesionales que, encima, no se les reconoce en las estadísticas.

 

Milagros Díaz

Madrid Sindical

28 de abril de 2004

 

 

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