Los cañeros están en
Managua
Movilización de ANAIRC para que el
Grupo Pellas los indemnice
Salieron a las
4 de la mañana del día 9 de marzo de Chichigalpa, en el occidente de
Nicaragua, para estar muy temprano en Managua. Se instalaron con sus
hamacas, provisiones y enseres en las cercanías de la Catedral. Lugar
céntrico a unos 500 metros del Edificio Pellas, construcción en la que
el poderoso grupo económico de capital nicaragüense tiene concentradas
todas sus actividades. Son los ex trabajadores azucareros de la
Asociación Nicaragüense de Afectados por Insuficiencia Renal Crónica (ANAIRC),
afiliados a la UITA.
Decidieron viajar hacia la capital para pedir que se los
indemnice por la grave enfermedad que contrajeron trabajando en el
Ingenio San Antonio. La responsabilidad del Grupo Pellas,
integrado por la Nicaragua Sugar Estates Ltd., propietaria del
Ingenio San Antonio, es algo que los miembros de ANAIRC
vienen denunciando desde hace años, por el uso indiscriminado de
agrotóxicos en los cañaverales y la contaminación de los acuíferos de la
zona.
Según estadísticas de ANAIRC, en los
últimos años fallecieron 3.209 personas y son más de 4.000 los afectados
en los departamentos de León y Chinandega. Una verdadera epidemia que ha dejado a miles de mujeres
viudas y niños huérfanos. Es por eso que entre las 200 personas que se
han movilizado hacia la capital hay un considerable número de viudas que
piden respuestas para la muerte de sus maridos.
En el comunicado de
prensa que fue enviado a los medios de comunicación en los días pasados,
los ex trabajadores azucareros afectados por IRC manifiestan que
la
Ley 456 (Ley de Adición de Riesgos y Enfermedades Profesionales)
agrega a la IRC al Código del Trabajo como enfermedad profesional
La información sobre el número de personas fallecidas tiene
como base las defunciones reportadas en la Alcaldía de Chichigalpa, y
los casos que reportan las personas afectadas a ANAIRC, pero que
habitan en otros municipios.
Entre el 14 de marzo de 2005 y el 5 de marzo de 2009 han fallecido 2.202
personas.
Solamente a consecuencia de la IRC
mueren aproximadamente unas 46 personas por mes.
Esta situación -continúa el comunicado- debe obligar a las autoridades
competentes del país a una emergencia de salud, particularmente en la
zona donde se cultiva caña de azúcar.
Resulta más grave la situación porque en el sistema de salud
-según comentan los afectados- una vez que fallece una persona se
registra que muere de un infarto y no por IRC. Este registro
tiene el propósito de ocultar la enfermedad profesional,
consecuentemente “cubrir” al empleador que debe responder por los daños
a la salud y la vida de estas personas”, expresa la nota.
Es por esos que los miembros de ANAIRC ya enviaron una
nueva carta a la empresa, la décima en los últimos años, pidiendo una
reunión con el señor Carlos Pellas, presidente del Grupo, para
que se instale una mesa de diálogo y negociación.
Entre el
14 de marzo de 2005 y el 5 de marzo de 2009 han fallecido
2.202 personas. Solamente a consecuencia de la IRC mueren
aproximadamente unas 46 personas por mes. |
“En los años pasados hemos enviado varias cartas al señor
Carlos Pellas pidiéndole que nos escuchara y atendiera, pero no
obtuvimos siquiera una respuesta”, manifestó a Sirel el
vicepresidente de ANAIRC, Gustavo Martínez.
“Queremos que el Grupo Pellas nos indemnice por los
daños que nos ha ocasionado. Ahora la gente está descansando porque el
viaje ha sido muy pesado, pero en los próximos días vamos a comenzar una
serie de movilizaciones de protesta frente al Edificio Pellas
para que nos atiendan lo más pronto posible”.
También para Julio César Paz, fiscal de ANAIRC,
esta movilización hacia Managua ya no podía esperar. “Hemos visto
demasiados muertos en Chichigalpa y ante la pasividad de los dueños del
Ingenio San Antonio no tuvimos más opciones que de venir acá para
exigir una indemnización”.
Para Verónica Flores, viuda y miembro de ANAIRC,
la situación que le ha tocado vivir desde que su marido se murió de
IRC ha sido muy dura. “La lucha de nosotras las viudas, es por una
causa justa. Mi marido trabajó casi 25 años en el Ingenio San Antonio
donde se enfermó. Es una enfermedad triste, porque te va consumiendo el
organismo poco a poco, te deja sin fuerzas sin la posibilidad de
trabajar. Pasó los últimos
seis años enfermo pero los últimos dos fueron los peores, de mucho
sufrimiento, hasta que falleció el pasado 11 de septiembre del 2008.
Para nosotras las viudas -continuó Flores- la
enfermedad y la muerte de nuestros maridos nos obliga a hacernos cargo
de la familia y es algo muy pesado porque no tenemos de dónde sacar lo
necesario para subsistir. En mi caso tengo una pensión de viudez de 100
dólares mensuales, pero esto no alcanza ni para los gastos menores. Es
por eso que estamos aquí.
Nuestros maridos murieron por trabajar en el Ingenio San
Antonio y es justo que nos indemnicen.
De aquí no nos vamos a mover hasta que nos den una respuesta. Pido a la
gente y a las organizaciones a nivel nacional e internacional que nos
apoyen, porque estamos luchando por algo justo y es importante que se
sepa lo que pasó en los cañaverales de Chichigalpa y lo que nos ha
tocado vivir”, concluyó Flores en tono firme.
En estas primeras horas en Managua ANAIRC entregó
algunas cartas pidiendo apoyo a las Comisiones parlamentarias de Salud,
Ambiente y Recursos Naturales y a la Comisión Laboral y de Seguridad
Social. También se buscó apoyo médico a la Cruz Roja Nicaragüense para
que brinde atención inmediata en caso de que empeorara la situación
clínica de algunos de los enfermos que están en el campamento.
Diferentes organizaciones ya se han sumado a respaldar esta
lucha y la UITA estará siguiendo muy de cerca los acontecimientos
de los próximos días.
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