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El vertido industrial
devuelto sin tratamiento adecuado al ciclo del agua constituye una de
las situaciones más preocupantes. Si el agua está contaminada con
metales pesados, partículas o agentes químicos, o va cargada de materia
orgánica, obviamente la calidad de la masa de agua o del acuífero
receptor se verá afectada. Los niveles de toxicidad y la falta de
oxígeno en el agua pueden dañar o destruir por completo los ecosistemas
acuáticos aguas abajo, así como lagos y presas, afectando en última
instancia a estuarios ribereños y ecosistemas marino-costeros.
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Las actividades mineras
del pasado contaminaron fuertemente las aguas subterráneas y el terreno
agrícola con arsénico, dañando unos 40km , en la provincia de Nakhon Si
Thammarat, Tailandia. Un estudio llevado a cabo en el año 2000
por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) concluyó que
la contaminación permanecería durante los próximos 30 a 50 años. Un
análisis de 1.000 muestras de agua demostró que la contaminación por
arsénico en algunos pozos de aguas subterráneas alcanzaba un nivel de 50
a 100 veces superior al permitido por la directriz de la Organización
Mundial de la Salud para el agua potable (0,01 miligramos por litro).
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En 1986, un incendio
destruyó un depósito de productos químicos en Basilea, Suiza,
cerca de la frontera con Francia y Alemania. Los agentes
químicos alcanzaron las aguas del Río Rin a través del sistema de
alcantarillado de la planta, mientras se utilizaban grandes cantidades
de agua (10.000-15.000 m3) para combatir el fuego. El depósito contenía
un elevado porcentaje de 32 sustancias químicas diferentes, incluyendo
insecticidas e ingredientes sin refinar. Las consecuencias en el agua se
identificaron a través de la presencia de un colorante rojo en una de
las sustancias que tiñó el río de este mismo color. La principal oleada
de sustancias químicas destruyó anguilas, peces e insectos, así como
hábitats ribereños de animales pequeños. La población total de anguilas
fue destruida a lo largo de 500 kilómetros aguas abajo, desde Basilea en
Suiza hasta Loreley en Alemania. Después del incidente
tuvieron que transcurrir 3 meses para que las concentraciones de
contaminantes descendieran a niveles normales.
Portal UNESCO del Agua
13 de noviembre de 2008
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