El asesinato de
tres miembros del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) el pasado 17
de agosto y el incumplimiento de varios puntos del Convenio firmado con el
gobierno, hicieron nuevamente crecer la tensión en el Bajo Aguán. La
organización campesina denuncia el silencio del gobierno y la estrategia
dilatoria y represiva de los latifundistas productores de palma africana.
Advierte que la paciencia se está acabando.
“La represión
nunca ha terminado en el Bajo Aguán. La Policía y los guardias privados del
terrateniente y productor palmero Miguel Facussé, siguen hostigándonos y
atentando contra nuestras vidas”, denunció a Sirel el directivo del
MUCA Matías Valle.
Víctor Manuel Mata Oliva
, Sergio Magdiel Amaya y Rodving Omar Villegas, de 40, 18 y 14
años respectivamente, fueron ultimados de varios disparos el pasado 17 de
agosto.
Pertenecían al asentamiento
La
Aurora, donde en junio pasado fue salvajamente torturado y asesinado otro
miembro del MUCA, el joven
Oscar Geovanny Ramírez,
de 17 años.
Vidas jóvenes segadas para
siempre, en medio de un conflicto agrario y de un modelo productivo, el de la
palma africana y de los monocultivos en general, que engendra pobreza,
destrucción ambiental y que enriquece a unos pocos.
Una campaña de terror que en
ocho meses ha dejado un saldo de diez campesinos asesinados, más de 200 juicios
en contra de miembros del MUCA, y una situación de violencia y
hostigamiento que la firma del Acta de Compromiso con el gobierno no ha
detenido.
De acuerdo con un comunicado
emitido recientemente por FIAN Honduras*, el Acta firmada con el gobierno
prevé “mantener un entorno respetuoso de los derechos humanos”.
Sin embargo, “los campesinos
están bajo incertidumbre permanente”, no sólo por las agresiones, la posibilidad
de ser asesinados, las órdenes de captura y el riesgo de desalojo, sino también
“por la precariedad en la que se encuentran junto con sus familias”, explica el
documento.
“De las 3 mil hectáreas ya
cultivadas con palma africana sólo nos entregaron 1.700, y ya se venció el plazo
para que se nos entregaran las otras 3 mil no cultivadas –explicó Valle–.
Tampoco se realizó el
informe jurídico sobre la compra-venta de las tierras por parte de los
terratenientes. Es decir, hay una reiterada violación de los acuerdos.
El que manda aquí es
Miguel Facussé. Quiere cobrar una cantidad exagerada de dinero por las
tierras y sigue con una campaña mediática y represiva contra nuestro movimiento.
Y el gobierno no hace nada”, dijo el directivo del MUCA.
Quieren derogar
el Decreto 18-2008
La ya grave situación que se
vive en el Bajo Aguán podría ahora extenderse al resto del país. Miles de
campesinos marcharon el pasado 26 de agosto en defensa del Decreto 18-2008.
Con ese decreto aprobado por
el Congreso durante el gobierno de Manuel Zelaya, se pretendía legalizar
las tierras en manos de campesinos y resolver el delicado problema de la mora
agraria.
Sin embargo, ante las
presiones de la empresa privada, la Corte Suprema de Justicia (CSJ)
estaría a punto de derogarlo.
“La amenaza de la derogación
del Decreto 18-2008 va en sentido contrario a la solución del conflicto agrario
hondureño, al impedir la distribución equitativa de los recursos y con ello, de
la superación de la pobreza.
Al mismo tiempo – explica
FIAN Honduras en su comunicado– se incentivan las tomas de tierra como única
salida frente a la inexistencia de políticas públicas”.
Ante esta situación, el
MUCA aclaró que no se va a quedar de brazos cruzados.
“Nos vamos a movilizar
juntos con todo el movimiento campesino. Vamos a defender ese decreto hasta las
útimas consecuencias. Si nos toca derramar nuestra sangre, lo vamos a hacer,
porque lo que está en juego es el alimento para nuestras familias”, advirtió
Valle.
María Gutiérrez,
secretaria de Vigilancia del MUCA, y Matías Valle remarcaron la
importancia de la solidaridad internacional.
“Esa solidaridad permitió
que se conociera nuestra lucha y nos dio más fuerza. Ya no nos sentimos solos, y
le agradecemos a la UITA por el respaldo que nos ha brindado.
Es importante –continuaron
los miembros del MUCA– que los ojos del mundo sigan puestos en el Bajo
Aguán y en Honduras. Sin presión internacional, estos bárbaros someterían
a todo el mundo.
No podemos permitir que
sigan cercenando nuestro derecho a la tierra. Vamos a seguir presionando para
que se cumpla lo acordado y a planear acciones futuras”, concluyeron.
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