No tienen más
de 12 años de edad, incluso el más pequeño apenas alcanza a cumplir los
nueve meses de nacido, pero en su corta vida han experimentado lo que es
perder a una madre de forma violenta.
La cifra oficial en este país centroamericano da cuenta de 80
niñas y niños a quienes la violencia de género persistente les arrebató
a sus progenitoras, que pasaron a formar parte de las 722 mujeres
asesinadas brutalmente en 2008 en Guatemala, muchas de ellas por
sus cónyuges, ex cónyuges, compañeros, por el crimen organizado o las
pandillas.
De acuerdo con Alma Luz Guerrero, asesora del
Ministerio de Seguridad, el total de feminicidios en el pasado año
superó los asesinatos contra mujeres como en ningún otro período
anterior, que por lo general no rebasaba las 600 muertes.
La fiscal del Ministerio Público (MP) de Delitos contra la
Vida, Blanca Lily Cojulún, señala que se desconoce la situación
en que quedaron las criaturas después de perder a su madre.
Sin embargo, las diferentes agencias de la entidad de
persecución penal reportan que algunos viven con su abuela materna, un
tío o un vecino debido a que varias de las asesinadas eran salvadoreñas
o nicaragüenses.
Los huérfanos engrosan ahora la lista de por lo menos unos
800 niños que, según Norma Cruz, de la Fundación Sobrevivientes,
quedaron sin madre como consecuencia de los niveles de feminicidio en
este país y que ha llevado a la tumba a por lo menos 3.500 guatemaltecas
en el período de 2000 al 2007.
Informes divulgados por la no gubernamental coordinadora Ocho
de marzo, conformada por 17 organizaciones de grupos pro derechos
femeninos, las asesinadas estaban entre los 18 y 39 años de edad, y
fueron torturadas, violadas y después ultimadas con arma blanca o arma
de fuego.
En los casos de 2008, las mujeres tenían de dos a cinco hijos
y una buena parte de esos niños, señala Hilda Morales, de la
Coordinadora Nacional Para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar,
quedó sola debido a que en muchos casos fue el padre el asesino.
La niñez víctima colateral de los feminicidios procede de
estratos de bajo nivel, habita en las áreas perimetrales de la capital
guatemalteca y en algunos casos las familias de las mujeres asesinadas
se oponen a informar sobre la situación por temor a las represalias.
El gobierno del presidente, Álvaro Colom, sin embargo,
iniciará un proyecto que busca localizar a las y los niños que se
encuentran en tal caso para brindarles tratamiento psicológico, ayuda
social y seguridad.
La no gubernamental Fundación Sobrevivientes presentó hace
unos tres meses un documento en el que daba a conocer las secuelas que
el feminicidio ocasionaba en la infancia que atendían, tales como
orinarse en la cama cuando ya han aprendido a hacerlo y estados de
ansiedad.
El informe "El Feminicidio en Guatemala y México", de
la Federación Internacional de los Derechos Humanos, indica que los
asesinatos contra mujeres son la expresión extrema de la persistencia de
la discriminación contra el género femenino en todos los ámbitos.
La gran mayoría de las guatemaltecas sufre violencia
intrafamiliar en un período de su vida entre los 20 y los 39 años de
edad, tanto así que sólo el año pasado la Corte Suprema de Justicia
recibió un promedio de 40.000 denuncias de ese delito.
Alba Trejo
Tomado de SEMLac
28 de enero de 2009