Gobiernos neoliberales,
organismos financieros internacionales y empresa privada
unieron esfuerzos a partir de los años 90 para presentar
la maquila como una panacea para los sectores más
empobrecidos de la región. El Plan Pueblo Panamá (PPP),
fuertemente impulsado por el ex presidente de Coca-Cola
para América Latina y ex presidente de México, Vicente
Fox, preveía la instalación de miles de empresas
maquiladoras en todo el corredor mesoamericano, las que
iban a resolver los problemas del hambre y la pobreza
para millones de personas. Los que se atrevían a
cuestionar esta visión paradisíaca del futuro eran
tratados como vulgares agitadores.
Sandra
Ramos |
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La crisis económica que está sacudiendo al mundo dejó al
descubierto las tantas mentiras que por años nos
vendieron estas instituciones, y las personas que ahora,
frente a la huida de esos capitales golondrinas hacia
los países más pobres de Asia, se rasgan las
vestiduras.
Según Sandra Ramos, coordinadora del Movimiento de
Mujeres Trabajadoras y Desempleadas “María Elena Cuadra”
(MEC), “Nos preocupa mucho el secretismo con que
se manejan por parte de las empresas los datos sobre la
pérdida de puestos de trabajo en el sector maquila. Aquí
-continuó Ramos- no se trata de querer crear
mayor inestabilidad en el país difundiendo estos datos
preocupantes, sino de que no puede haber silencio sobre
algo que afecta directamente la vida de miles de
trabajadores y trabajadoras”.
La información que el MEC presentó a los medios de
comunicación fue corroborada en el terreno por su
tendido organizativo, y a través de las propias voces de
los y las trabajadoras, que son las personas que de
verdad pueden hablar de lo que está pasando en la
región.
La industria textil en Centroamérica ha representado
para las economías de la región un crecimiento
significativo. En Honduras representa el 65 por
ciento del total de las exportaciones hacia Estados
Unidos, en El Salvador el 50 por ciento, en
Guatemala y Nicaragua el 37 por ciento y
en Costa Rica el 18 por ciento.
Además de contribuir al aumento de las exportaciones, la
industria textil también ha desplazado la agricultura
como rubro principal de los países centroamericanos.
En los años
90, el 50 por ciento de las exportaciones era
representado por productos agrícolas y sólo el 24 por
ciento por la industria textil.
Para la década del 2000, la situación cambió totalmente
y ahora es la
industria textil que representa más del 50 por ciento
del las exportaciones totales de la región, relegando el
sector agrícola a un escaso 5 por ciento.
“Ésto demuestra el gran impacto que va a generar la crisis
económica ante la dependencia hacia el sector maquilador,
a causa de las políticas erradas de los gobiernos
centroamericanos que se dedicaron a traer inversiones
rápidas a costa de la producción agrícola”, manifestó
Ramos.
En materia de generación de empleo, el sector textil
representa para Nicaragua el 30 por ciento de la
población ocupada en el sector manufacturero. El 20 por
ciento en El Salvador y Guatemala, el 27
por ciento en Honduras y sólo el 8 por ciento en
Costa Rica.
Reflejo de la crisis en
Centroamérica
A comienzo del 2008,
los empleos directos generados en la región eran
411.502. Al finalizar el año, la industria textil perdió
51.538 puestos de trabajo, con una disminución promedio
del 13,5 por ciento, y con una punta máxima en Nicaragua
del 21,47 por ciento. El 65 por ciento de las personas
que perdieron el trabajo fueron mujeres.
En
el primer trimestre del 2009, se perdieron 27.400
empleos y el valor acumulado 2008-2009 alcanza un total
de 78.938 empleos perdidos: 18.000 en Guatemala, 10.200
en El Salvador, 3.000 en Costa Rica, 20.000 en Honduras
y 27.738 en Nicaragua.
Con respecto al salario mínimo de la industria textil,
Nicaragua resulta ser
el país con el valor más bajo de la región (118
dólares), mientras que El Salvador, Guatemala y Honduras
están en un rango de 164 a 176 dólares. Costa Rica
destaca
con un salario mínimo de 416 dólares.
La crisis en Nicaragua
Nicaragua
resulta ser el país más golpeado por la crisis
económica. Para la coordinadora del MEC eso se
debe a la fuerte crisis económica que está golpeando a
Estados Unidos, al hecho de que el país tiene una
industria textil-vestuaria muy pequeña, manejada por
empresarios que no quieren seguir invirtiendo en este
país y que prefieren mover su producción hacia países
asiáticos como Camboya y Vietnam, y que
nunca han tenido un capital estable. Otro factor se debe
a la inestabilidad política que no favorece la inversión
extranjera.
En 2006 cerraron tres
empresas despidiendo a 1.401 trabajadores; en 2007
cerraron tres empresas más con una pérdida de 1.314
empleos.
En el primer semestre del 2008 el gran impacto fue el cierre
del consorcio taiwanés Nieng Hsing con sus cinco
empresas, lo
que provocó el despido de 14.527 trabajadores. En el
segundo semestre del 2008 cerraron nueve empresas más,
con una pérdida de 5.041 puestos de trabajo. A lo largo
del 2008 la pérdida de empleo en la industria textil fue
de 19.568 unidad.
En lo que va del 2009 ya cerraron otras cuatro empresas,
mientras son cinco las que cerraron parcialmente, por un
total de 5.455 trabajadores afectados. Además, en los
próximos meses podrían cerrar cuatro empresas si no
logran nuevos pedidos.
Pese a esta situación difícil, Sandra Ramos reconoció
el esfuerzo hecho por la Comisión Nacional de Zonas
Francas (CNZF) y la Corporación de Zonas Francas
(CZF) para traer nuevas inversiones a
Nicaragua y para buscar nuevos pedidos para las
empresas que están en dificultad. “En los locales de empresas que cerraron, comenzaron sus
actividades una empresa mexicana y una norteamericana,
mientras que en mayo iniciarán operaciones otras dos
empresas de capital mexicano, por un total de 7.175
nuevos empleos”
Además -continuó Ramos- "la CNZF ya aprobó
en 2009 un total de ocho empresas que están
aportando 1.401 nuevos puestos de trabajo. Hay también
empresas que cerraron y volvieron a abrir con una nueva
razón social, garantizando 428 empleos”, manifestó.
El análisis presentado por el MEC afirma que desde 2006
a la fecha,
29 empresas cerraron en forma total o
parcial, con una pérdida de
27.738 puestos de trabajo. Por su parte, en lo que va del año, ya se
instalaron en el país 12 nuevas empresas generando 8.576
puestos de trabajo.
Gracias a este esfuerzo el porcentaje de recuperación de
empresas fue del 42,38 por ciento, sin embargo esta
medida logró recuperar solamente un 30,92 por ciento de
los empleos perdidos.
“Señalamos también otros problemas que acompañan el cierre de
las empresas, puntualizó Ramos. Por un lado muchos empresarios ni siquiera quieren pagarles a
los trabajadores y trabajadoras sus derechos adquiridos
conforme lo establece la ley. A veces cierran y se van,
mientras que en otros casos quieren pagar en bonos sin
ninguna garantía. Pedimos al Ministerio del Trabajo (MITRAB)
que vigile y que actúe contra estos empresarios,
exigiéndoles que paguen lo que les deben a los
trabajadores.
Otro punto que nos preocupa -continuó la coordinadora del
MEC- tiene que ver con las nuevas inversiones. No
queremos que ocurra como a inicio de los 90 cuando, en
el afán de traer inversiones, el gobierno trajo los
peores empresarios maquileros que violaban
constantemente los derechos laborales. Queremos inversiones y empleos, pero de calidad.
Finalmente, pedimos que el gobierno impulse una política de
empleo con enfoque de género, que la reglamente, que
promueva la calificación técnica de la fuerza laboral y
que se reglamente la Ley de Igualdad de Oportunidades”,
concluyó.