Serían 8.550 los
puestos de trabajo que están en peligro en el sector de
la maquila nicaragüense. Así lo denunciaron los
sindicatos afiliados a la Confederación Sindical de
Trabajadores “José Benito Escobar” (CST-JBE) durante una
conferencia de prensa que se realizó en el Centro
Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).
Trabajadoras y trabajadores organizados de la Zona
Franca, pero también del sector público y de la empresa
UNICOMER de Nicaragua, se presentaron en
las instalaciones de esta organización pidiendo respaldo
legal, para que sus denuncias puedan ser presentadas a
instancias internacionales.
Miguel Ruiz |
Según cuanto expresó el líder sindical de la CST-JBE,
Miguel Ruiz, “Hemos venido a solicitarle al
CENIDH el acompañamiento jurídico en esta denuncia
que estamos haciendo, en el sentido que sentimos el
atropello y la violación a nuestros derechos laborales,
no solamente en las empresas privadas, sino también en
instituciones estatales como el Instituto de Desarrollo
Rural (IDR) y la Empresa Nicaragüense de
Acueductos y Alcantarillados (ENACAL). Se trata
de una situación muy complicada para los trabajadores
nicaragüenses -continuó Ruiz- y estamos frente a
un verdadero chantaje sobre todo por parte de los
inversionistas de la maquila, quienes nos amenazan con
trasladar las empresas a otros países para no cumplir
con las leyes de Nicaragua”.
Las
informaciones que en estos días circulan en el país son
alarmantes pues serían por lo menos ocho las empresas
que van a cerrar, dejando sin empleo a miles de
trabajadores.
“La
empresa de capital taiwanés Chao Hsing, que es
parte del consorcio Nien Hsing, está amenazando
cerrar y se perderían 3 mil puestos de trabajo. Si
cerraran las doce empresas que conforman el consorcio,
serían 20 mil los puestos de trabajo que están en
riesgo”, agregó Ruiz.
Según los miembros de los sindicatos que presentaron la
denuncia en el CENIDH, “El argumento que están
utilizando las empresas es falso y la verdad es que la
mayoría de ellas están cumpliendo 10 años de estar en
Nicaragua y la Ley de Zona Franca dice que
cumpliendo ese término, se le decaen todos los
beneficios fiscales y tienen que comenzar a pagar
impuestos. Ahora quieren chantajear al gobierno y a los
trabajadores para ver si logran negociar otro periodo”.
Pero
estas empresas tienen también una escapatoria, porque
una de las estrategias utilizadas en estos últimos años
es cesar operaciones, despedir al personal y volver a
instalarse bajo otra razón social para poder gozar de
otros diez años de gracia.
Yendo más a fondo de esta situación, resulta también
evidente que las empresas maquiladoras ya no están
conformes con el trato que les está dando el nuevo
gobierno.
“Estaban acostumbradas a tener la máxima flexibilidad
laboral, como son por ejemplo las jornadas 4 por 4 (4
días de trabajo y 4 de descanso), con horarios de hasta
12 horas diarias y con sueldos fijos. El Ministerio del
Trabajo, MITRAB) -profundizó en el análisis
Ruiz- emitió una resolución en la que declaró ilegal
esa practica por no estar contemplada en el Código del
Trabajo. En otra resolución declaró válidas solamente
las inspecciones que contaran también con la firma del
sindicato, evitando de esa manera arreglos extraños
entre los inspectores y la empresa, Hay protestas
también por el aumento al salario mínimo que se acaba de
negociar, pero si revisamos la situación de las maquilas
en el país, Nicaragua tiene todavía los salarios
más bajos de la región, es decir 0,30 centavos de dólar
por hora”.
Frente a toda esta situación y también a la efectiva
caída de un 30 por ciento de las demandas por parte de
las marcas, como efecto de la recesión de la economía
norteamericana, las organizaciones sindicales están
pidiendo al secretario general de la Corporación de Zona
Franca, Álvaro Baltodano, que reúna de inmediato
a la Comisión Nacional de Zona Franca para hablar del
tema y buscar soluciones.
“Estamos claros que para cerrar una empresa antes hay
que notificar esta decisión al MITRAB, para que
se asegure la liquidación y todas las prestaciones
laborales a los trabajadores. También la Corporación
debe conocer del cierre para finiquitar esta empresa y
autorizar su liquidación y mientras no cumplan con estos
pasos no pueden suspender operaciones, pero esto nunca
se cumple. Lo que pensamos -concluyó Ruiz- es que
están preparando su salida dejando otra vez a los
trabajadores y trabajadoras en la indefensión y es por
eso que el Estado debe actuar de manera rápida”.
Pero
esa maniobra de las empresas maquiladoras no sería nada
nuevo y se suma a una actitud generalizada de no respeto
a la legislación laboral vigente, aprovechando los
enormes vacíos y debilidades de las mismas leyes.
Irela Alemán |
Para
Irela Alemán del CENIDH, “a las denuncias
que se presentaron ya les veníamos dando seguimiento
desde el año pasado. El factor común es la existencia de
resoluciones del MITRAB o sentencias judiciales
que no están siendo acatadas por el empleador y que
además, no vemos una respuesta efectiva por parte del
Estado de implementar acciones de tutela para el
cumplimiento de estas resoluciones. A pesar de estarles
dando la razón a los trabajadores -continuó Alemán- en
cuanto, por ejemplo, a que existe una violación concreta
al convenio colectivo, que no se están pagando
prestaciones sociales o que hubo violación al fuero
sindical, esto queda sólo en el papel, mientras que en
la practica las violaciones son constantes y no hay
ningún tipo de sanción para el empresario, o incluso
para instituciones del Estado que están incumpliendo la
ley”.
Para
la experta en temas laborales del CENIDH,
Nicaragua no está teniendo dentro de su sistema
judicial los mecanismos que realmente permitan poder
obtener el resarcimiento de los derechos violentados y
por lo tanto, lo único que queda a las y los
trabajadores es recurrir a instancias internacionales “y
para nosotros, colaborar con la sociedad civil en todo
el trabajo de incidencia para poder demandar al Estado
la ratificación del Protocolo de San Salvador, que es
otro instrumento de derechos humanos que permitiría
poder acudir a otras instancias internacionales en el
tema de derechos económicos, sociales y culturales. El
tema del acceso a la justicia y de economía procesal
resultan ser problemas fundamentales, porque de nada le
sirve en efectos prácticos a un trabajador ir al
MITRAB a interponer una denuncia, porque una vez que
tenga la resolución no hace nada con ella. Si en años
anteriores -recordó Alemán- el problema era que
tenía las resoluciones en contra y le daba al empresario
una fuerza de carácter político para decir que no estaba
violentando la ley, ahora nos encontramos con una
situación donde más bien hay resoluciones a favor del
trabajador, pero es como si no existieran porque no son
de carácter coercitivo. Es decir, en la legislación
laboral no está funcionando el sistema para la defensa
de los derechos laborales y es muy grave, porque deja a
los trabajadores en la indefensión. Una de las
soluciones sería darle al MITRAB la facultad de
que sus resoluciones sean coercitivas, pero además, un
mecanismo para sancionar a la empresa cuando incumple
con la resoluciones”, concluyó Alemán.
Después de haber presentado la denuncia en el CENIDH
y en la Procuraduría de Derechos Humanos, las
trabajadoras y los
trabajadores organizados interpelarán a la Comisión
Laboral del Parlamento para que intervenga, pidiendo por
ejemplo que convoque a la Corte Suprema de Justicia para
ventilar que todos los juicios laborales se resuelvan de
manera inmediata.
Esta
denuncia será también introducida en la OIT y se
buscará la forma para llegar hasta la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).