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La noticia de la ola de cierres de plantas y 
despidos arbitrarios de trabajadores de JBS-Friboi en Brasil ha llegado hasta 
Italia, generando un fuerte rechazo hacia estas políticas empresariales y una 
profunda solidaridad con los obreros despedidos de parte de la Federación de 
Trabajadores de la Agroindustria (FLAI). 
  
  
Mientras en su país de 
origen JBS-Friboi sigue cerrando plantas y despidiendo a trabajadores sin 
dar algún tipo de explicación, en Italia continúa haciendo lucrativos 
negocios. 
  
Inmediatamente después 
de haber acordado con el Gruppo Cremonini la disolución del joint-venture
Inalca-JBS, y haber recibido casi 219 millones de euros en concepto de 
restitución de las cuotas que representaban el 50 por ciento del capital social, 
el coloso brasileño del procesamiento de carne bovina invirtió 100 millones para 
adquirir el total del capital de la empresa italiana de embutidos
Rigamonti. 
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Cuando las empresas comienzan a crecer sin ningún control, adquieren 
un poder inmenso a lo largo y ancho de la cadena productiva. Al 
final son siempre los trabajadores quienes pagan los platos rotos |  
  
Rigamonti, 
empresa líder en Italia en el sector de la producción de 
lonchas de carne de ternera curada
(bresaola), 
produce alrededor de 7 mil toneladas de carne procesada por año y controla el 40 
por ciento del mercado italiano. Tiene una facturación bruta de 130 millones de 
euros y exporta a 16 países en el mundo. 
  
A través de 
JBS Italia opera también 
en el sector del procesamiento del cuero con distribución hacia Europa y
Asia. 
  
“Es increíble lo que está haciendo
JBS en Brasil. Esto ocurre cuando no se ponen límites legales al 
crecimiento y al acaparamiento del mercado por parte de estos colosos 
transnacionales. Al final, son estas empresas las que terminan dictando e 
imponiendo sus propias reglas”, expresó a Sirel Umberto Franciosi, 
secretario provincial de la FLAI|CGIL en Modena, Italia. 
  
Según Franciosi, resulta 
imprescindible la promoción e implementación de políticas antimonopolio, sobre 
todo cuando se trata del sector de la alimentación. “Cuando las empresas 
comienzan a crecer sin ningún control, adquieren un poder inmenso a lo largo y 
ancho de la cadena productiva. Al final son siempre los trabajadores quienes 
pagan los platos rotos”, dijo. 
  
El dirigente sindical de la 
FLAI|CGIL consideró como “brutal y bárbara” la decisión de JBS-Friboi 
de despedir a más de 1.300 trabajadores sin ningún tipo de preaviso, ni de 
explicación.  
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“En un 
momento tan delicado como éste, es indispensable el aporte del 
gobierno brasileño para que contribuya de manera decidida a la 
búsqueda de una solución del conflicto” |  
  
La decisión de cerrar la planta de
Presidente 
Epitácio, en el interior de São Paulo, está creando un gravísimo impacto social, 
ya que representa dos tercios de la economía de la ciudad. 
  
  
También señaló la urgencia de que el 
gobierno brasileño, a través del 
Banco Nacional para el 
Desarrollo Económico y Social (BNDES) que cuenta con casi un tercio de 
las acciones de JBS, tome cartas en el asunto. 
  
“En un momento tan 
delicado como éste es indispensable el aporte del gobierno brasileño, para que 
contribuya de manera decidida a la búsqueda de una solución del conflicto”, 
afirmó Franciosi. 
  
El dirigente sindical 
de la FLAI reiteró la solidaridad y el apoyo incondicional de esta 
organización con la lucha de los trabajadores despedidos de JBS-Friboi, 
que ya la semana pasada iniciaron movilizaciones de protesta.  
  
“La FLAI se 
solidariza con todos los trabajadores despedidos. Sabemos que son situaciones 
que exasperan los ánimos y nos preocupa lo que pueda ocurrir. Creemos que la 
patronal y el mismo gobierno deben recapacitar y buscar de inmediato una 
solución a esta situación”, concluyó Franciosi. 
  
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