El
Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca acaba de
prohibir las aplicaciones aéreas y terrestres mecanizadas de
agrotóxicos en cultivos que se encuentren respectivamente a
menos de 500 y 300 metros de predios de centros educativos,
“para disminuir el riesgo de exposición de sustancias
intrínsecamente peligrosas”.
Para quienes no están al tanto del tema, vale la pena aclarar
que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)
estableció una reglamentación por la que se prohíbe la
fumigación terrestre de agrotóxicos a menos de 300 metros de
un centro poblado, extendiéndola a 500 metros cuando se
trata de fumigaciones aéreas. Sin embargo, el MGAP se
“comió” un cero en el caso de las escuelas rurales, cuando
en diciembre de 2008 estableció distancias de 30 y 50 metros
(para aplicaciones terrestres y aéreas respectivamente) de
dichos centros de enseñanza.
Lo injusto y absurdo de tal medida dio lugar a que se alzaran
numerosas voces de protesta, que incluyeron desde los
propios docentes, niños y familiares de las escuelas
afectadas hasta funcionarios del Estado, técnicos,
parlamentarios, periodistas, educadores y organizaciones de
la sociedad civil, que continuaron presionando para que se
protegiera la salud de los niños en las escuelas rurales.
Hace pocos días, opinábamos que “el Estado no puede seguir
jugando el papel de “legalizador” de las aplicaciones de
agrotóxicos de las grandes empresas agrícolas y debe hacerse
en cambio responsable de velar por la salud de los niños que
concurren a sus escuelas rurales. Mientras no lo haga,
merecerá la reprobación -silenciosa, no mediática, pero no
por ello menos indignada-de todos quienes se interesan por
la salud de nuestros niños”.
Hoy difundimos la buena noticia: el Estado ha optado por
proteger la salud de los niños. RAPAL-Uruguay desea hacer
público su beneplácito por la adopción de tal medida y
felicitar a todas y todos quienes, tanto desde fuera como
desde dentro del Estado colaboraron para que la misma se
hiciera realidad.
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