La 2da Conferencia de
Trabajadores del Sector Carne del Mercosur contó con la presencia de Liisa Mery,
del Centro de Solidaridad Sindical de Finlandia (SASK), Henry Lindholm,
vicepresidente del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación de Finlandia (SEL),
y Eila Kämäräinen también del SEL. Sirel recogió sus impresiones acerca del
proceso de organización regional.
-Ustedes estuvieron en Brasil
en 2008 y 2009 en reuniones también del Sector Carne ¿Cuáles son los aspectos
nuevos más importantes que están conociendo a partir de esta Conferencia?
Henry-
Es la primera vez que estamos en Argentina y percibimos que están
avanzando mucho en la cooperación entre países del Mercosur, lo que es
algo nuevo y muy bueno.
Liisa-
Vemos que gracias al Proyecto de Cooperación que mantenemos con los compañeros
de Brasil, ellos han logrado contribuir de una forma especial a esta
cooperación del Mercosur, lo que implica un resultado bastante bueno,
aunque aún hay muchos desafíos por delante.
Henry-
Hay una buena base entre los tres países para dar continuación al trabajo de la
Coordinadora que fue creada. Es notorio que hay mucha voluntad y estímulo para
trabajar juntos. Todavía no se puede decir cuáles serán los avances que se
lograrán porque todo es muy reciente, pero nace con bases muy sólidas.
Algo que hemos conocido aquí es cuál es el papel que tienen
las transnacionales brasileñas en la región, ya que están creciendo mucho, y es
posible que en un futuro próximo capten monopólicamente los mercados de
Argentina y Uruguay, tanto en carne bovina como en el sector avícola.
El papel
que está teniendo la UITA a nivel regional es cada vez más
importante y está asegurando la representatividad cierta del sector
a través de una amplia presencia en la base |
Eila-
El informe elaborado por el Departamento Intersindical de Estadística y Estudios
Socioeconómicos (DIESSE) que presentó Carlos Roesler, mostró que
las empresas brasileñas no sólo están dominando el mercado de América Latina
sino que también crecen en Europa y Estados Unidos, donde están
aumentando su participación.
Liisa-
Aunque puede parecer obvio, quiero destacar que el papel que está teniendo la
UITA a nivel regional es cada vez más importante y está asegurando la
representatividad cierta del sector a través de una amplia presencia en la base.
Han integrado a nuevos e importantes afiliados en
Argentina y Uruguay, lo que le da mayor solidez a la organización
que, además, ha ganado un respeto creciente en la región. Esto es fundamental
para el proceso de integración sindical y para el trabajo político que se debe
hacer con los gobiernos de cada país.
La UITA está adquiriendo cada vez más peso en todos
estos ámbitos regionales, y eso favorece los procesos de coordinación y de
lucha.
-¿Esperaban encontrar una
situación tan grave en el sector bovino en Argentina y Uruguay?
Henry-
No, es una absoluta novedad para nosotros, y estamos sorprendidos de que la
situación sea tan comprometida en ambos países.
Eila-
Durante las tres huelgas que realizamos el año pasado no había carne finlandesa
en el mercado local, pero continuó habiendo de Argentina y de Uruguay,
por lo que no era imaginable que aquí faltara el ganado.
Liisa-
A partir de la información que estamos recibiendo aquí, da la impresión de que
no se trata solamente de una estrategia de las empresas, sino que también
estaría teniendo influencia el modelo económico de cada país y sus líneas
políticas estratégicas que llevan a esos cortes en la materia prima. Es posible
que detrás de eso haya más intereses que el de las meras empresas, intereses más
amplios.
Se ha dicho aquí que el gobierno brasileño está colaborando
con la expansión de estas grandes compañías mediante el uso de fondos públicos,
y eso es una decisión política.
-¿Qué oportunidades y riesgos
ven en una coordinación regional?
Henry-
Es un momento estratégico para construir una red o coordinadora de trabajadores,
justamente porque las empresas están en la fase de crecimiento, ya que en la
fase de crisis las cosas son mucho más complicadas.
Esta Coordinadora puede aportarle estabilidad y más
visibilidad al movimiento sindical del sector para que sea reconocido y aceptado
por parte de los empleadores, y también dentro de las plantas, en lo que se
refiere al respeto a los derechos laborales y de sindicalización.
El riesgo que hay que evitar es que los intereses diferentes
que puedan existir en las organizaciones de cada país ̶ lo que es natural ya
que las realidades también tienen aspectos divergentes ̶ no se transformen en
contradicciones que impidan avanzar o que obstaculicen la cooperación.
Liisa-
Considerando que las economías de los tres países en el sector son bastante
parecidas es más fácil coordinarse y lograr que las acciones también coincidan.
De esta manera se puede influenciar juntos. El riesgo es que a pesar de la
voluntad y el trabajo no se logre dotar a esta Coordinadora de un contenido que
la vuelva realmente operativa, y eso la lleve al fracaso, cosa que no aparece
así en el horizonte, afortunadamente.
-¿Hay alguna experiencia de
coordinación similar en Europa?
Henry-
Hay una red que se llama Meat Network de la UITA por intermedio de
la Federación Europea de la Alimentación, la Agricultura y el Turismo (EFFAT,
por sus siglas en inglés) pero no tiene una contrapartida por parte de los
empleadores, no hay con quién negociar, lo que dificulta mucho el trabajo. Hay
una organización patronal a nivel europeo y ellos han firmado documentos
conceptuales referidos a la actividad que define los principios de ese diálogo,
pero no se respetan los acuerdos y no existe un intercambio real.
En la experiencia europea se trata de un ámbito donde se
avanza muy despacio. Actualmente el resultado no es satisfactorio.
A nivel de las instituciones de la Unión Europea hay
un diálogo social en el sector de la carne, pero allí también encontramos el
problema de que no hay contrapartida.
Por otra parte, el proceso de concentración del capital no
está tan avanzado como en América Latina, aunque ya se está anunciando la
misma tendencia. Por ahora allá tenemos una mayor diversidad de empresas,
mientras que acá son casi monopólicas. Esto puede ser una ventaja a la hora de
negociar a nivel regional.
-¿Han visto algo aquí como para
anticiparse y ponerse en guardia en Finlandia?
Henry-
Somos conscientes de que este proceso de concentración tomará la misma forma en
Europa. Pero allá hay muchas diferencias entre los países y entre
regiones. Por ejemplo, en algunos países los salarios son mucho más bajos que en
otros, lo que va a tener una influencia muy grande en el tipo de decisiones que
tomarán las empresas.
Es un
momento estratégico para construir una red o coordinadora de
trabajadores, justamente porque las empresas están en la fase de
crecimiento |
Por lo que voy viendo en esta región los niveles salariales
son bastante similares, y eso crea condiciones favorables para que las empresas
concentren sus operaciones con más facilidad.
Eila-
En Polonia, por ejemplo, los trabajadores y el movimiento sindical no
aspiran por el momento a abrir un diálogo social, sino que están interesados en
tener trabajo y recibir un salario, atraer inversiones. Sus necesidades están
más cerca de la supervivencia básica.
Henry-
Hay empresas finlandesas que cuando abren unidades fuera de Finlandia,
como en Polonia o los Países Bálticos, tratan muy mal a los
trabajadores, no respetan las leyes laborales y ni siquiera las reglas éticas
elementales.
Esto nos fragiliza, porque las empresas siempre amenazan con
la deslocalización, y a veces realmente lo concretan. Me parece que aquí no
existen diferencias regionales tan grandes. Hay mucha voluntad de luchar juntos
entre las organizaciones de estos tres países, y eso es muy bueno.
Liisa-
Ahora acá tienen un desafío que es encontrar las formas concretas de cooperación
entre los tres países, y pensar de qué maneras se podrá influenciar a estas
empresas.
Una vez creada la coordinación y se ha hecho un diagnóstico
de la región que todos conocen, la próxima fase es ver cómo concretar la forma
de trabajo en esta Red, cosa que seguramente se logrará en poco tiempo.
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