No para la ola de violencia y terror en el Bajo Aguán. Un nuevo asesinato enluta
a las familias campesinas que integran el Movimiento Unificado Campesino del
Aguán (MUCA). En los últimos ocho meses ya son 11 los miembros de esta
organización que dejaron su sangre entre las plantaciones de palma africana.
Testigos acusan a sicarios del empresario palmero Miguel Facussé.
Francisco Miranda Ortega tenía 55 años. Campesino y miembro del MUCA, vivía en el
asentamiento La Aurora, a pocos kilómetros de Tocoa. Ese mismo asentamiento
donde hace pocos meses se reconcentraron más de mil personas, producto de los
acuerdos firmados entre esta organización y el gobierno de Porfirio Lobo.
También
pertenecían a La Aurora Víctor Manuel Mata, Sergio Magdiel Amaya,
Rodving Omar Villegas y Oscar Geovanny Ramírez. Todos ellos fueron
masacrados por desconocidos. Todos ellos acribillados sin piedad. Todos ellos
miembros del MUCA y beneficiarios de los acuerdos.
Francisco Miranda Ortega
se dirigía en bicicleta
hacia Tocoa. A la altura
del puente
sobre el alivio del rio Aguan, conocido como Cacho de Buey, fue acribillado a
balazos desde ambos lados del puente.
“Esta vez
tenemos testigos”, cuenta a Sirel el directivo del MUCA y miembro
del Comité Ejecutivo del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP),
Juan Chinchilla. “Ellos vieron a seis personas bajarse de una camioneta
color gris, doble cabina de lujo, sin placa, y esconderse en las plantaciones de
palma de propiedad de Miguel Facussé. Cuando pasó Francisco en su
bicicleta abrieron fuego y lo mataron. Lo dejaron ahí, tendido y se fueron”,
comenta Juan.
“En menos de
dos meses y medio han asesinado a cinco compañeros del MUCA en este
sector. Es el resultado de una estrategia de terror que está impulsando
Facussé, con el apoyo de sus sicarios y con el silencio cómplice de las
autoridades. Nadie está haciendo nada para investigar estos asesinatos, más bien
el ejército y la policía sigue hostigándonos a través de los cuerpos de
seguridad”, aseveró Chinchilla.
Desde el 9 de
diciembre del 2009, cuando el MUCA decidió iniciar el proceso de
recuperación de las tierras que le fueron usurpadas por los terratenientes y
productores palmeros Miguel Facussé, René Morales y Reinaldo
Canales, hasta la fecha, ya son 11 los campesinos asesinados.
La región del Aguán sigue siendo regada con
sangre de los pobres para alimentar los privilegios y la impunidad de los grupos
empresariales y políticos del país.
“El MUCA
denuncia una vez más el sistema de impunidad que abate a sus miembros, lo cual
demuestra que el sistema democrático de Honduras está diseñado para
favorecer a las oligarquías”, se lee en un comunicado dado a conocer por el
Movimiento inmediatamente después de este nuevo asesinato.
Hoy más que nunca
es necesario reforzar la solidaridad internacional con el pueblo hondureño, y
con los miles de campesinos y campesinas que luchan por un futuro y una vida
digna y por el derecho de recuperar las tierras que les fueron usurpadas con el
engaño y la violencia.
¡Nunca más
asesinatos en el Aguán y en toda Honduras!
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