Denis Francisco Molina Manzanares, contralor general de la
empresa BIMBO Nicaragua, fue asesinado el pasado 6 de
febrero, justo una semana antes de presentar un informe de
auditoría en el cual vinculaba al gerente de Logística y
socio accionista de la empresa, Ernesto López, con una serie
de graves anomalías que perjudicaban económicamente a la
misma empresa. Después de tres meses la justicia condenó a
López como responsable del homicidio de Molina Manzanares,
pero la empresa se rehúsa a indemnizar a la familia del
funcionario asesinado y le ofrece un simple pago de
prestaciones.
Los
temores de la viuda del contralor de BIMBO Nicaragua,
Miurel Arauz Figueroa, a que se vencieran los
términos para ser juzgados se desvanecieron el pasado 12 de
mayo, cuando la jueza que se ocupaba del caso reconoció a
Ernesto López y Ricardo Loasiga culpables del
asesinato de Molina Manzanares y los condenó a 17
años de cárcel.
“Fue un
juicio muy largo y difícil que terminó casi a las doce de la
noche, y al salir del tribunal tuvimos que enfrentarnos a
los familiares de los acusados que querían agredirnos verbal
y físicamente. Lo que se dio es un paso muy importante, sin
embargo apelamos la sentencia porque consideramos que hay
agravantes en el homicidio, y nuestro abogado está pidiendo
25 años de pena”, manifestó Arauz Figueroa.
Muy diferente es la
situación con la empresa
Según
Arauz Figueroa, desde que ocurrió el asesinato, BIMBO
Nicaragua ha evitado cualquier tipo de comunicación con
la familia del occiso, limitándose a tratar de entregarle la
liquidación de sus prestaciones por una suma que considera
incorrecta.
“Hace
una semana me llegó una comunicación del juzgado haciéndome
una Consignación de la supuesta liquidación de mi marido, ya
que precedentemente rechacé la cantidad propuesta por la
empresa porque no se apegaba a la legislación laboral.
Consideramos –continuó la esposa de Molina Manzanares–
que no se han tomado en cuenta varios aspectos, como por
ejemplo que mi marido desempeñaba un cargo de confianza y,
sobre todo, que fue un ejecutivo y socio de la empresa quien
lo asesinó.
La
empresa está deslindando cualquier tipo de responsabilidad
en el caso, mientras que mi marido fue asesinado mientras
trabajaba para la empresa y por defender sus intereses”,
aseveró Arauz Figueroa.
La esposa de Molina
manifestó también graves dudas sobre el hecho de que el
bufete de abogados que atiende los intereses de BIMBO
Nicaragua es el mismo que defendió a los culpables del
asesinato en los tribunales, y que ahora introdujo en el
juzgado la solicitud para que Arauz Figueroa acepte la
liquidación.
Según
Humberto Conrado, asesor legal de la Federación Unitaria
de Trabajadores de la Alimentación, la Agroindustria, el
Turismo, el Servicio/Comercio y Conexos de Nicaragua (FUTATSCON),
organización que está apoyando la demanda de la viuda de
Molina Manzanares, “Además de esperar la decisión de la
jueza sobre ese punto del pago de todas las prestaciones, es
importante ahora enfocarnos en los daños y perjuicios que
produjo el asesinato, y que involucran directamente a la
empresa”.
Para
Conrado, son muchos los elementos que vinculan a la
empresa BIMBO Nicaragua con los daños y perjuicios
que sufrió la familia del asesinado, como por ejemplo que la
sentencia de condena involucra a un ejecutivo y socio de la
empresa, que BIMBO Nicaragua conocía de los actos
viciados y oscuros de estas personas, ya que Molina
Manzanares había informado a su jefe inmediato de su
investigación.
“La
empresa tiene que pagar las justas prestaciones e indemnizar
a la familia por daños y perjuicios, pero por el momento no
hay ningún tipo de interés en hacerlo. Todo esto tiene
lógica, porque el empleador por su naturaleza siempre ha
pretendido no pagar las prestaciones salariales y sociales
de los trabajadores.
Lo que parece ilógico en
este caso –continuó Conrado– es que teniendo toda la
información sobre actos anómalos en la empresa, los
directivos nunca tomaron ninguna medida. Más bien parece que
se filtró la información a la persona que después asesinó al
contralor.
¿Quién la filtró? No se
sabe, pero lo que deja desconcertado en todo esto es la
actitud antihumanista de la empresa”,
concluyó.
Después
del dramático caso de la muerte del joven Simón Santana
Farías en Uruguay, la empresa BIMBO vuelve
a mostrar su displicencia e insensibilidad.
“Vamos a
proceder con la demanda laboral, porque tengo que pensar en
el bienestar de mis niños, de 2 y 10 años, que han quedado
sin padre. Soy madre soltera, necesito apoyo, y es justo que
la empresa se responsabilice”, concluyó
.