Eliminar el doble criterio que impide la
protección de
los
niños que trabajan en el sector agrícola
Estados Unidos
está haciendo una pobre labor a la hora
de proteger a cientos de miles de niños
que desempeñan trabajos agrícolas a
menudo extenuantes y peligrosos, señaló
Human Rights Watch en un informe
publicado. Human Rights Watch hizo un
llamamiento al Congreso de
Estados
Unidos
para que modifique las leyes federales
que permiten que niños menores de 18
años trabajen en el sector agrícola a
edades mucho más tempranas, durante
jornadas mucho más extensas y en
condiciones mucho más peligrosas que
otros menores trabajadores en otras
industrias.
En su informe de 99 páginas, "Fields of
Peril: Child Labor in US Agricultura"
("En tierras peligrosas: El trabajo
agrícola infantil en Estados Unidos"),
Human Rights Watch documenta cómo los
niños que trabajan en el sector agrícola
ponen en peligro su seguridad, salud y
educación en grandes granjas comerciales
en todo
Estados
Unidos.
Para la investigación y redacción de
este informe, Human Rights Watch
entrevistó a 59 niños menores de 18 años
que trabajaron en el sector agrícola en
14 estados de varias regiones de
Estados Unidos.
"Estados
Unidos
es un país en vías de desarrollo en lo
que respecta a los niños que trabajan en
la agricultura", dijo
Zama
Coursen-Neff,
autora del informe y subdirectora de la
División de Derechos del Niño de Human
Rights Watch. "Los niños que cosechan
los alimentos de este país deberían
recibir al menos la misma protección que
gozan quienes sirven esos mismos
alimentos".
Niños
de tan sólo 12 años trabajan a menudo 10
horas al día o más, entre cinco y siete
días a la semana, descubrió Human Rights
Watch.
Algunos
empiezan a trabajar medio tiempo a los 6
ó 7 años. Al igual que muchos trabajadores agrícolas adultos, los niños suelen
recibir una remuneración muy por debajo
del salario mínimo, y sus pagas suelen
verse recortadas aún más porque sus
empleadores no reportan todas las horas
trabajadas y los obligan a pagar de su
propio bolsillo por herramientas,
guantes y agua potable, que, en teoría,
los empleadores deberían proveerles por
ley.
La agricultura es uno de los sectores de empleo infantil más
peligrosos en
Estados
Unidos, según el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud
Ocupacional (NIOSH por sus siglas en
inglés) de los Centros para el Control y
la Prevención de Enfermedades de Estados
Unidos.
Los niños se arriesgan a sufrir
intoxicaciones por pesticidas,
accidentes graves e insolaciones. El
riesgo de sufrir un accidente laboral
letal entre los menores que trabajaban
en agricultura es cuatro veces superior
al promedio de todos los demás jóvenes
trabajadores. Algunos trabajan sin ninguna clase de equipo de seguridad, incluyendo
calzado y guantes. Muchos niños
informaron a Human Rights Watch que sus
empleadores no les proporcionan agua, un
lugar donde lavarse las manos ni
retretes.
Las
niñas y mujeres en esta industria son
especialmente vulnerables a sufrir
abusos sexuales.
Como consecuencia de las extensas jornadas laborales,
los
niños que trabajan en el campo registran
una tasa de abandono escolar cuatro
veces mayor que el promedio nacional. Human Rights Watch habló con muchos menores que tuvieron
que repetir un año escolar una o varias
veces y en cuyas familias no hay nadie
que se haya graduado de la escuela
preparatoria.
Human Rights Watch
hizo un llamamiento al Congreso de
Estados
Unidos
para que modifique la ley que rige el
trabajo infantil -la Ley de Normas
Equitativas de Trabajo (FLSA por sus
siglas en inglés)- para erradicar la
discriminación contra los niños
trabajadores agrícolas. En otros
sectores, la ley prohíbe la contratación
de niños menores de 14 años, y limita a
los menores de 16 a que trabajen
únicamente tres horas al día durante el
período escolar.
Sin embargo, en el sector agrícola, cualquier empleador puede
contratar a niños de 12 años, y en las
granjas pequeñas ni siquiera existe una
edad mínima. A diferencia de otros
empleos, en la agricultura la ley no
establece límites a lo temprano o lo
tarde que pueden trabajar los niños, ni
tampoco al total de horas, siempre y
cuando respeten sus horarios escolares.
Además, en el sector agrícola, la ley
permite que jóvenes de 16 y 17 años
trabajen en condiciones peligrosas. En
las demás industrias, la edad mínima
para esta clase de tareas es de 18 años.
"La ley de trabajo infantil actual fue redactada en la década
de los años 30, cuando muchos niños
trabajaban en las granjas de sus
familias, pero esa era hace tiempo que
ha pasado a la historia", afirmó
Coursen-Neff.
"Es hora de que
Estados
Unidos
actualice sus anticuadas leyes de
trabajo infantil para que los niños que
trabajan en la agricultura reciban las
mismas protecciones que los demás
menores trabajadores".
En septiembre de 2009, la congresista
Lucille
Roybal-Allard de California
presentó el proyecto de la "Ley infantil
para el empleo responsable" (CARE, por
sus siglas en inglés) (HR 3564) ante la
Cámara de Representantes. Cuenta con 80
codefensores y ha sido respaldado por
más de 80 organizaciones, incluyendo la
AFL-CIO, la Federación Estadounidense de
Maestros, la NAACP y la Unión de
Trabajadores Agrícolas. Sin embargo,
hasta ahora el proyecto de ley sigue
pendiente.
Incluso las leyes actuales poco estrictas no se cumplen como
es debido. En general, la aplicación de
las leyes de trabajo infantil por parte
del Departamento del Trabajo de Estados
Unidos cayó precipitadamente entre 2001
y 2009. En 2009, el Departamento del
Trabajo de Estados Unidos sólo denunció
36 casos de violaciones a la ley de
trabajo infantil en el sector agrícola,
lo que constituye apenas un 4 por ciento
del total de violaciones a esta ley. Las
regulaciones de seguridad de pesticidas
de la Agencia de Protección Ambiental de
Estados Unidos (EPA por sus siglas en
inglés) no incluyen cláusulas especiales
para los niños.
La aplicación poco estricta de las leyes se ve exacerbada por
el temor de los trabajadores a reportar
estas violaciones ante las autoridades.
Alrededor del 85 por ciento de los
trabajadores agrícolas en Estados Unidos
son hispanos.
Pese a que muchos niños que trabajan en
el campo son ciudadanos estadounidenses,
es frecuente que sus padres sean
indocumentados o estén en el país con
visas temporales de trabajo agrícola,
por lo que la familia entera le teme a
la deportación. Las leyes laborales y su
cumplimiento se aplican a todos los
trabajadores, independientemente de cuál
sea su estatus inmigratorio.
Human Rights Watch
instó al Departamento del Trabajo de
Estados Unidos a que incremente de forma
sustancial sus esfuerzos para
identificar y penalizar el uso ilegal
del trabajo infantil.
Todos
los estados del país deberían fijar o
aumentar la edad mínima para el trabajo
infantil en la agricultura a al menos 14
años, recomendó Human Rights Watch.
El trabajo infantil
en la agricultura estadounidense también
viola las obligaciones internacionales
del país bajo el Convenio sobre las
Peores Formas de Trabajo Infantil de la
Organización Internacional del Trabajo
(OIT). En marzo, la Comisión de Expertos
de la OIT expresó su preocupación sobre
la significativa cantidad de accidentes
y muertes que sufren los niños en el
sector agrícola estadounidense, y las
exenciones en las leyes de
Estados
Unidos que permiten que niños pequeños trabajen. El comité instó a
Estados
Unidos
a que tome medidas inmediatas para
acatar sus obligaciones legales.
El 10 de mayo de 2010,
Estados
Unidos
se reunirá con otros 80 países en una
conferencia global sobre trabajo
infantil organizada por el Gobierno
holandés en La Haya. El objetivo de la
conferencia es procurar un mejor
cumplimiento del Convenio sobre las
Peores Formas de Trabajo Infantil, con
un enfoque especial en la agricultura.
"Estados Unidos gasta más de $25 millones al año -más que los demás países
combinados- para erradicar el trabajo
infantil en otras partes del mundo, pero
tolera la explotación infantil en sus
propias tierras", dijo Coursen-Neff.