El pasado
miércoles 15 se realizó el lanzamiento del libro “Las Nanotecnologías en América
Latina”, de Guillermo Foladori, científico investigador de la Universidad
Autónoma de Zacatecas, México, quien llegó a Montevideo para su
presentación.
El evento
tuvo lugar en la Casa Bertolt Brecht y contó con la participación de Silke
Veth, de la Fundación Rosa Luxemburgo, y Gustavo Melazzi, de la
Red de Economistas de Izquierda de Uruguay.
El libro fue
publicado en agosto de 2008 y presenta un diagnóstico de la situación de la
nanotecnología en los distintos países de América Latina, analizando los
primeros pasos dados por estos países en el desarrollo de las nanociencias.
Contiene capítulos sobre Argentina, Brasil, Chile,
México, Región Andina, Uruguay y Venezuela
Según el
académico uruguayo, que es además un antiguo amigo de la UITA, “En la
vida cotidiana todas las ramas de la producción tienen o están incorporando
progresivamente la aplicación de la nanotecologías. Por ejemplo la industria
textil ya está utilizando un baño de nanopartículas que hace que el tejido sea
resistente al polvo, a la suciedad, al agua y además mantiene el planchado
permanente…por lo que una serie de funciones que antes se cumplían por separado,
se van a ver disminuidas, porque estos productos son multifuncionales. En el
campo de los alimentos también se está aplicando nanotecnología; la Bayer
ya produce envases para productos perecederos que hacen que los alimentos duren
mucho más en los estantes de los supermercados. Esto hace que el trabajo de
mantenimiento y supervisión se reduzca considerablemente, el transporte se
reduzca debido a que se puede almacenar por más tiempo. El impacto que tendrá
esto a nivel de toda la sociedad va a ser tremendo, mucho más radical que la
Revolución Industrial del Siglo XVIII”.
Por otra
parte Foladori destacó que “lo que más está creciendo en términos de
inversiones en nanotecnología, son los semiconductores y la posibilidad de
acumular información en tamaños cada vez menores. Para ello actualmente se está
prefiriendo la utilización del litio que permitiría superar la barrera que
presenta el silicio utilizado hasta ahora para acumular energía, lo que haría
posible inclusive su uso en automóviles eléctricos. Esto me lleva a creer que la
incorporación de las nanotecnologías será radicalmente revolucionaria, entre
otras cosas porque el 50 por ciento del litio que es económicamente acesible en
el mundo está concentrado en Bolivia, y las transnacionales
automovilísticas que están buscando pasar al automóvil eléctrico -que son casi
todas- ya están tratando de negociar la extracción del litio con un gobierno que
no cede fácilmente ante sus presiones”.